JUEVES 1Ɔ DE JUNIO DE 2000

En nombre de la libertad

 

* Sami David *

Cuando algo se hace bien desde el poder, los ojos miopes buscan tapar la realidad con un dedo. Luchar por nuestras ideas es magnífico, pero siempre dentro de los cauces legales, sin apartarse un ápice de la verdad. Sin embargo, estamos en un periodo electoral y las descalificaciones a ultranza al régimen se vuelven el pan de cada día, buscando descartar con declaraciones lo conseguido por autoridades y gobernados. El trabajo conjunto de los mexicanos es soslayado al calor de la pasión electorera.

Es válido preservar la gobernabilidad y el equilibrio de poderes. Es prudente luchar por una nación justa, más sólida, fortaleciendo a la democracia, con leyes idóneas y cabalmente respetadas. Es correcto luchar para que la palabra México vuelva a cobrar relieve, vitalidad. México. Idea y pensamiento que se vuelven uno cuando imperan la tolerancia, la libertad, la equidad y la transformación social.

El México que todos deseamos, el que queremos, puede y debe surgir de las urnas de la determinación de los mexicanos para sacar adelante al país, a través de quien a la cabeza del Ejecutivo nos ofrezca honestidad y confianza, certidumbre y honorabilidad, sensibilidad y vigor para que garantice el mantenimiento del edificio constitucional. Eso es lo que debe ofrecer el futuro presidente de México. Responder con trabajo y nuevas expectativas a las crecientes e insatisfechas demandas ciudadanas. No inseguridad ni inestabilidad.

Quienes advierten que los comicios del 2 de julio serán un referéndum para determinar qué clase de país deseamos los mexicanos se equivocan. El desarrollo de México ha sido lento y doloroso y eso, justamente, es lo que nos ha unido. Voluntad política, fortalecimiento de la vía democrática, igualdad de oportunidad continúan siendo los factores vigentes en este México nuestro. Como mexicanos estamos orgullosos de nuestras raíces, de nuestra historia. Y por ende nos manifestamos inconformes con lo conseguido. Por eso el 2 de julio busquemos renovar el proyecto de nación, pero continuemos fieles a los valores profundos, con los ideales permanentes que tenemos y que siempre nos han sido claros: democracia y justicia social, igualdad de oportunidades para todos, soberanía y libertad.

Los derechos sociales, las garantías individuales nunca serán anacrónicos. México tiene una alianza con la ciudadanía y confianza en la sociedad. La oferta política del PRI en estos comicios es clara: que el poder sirva a la gente para que la sociedad sea copartícipe de las decisiones gubernamentales, para que el pueblo logre y viva la transformación, el cambio con rumbo que ofrece Francisco Labastida Ochoa y que apoye nuestros proyectos.

El 2 de julio es el día de la acción política, la fecha en que los mexicanos buscaremos incrementar la vinculación ciudadana con el PRI. Tenemos un compromiso democrático, tenemos la oportunidad de dotar de mayor legitimidad a nuestra representatividad política. Recordemos que los partidos políticos son los instrumentos idóneos para que la sociedad mexicana reafirme su voluntad por el cambio con rumbo que postulamos.

Ejercer la libertad del sufragio votando no por la confrontación ni por la desarticulación social, no por la incertidumbre. Estabilidad y paz social, respeto y tolerancia, trabajo y corresponsabilidad con los gobernados. Una nación justa para un mexicano ansioso por vivirla. Esa es la oferta del PRI. *