La Jornada domingo 4 de junio de 2000

Guillermo Almeyra
La ''revolución pasiva'' y sus ayudantes
(II y último)

COMO DECIAMOS EN LA PARTE PRIMERA de este artículo, el caso emblemático de los referendos fracasados en Italia permite discutir diversos problemas fundamentales. En primer lugar, la ''revolución pasiva'', conservadora, fue derrotada en su versión más funesta, la de alianza de facto entre los fascistas de Alianza Nacional y las fuerzas de gobierno encabezadas por el Partido de los Demócratas de Izquierda, de la Tercera Vía, que no pudieron hacer que la gente fuese a votar para eliminar la representación proporcional en las Cámaras (la cual habría expropiado de sus derechos a millones de italianos).

La abstención hundió este proyecto liberticida incluso en las regiones ''rojas'' y el PDI está herido de muerte, al igual que el gobierno, que ha abierto las puertas a la otra parte de la ''revolución pasiva'', la dirigida por el demagogo populista de derecha Silvio Berlusconi.

La política antisindical y antiobrera, el intento de imponer un bipartidismo y la ''gobernabilidad'' (o sea, el funcionamiento sin trabas de la política neoliberal) fracasaron, pero el gobierno sigue en la misma línea suicida que favorece a un Berlusconi que supo diferenciarse de los fascistas formando un bloque conservador en torno a su figura. Ahora, por ejemplo, el primer ministro ''socialista'' y ''laico'' Giuliano Amato lamenta que ''desgraciadamente'' la Constitución le obligue a permitir la marcha del Día Mundial del Orgullo Gay y se une a los fascistas al repudiar esa manifestación en el Año del Jubileo: haciendo la política de la derecha piensan exorcizarla y sólo refuerzan las bases sociales de aquélla mientras debilitan las propias.

Por otra parte, el fracaso de la Tercera Vía plantea también los defectos de los que hablan de refundación comunista pero no la practican. En efecto, en RC no ha habido un balance de cuáles son las causas de la caída a la mitad del número de afiliados, de la pérdida de un millón de votos, de la caída a la mitad del porcentaje electoral. ƑTodo esto se debe sólo al deslizamiento hacia la derecha de buena parte de la juventud y de la clase obrera, lo cual ''quita agua'' al pez alternativo? ƑO se paga también la identificación, durante el gobierno del Olivo, con la política del mismo y al apoyo dado a D'Alema, siguiendo la misma línea, en 14 de las 15 regiones italianas, llamando a votar por personajes gubernamentales antiobreros, antinmigrantes, sin diferenciarse de los mismos? ƑRC no paga la falta de discusión de ideas, de balance sobre lo que fue el llamado ''socialismo real'', de discusión sobre lo que debe ser el socialismo? ƑNo paga sus orígenes en el Partido Comunista Italiano, su pragmatismo, su centralismo, su falta de una amplia y real democracia interna y de claridad programática? ƑNo será que RC se parece demasiado a la española Izquierda Unida y, por lo tanto, es la quinta rueda del carro, como lo fue ésta frente al PSOE en descomposición? ƑQuién puede hacer, si no lo hace RC, que D'Alema y compañía paguen el costo político de su total sometimiento a los valores y la política neoliberal? Si Ken Livingstone ''el Rojo'' ganó en Londres frente al modelo Blair-D'Alema Ƒpor qué no enfrentar a éste con una política alternativa y no con la política del ''ni'', ni ''no'' ni ''sí''?

El problema, entonces, no reside sólo en que los DI se arrastran sino también en que los que se dicen alternativos no caminan ni indican cómo y por dónde caminar. Lo que falta para contrarrestar la ''revolución pasiva'' es una real izquierda, preocupada por construir movimientos, por ligarse a la juventud, aunque no coincida con todas sus expresiones, en construir un movimiento-partido, sin caudillos ni capos providenciales, basado sobre el pluralismo de ideas y en una discusión democrática.

O sea, un partido alternativo que no mire hacia los medios y las instituciones sino hacia la gente, aunque la mayoría de ésta le dé la espalda, y que la comprenda incluso en el error, para preparar el futuro cuando los hechos la desengañen. Un partido alternativo que dé a la teoría la dignidad de la práctica en vez de abandonar la teoría y remplazarla por las maniobras y el eclecticismo, un movimiento-partido que recupere la historia de los trabajadores y del pueblo italiano y la proyecte hacia el internacionalismo, rompiendo con la nefasta tradición del ex Partido Comunista y, al mismo tiempo, tomando lo mejor de la relación de los trabajadores con el mismo. Esa es la conditio sine qua non.

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