DOMINGO 4 DE JUNIO DE 2000
* Estoy con los diablos, expresó el obispo Onésimo Cepeda
La clase política mexiquense, desairada en el futbol
Socorro Castañeda, corresponsal, y Marlene Santos, enviada, Toluca, Méx., 3 de junio * La final de futbol reunió a una parte de la clase política mexiquense. Arturo Montiel Rojas, gobernador, encabezó la ceremonia previa y develó la placa en la que se deja testimonio del nuevo nombre del estadio: Nemesio Diez Riegas.
Empero, no fue muy afortunada la presencia del mandatario estatal, pues cuando en el altavoz se anunció su nombre, estalló una rechifla generalizada, que precedió al grito de "šuuuulero, uuuuulero!" Tras el acto realizado en el palco de honor, Montiel bajó a la cancha acompañado del ex gobernador César Camacho Quiroz, candidato al Senado, y del presidente del club Toluca, Rafael Lebrija. El repudio era generalizado, la multitud gritaba "šfuera-fuera!", por lo que de inmediato surgió música por el sonido local.
Camacho condujo a Montiel frente al palco de sol donde la porra Perra brava ųutilizada como espectacular de anunciosų exhibía propaganda priísta, con una gigantesca manta que decía: "Yo sí le voy a César Camacho", pero muy pocos respondieron al saludo. "Lástima que no voy a poder ver el partido. Sólo vine a cumplir con mi amigo Valentín Diez (hijo de don Nemesio), quien me pidió que viniera a develar la placa... Me retiro a Chalco porque allá tenemos un problema muy fuerte", explicó el gobernador.
Y si los políticos se uniformaron con pantalón beige y camisa roja, del brazo de Montiel llegó al palco de honor el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, enfundado en su tradicional traje negro y con una sonrisa de oreja a oreja. No titubeó en decir: "Yo estoy con los diablos".
ųƑCómo un cura del lado de los diablos?
ųEs que yo hasta a los diablos los llevo al cielo ųrespondió.
Interrogado respecto a quién favorecerá con su voto, espetó: "Qué te importa". Pero más claro no pudo ser al señalar que las propuestas de Vicente Fox respecto de la relación Estado-Iglesia son "puro atole con el dedo".
El escurridizo de la tarde fue Emilio Chauyffet Chemor, quien ni siquiera estuvo cerca de su discípulo favorito, Camacho Quiroz. Se concretó a observar el juego y después del tercer gol, unos 15 minutos antes del final, abandonó el estadio y a la salida comentó a la prensa que había disfrutado "un partido precioso, que fue una justa retribución a quienes han sido el mejor equipo y la mejor afición".
Respecto a la final del 2 de julio, dijo que "combatirán también un gran jugador como lo es Francisco Labastida Ochoa, y un gran equipo, el tricolor". Evitó hacer comentarios de su destape al gabinete hecho por Labastida hace algunas semanas.
Camacho fue quizás el único político que recibió un reconocimiento de parte de un jugador rojo, cuando al término del cotejo Alberto Flaco Macías subió hasta el palco de honor y le obsequió una playera del Toluca. En el palco cinco, Leonardo Sandri, nuncio apostólico en México, departía con el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco Altamirano.
El gran ausente fue Carlos Hank González, cabeza del Grupo Atlacomulco, quien se rumora se encuentra delicado de salud.
Al final la celebración se desbordó y la gente se dedicó a bañar en spray de espuma de colores a cualquiera, en el ya tradicional festejo anual del equipo del Ojitos Meza, quien cumplió la petición que exhibía una manta: "Meza, invítanos otra corona".