JUEVES 1o. DE JUNIO DE 2000

* CIUDAD PERDIDA

 

* Miguel Angel Velázquez *

 

* Debates sin ideas ni propuestas
* Candidatos fuera de forma

 

A pesar de todo, para Alejandro Ordorica no hubo ningún esfuerzo adicional para ganar el debate entre los candidatos a jefe de Gobierno de los cinco diferentes partidos que compiten por esa responsabilidad.

Habrá quien diga lo contrario, habrá quien pudiera decir que la señora Vale o Jesús Silva pudieron obtener el triunfo en esa competencia por hacerse creíbles, por ganar la voluntad del elector a cualquier costo.

Me refiero a Ordorica no porque hubiera casi abdicado en favor de López Obrador, creo que ese fue un error, sino porque en sus propuestas existe algo más que planteamientos demagógicos para endulzar el oído de quienes van a votar.

Terminar con la reforma política para el Distrito Federal es no sólo necesario sino urgente para llevar instrumentos de gobernabilidad a quien vaya a tener en las manos los destinos de esta ciudad.

Y es de hacer notar esta propuesta porque pareciera la más sólida de todas las que enderezaron los candidatos bien entretenidos en hacer de los debates una surte de circo en donde no caben, por más que se trate, las ideas, las propuestas.

Bien a bien, es necesario establecer, por ejemplo, cómo un debate de este tipo puede pasar inadvertido para mucha gente, para las grandes mayorías a las que se supone va dirigido este esfuerzo.

Tal vez por eso, el Andrés Manuel López Obrador que miramos frente a las cámaras no se parece al candidato que en más de 900 actos en colonias de toda la ciudad ha hecho gala de humildad y de paciencia.

En el debate fue otro, parecía jugar con los resultados de las encuestas. Parecía un triunfador sobrado de seguridad y las elecciones aún no se efectúan.

Pero esto no importa porque nadie, en términos de raiting, estuvo pendiente del encuentro. A muy pocos interesó mirar lo que a las 19 horas de día 30 de mayo pasaría por la televisión y entonces no hubo, hasta ahora, ningún resultado negativo a una muy negativa actuación de López Obrador.

Y a decir verdad, no tenía por qué esforzarse, los contrarios tampoco tenían las suficientes municiones para perforar la piel dura del tabasqueño.

Era de risa, por ejemplo, mirar a Santiago Creel, totalmente palacio, confundiendo su figura con el discurso de Fox, el manoteo de Fox y las ideas de Fox. Era entonces, no obstante sus ataques continuos, una especie de marioneta manejada con una idea comercial muy lejana a lo que por mucho tiempo mostró como político.

Y qué decir de Jesús Silva, la voz alguna vez imponente sonó ese día a los estertores de una forma de gobierno que se niega a cambiar y que muere en su propia terquedad.

Teresa Vale acertó e hizo perder el piso a López Obrador, pero tampoco se levantó con alguna propuesta de fondo para encontrar soluciones para domar al gran monstruo del DF.

En fin, la pregunta vuelve a saltar: ƑDe verdad sirve a la democracia este circo de los debates? Corresponderá a los eruditos hacer la reflexión de este asunto que hoy, a estas fechas, ya colmó las paciencias.

Lo que sí cabe puntualizar es el mitin perredista en la delegación Venustiano Carranza, en donde un centenar de panistas quemaron sus credenciales y rechazaron a Fox. Los azules iban encabezados por un señor de nombre Oscar de León, y no se trata del rumbero.

Según se dice, habrá otra sorpresa de este mismo tipo. Hay por allí un muy importante panista, y no es Castillo Peraza, que se unirá en poco tiempo a las filas de trabajo en una importante delegación del Distrito Federal. Ojo.

Y ahora que hablamos del PAN, déjenme contarles una historia. Resulta que no hace mucho tiempo, en la mesa de los cafés, una mujer inteligente pero cauta preguntó a uno de los asesores de Fox : "Pero, no te parece algo inculto tu candidato? La respuesta de ese intelectual defensor a ultranza del guanajuatense fue seca: " No, es profundamente ignorante", y ya con la boca abierta, la mujer alcanzó a decir: "y entonces Ƒpor qué está a su lado? La respuesta fue rápida, apenas alcanzó este asesor a meterse los dedos entre la barba, y dijo: "porque va a ganar". šPácatelas!