JUEVES 1o. DE JUNIO DE 2000

* Es la mayor manifestación de rechazo al gobierno de De la Rúa


Multitudinaria protesta contra el FMI de trabajadores argentinos

* Los asistentes quemaron banderas estadunidenses * Ataques a la Telefónica y al Banco de Río

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 31 de mayo * Más de 80 mil personas marcharon hoy aquí para protestar contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), en lo que se convirtió en la mayor manifestación contra el gobierno de la Alianza --en el poder desde hace casi seis meses--, que el lunes decretó un severo ajuste que afecta a miles de trabajadores y provoca descontento incluso entre sus partidarios.

Aunque la concentración fue pacífica, al finalizar ésta se quemaron banderas estadunidenses y muñecos que simbolizaban al FMI, cuya misión de inspectores se encuentra ya en el país, mientras que pequeños grupos no identificados rompieron vidrios en las oficinas de Telefónica de Ar- gentina y Banco de Río.

Aprovechando la marcha de hoy, Hugo Moyano, líder del sector rebelde de la Confederación General del Trabajo (CGT), convocó a un paro nacional para el próximo 9 de junio contra "la dictadura financiera", al que luego adhirió la CGT "dialoguista" y reconocida por el gobierno.

También el sector disidente del movimiento obrero anunció a otras medidas de protesta, como apagones, cacerolazos y una eventual "desobediencia fiscal".

A la marcha de protesta de este miércoles antecedieron otras manifestaciones, como cortes de rutas, ocupación de facultades y suspensiones parciales de labores, mientras que el Congreso está paralizado desde hace dos días por sus trabajadores ante los despidos y cierre de organismos como la imprenta y la biblioteca, medidas incluidas en el ajuste fiscal.

Incluso diputados socialistas de la Alianza gubernamental --de la centrista Unión Cívica Radical (UCR) y del centroizquierdista Frente País Solidario-- se niegan a trabajar en sus oficinas, en rechazo a la "bru- talidad" del ajuste económico.

Además, un grupo de legisladores oficialistas, conocidos como "los 12 apóstoles", rechazó públicamente las medidas de ajuste, al tiempo que UCR, a la que pertenece el presidente Fernando de la Rúa, dejó en libertad a sus militantes para concurrir a la marcha, y algunos funcionarios autorizaron a empleados de organismos estatales a participar en la protesta.

La movilización de hoy fue convocada por la CGT disidente con apoyo de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la Central Clasista y Combativa, partidos políticos, sectores sociales, estudiantiles y simpatizantes del gobierno desencantados por la falta de sensibilidad de los actuales funcionarios del sector económico.

Las medidas de ajuste que pretenden cumplir con las metas comprometidas con el FMI "son la profundización de todo lo actuado por la administración anterior de Carlos Menem, que después de una década dejó al país con el mayor déficit fiscal (10 mil millones de dólares), el más alto desempleo (entre 14 y 17 por ciento) y sub-empleo, vendidas las mayores empresas estatales y disparada la deuda externa", dijeron dirigentes de la CTA.

Un ataúd con la inscripción "vivienda, empleo, alimentos, justicia social" fue llevado por personajes vestidos de negro que simbolizaban al FMI, y se leyó un documento elaborado por la CGT rebelde y la CTA, donde se advirtió que el pueblo no se resigna ante la situación de un país "asolado por el modelo económico de exclusión social y con la soberanía vapuleada, ante la soberbia del FMI, del Banco Mundial, de la Organización Mundial de Comercio y organismos financieros internacionales y la complicidad del establishment local".

Moyano también se refirió a la historia reciente del país al ubicar en la última dictadura militar (1976-1983), "que llevó a la desolación a nuestro pueblo", el momento "en que comenzaron a influir aquí los intereses internacionales".

Y habló de un "golpe de Estado financiero" contra el gobierno radical de Raúl Alfonsín (1983-1989), por parte de los mismos intereses externos, y que culminó con la hiperinflación.

Pero Moyano fue muy claro al subrayar que durante los dos gobiernos de Carlos Menem (1989-1999) "se instalaron definitivamente los poderes que deciden las políticas de nuestro país y esos poderes, a los que muchos tontos les creyeron, nos remataron las empresas del Estado y nos llevaron a triplicar el desempleo y a duplicar la deuda externa".

Recordó también las esperanzas puestas en un cambio con el triunfo la Alianza, que una semana después de asumir el poder decretó el llamado impuestazo y luego aprobó la ley de reforma laboral, "pero sus mandantes querían más y ellos le ofrecieron este ajuste salvaje".

De la Rúa hizo oídos sordos a esta movilización, insistió en que "no había otras opciones" al ajuste y recordó que los despidos de la época menemista "no produjeron paros", pero los sindicalistas rebeldes retrucaron que todas las movilizaciones en aquel entonces "fueron realizadas por los mismos protagonistas" de la de hoy.