DOMINGO 4 DE JUNIO DE 2000

* Uno de los agentes, identificado por otra víctima


Aún no prospera la investigación contra judiciales secuestradores

Angel Bolaños Sánchez * Uno de los tres policías judiciales detenidos el pasado 24 de mayo cuando tenían secuestrado a un comerciante, fue identificado por otra de sus víctimas, a quien el primero de diciembre de 1999 robó diversos artículos en su domicilio y se llevó detenidos a dos familiares, por cuya liberación exigió el pago de 250 mil pesos.

Los agraviados presentaron una denuncia ante la Fiscalía para Servidores Públicos de la PGJDF, y aun cuando los policías involucrados fueron identificados con fotografías de los registros del personal de la dependencia, indicaron que la investigación hasta el momento no ha prosperado.

René Rodríguez Monroy, Ahui Omar Castro Hernández y Gerardo Bustamante Domínguez secuestraron a José Rigoberto Caballero frente a su negocio de productos naturistas, tras haberse metido a robar en su domicilio, y lo llevaron a un edificio de la Procuraduría, donde lo retuvieron mientras su esposa reunía 150 mil pesos que le pidieron para liberarlo. Cuando fueron detenidos por policías de la Secretaría de Seguridad Pública, para justificar la detención acusaron al comerciante de vender drogas.

En el otro caso, el mecanismo fue similar: asaltaron el domicilio, se llevaron secuestradas a dos personas, por las que pidieron el pago de un rescate para liberarlas, y las acusaron posteriormente de haber cometido un delito (el robo de los artículos sustraídos de su casa).

Serafina López narró que la tarde del primero de diciembre pasado, alrededor de las 16 horas, se presentó en el taller mecánico de su hermano en la colonia El Rodeo, delegación Iztacalco, un grupo de policías al frente del cual se encontraba el comandante Esteban Romero Ramírez; preguntaron por el mecánico para que revisara un vehículo Topaz rojo, placas KGC595, porque "estaba fallando".

En eso, unos doce agentes se introdujeron violentamente al domicilio, sacaron 19 estéreos que su sobrino compró a una aseguradora para revender en la temporada navideña y a aquél se lo llevaron junto con su padre, propietario del taller.

Más tarde se comunicaron con ella exigiendo 250 mil pesos para liberarlos y entregar los aparatos. Explicó que le era imposible reunir ese dinero y el sujeto colgó. A las 22 horas regresó el comandante con unos 25 policías para seguir saqueando la casa. Mientras registraban, recordó doña Serafina, los agentes no dejaban de gritarles y amenazarlos.

Una vez que se retiraron, la mujer acudió con un abogado a la Procuraduría, donde le informaron que su hermano y su sobrino estaban detenidos en la agencia 50 y los iban a consignar por robo de autotransporte. Sin embargo, posteriormente ambos fueron liberados por falta de pruebas y sólo les devolvieron seis estéreos y unos cuantos artículos más, pese a que exhibieron todas las facturas. La denuncia ante el MP de la Fiscalía para Servidores Públicos no prospera y la agente ministerial, Ana María González Ruiz, le recomendó no presentar cargos contra el policía René Rodríguez Monroy, a quien la afectada identificó al verlo por un noticiario de televisión.