MIERCOLES 31 DE MAYO DE 2000

Ť Ante diplomáticos, el sinaloense presenta su propuesta de política exterior


Ofensiva e intolerable, la cacería de indocumentados en EU: Labastida

Ť Se compromete a detener estos ''agravios'' Ť Ausente, el embajador estadunidense Jeffrey Davidow

José Gil Olmos Ť Al presentar su propuesta de política exterior, el candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida Ochoa, consideró como ''intolerable'' y una ofensa a la dignidad humana la cacería de indocumentados mexicanos por los rancheros estadunidenses de Texas y Arizona. Ante unos 60 miembros del cuerpo diplomático acreditado en México -a excepción del embajador de Estados Unidos, Jeffrey Davidow-, adquirió el compromiso de utilizar los recursos disponibles para detener estos ''agravios''.

labastida-francisco-jpg En tanto, la embajadora Sandra Fuentes, coordinadora de Asuntos Internacionales del PRI, reconoció en primer lugar el apoyo invaluable para la observación electoral que realiza la ONU, pero pidió a corresponsales y observadores extranjeros objetividad e imparcialidad en su calidad de testigos para el 2 de julio.

Al referirse a Vicente Fox, dijo que son inaceptables sus intentos de descalificar los resultados electorales antes de tiempo, y argumentó que en la democracia ''cada voto tiene un valor idéntico''. Agregó: en la democracia ''la alternancia es una posibilidad, no una obligación; es una opción, no un requisito''.

En el acto, al que asistieron cerca de 500 personas -ex embajadores, diplomáticos de carrera, especialistas y académicos-, Francisco Labastida expuso la propuesta de una política exterior de ''consensos'' nacionales, acorde a la globalización, que aproveche los acuerdos comerciales, de defensa de los derechos humanos, con la mirada hacia América Latina, de respeto hacia Estados Unidos y de defensa de la soberanía.

Afrenta a las más elementales formas de convivencia

Entre aplausos de los diplomáticos mexicanos surgidos del PRI -como Fernando Solana, Romeo Flores Caballero y José Juan de Olloqui-, el aspirante del tricolor ofreció un apartado para rechazar las acciones de los caza-indocumentados, a las que consideró también como ''una afrenta a las más elementales formas de convivencia''.

Sostuvo que la mejor manera de enfrentar el fenómeno migratorio es creando empleos estables y bien pagados en México. En este sentido, rechazó la iniciativa que Vicente Fox hizo en Estados Unidos de preparar ''jardineros'' en Guanajuato para enviarlos a trabajar ya capacitados. ''Mi proyecto es exportar mercancías, no personas; mi proyecto es generar empleos en México, con base en nuestro mercado interno, con base en la elevación (del nivel) de vida de los mexicanos'', dijo, pero aclaró que así como se demanda un mejor trato de los connacionales en el extranjero, también se ofrecerá a los visitantes, en especial a los centroamericanos.

A través de un largo texto -uno de los mejor presentados, según su propio equipo de campaña-, Labastida exigió respeto para las comunidades mexicanas radicadas en Estados Unidos, reafirmó su posición a favor de la defensa y promoción de los derechos humanos y se pronunció por una relación respetuosa y equitativa con el país vecino.

Incluso, dijo que el próximo cambio presidencial en Washington es propicio para que ambos países fortalezcan el andamiaje institucional que permita alcanzar fórmulas eficaces de cooperación y entendimiento. ''Con nuestros vecinos más inmediatos, resulta esencial fortalecer espacios de convivencia civilizada en los que prevalezcan el respeto mutuo y el desarrollo compartido. Impulsaremos la construcción de un entendimiento maduro, confiable y sustentado invariablemente en patrones de cooperación equitativa'', manifestó en el foro sobre política internacional organizado por la embajadora Fuentes.

Antes de reunirse con los representantes de diversos países, Labastida se tomó un café en el restaurante del hotel donde se realizó el acto. Luego, al presentar las tesis fundamentales de su propuesta, nuevamente se presentó como el primer candidato del PRI surgido por un proceso de elección abierto. Varias semanas tardaron en preparar los asesores en asuntos internacionales el texto que leyó Labastida, en el cual reconoció la ineludible existencia de la globalización y de nuevos personajes como las organizaciones no gubernamentales, partidos políticos, parlamentos, empresas y medios de comunicación.

Propuso recoger las mejores tradiciones de la política exterior mexicana y promover una ''diplomacia eficaz'' frente a estos nuevos actores que exigen un espacio mayor para sus actividades.

''El dilema no es si nos insertamos o no en la nueva dinámica del mundo, ya estamos inmersos en ella. El dilema es triunfar o ser derrotados'', advirtió Labastida, al tiempo de reafirmar la defensa de la soberanía, es decir, la capacidad de decidir de los mexicanos en el territorio nacional.

Dijo a los diplomáticos reunidos que de llegar a la Presidencia del país pugnará por el fortalecimiento de los vínculos económicos, comerciales y de cooperación, primero con América Latina, el Caribe, Estados Unidos y Canadá, y luego con Europa y Asia.

Asimismo, se manifestó por la solución pacífica de los conflictos y una reforma amplia de los organismos internacionales, a fin de que sean más ''democráticos y abiertos a la participación de todos los estados miembros, en condición de igualdad''. Finalmente, reafirmó el impulso a mecanismos como las cumbres Iberoamericana, del Grupo de Río, Los Tres, la de Tuxtla y la Asociación de Estados del Caribe.

Por la noche, en Ciudad Victoria, Labastida se reunió con poco más de 2 mil 500 promotores del voto encabezados por el gobernador Tomás Yarrington, quien confiado le pidió que se fuera a hacer proselitismo a otra entidad, porque en Tamaulipas ya tiene asegurada la victoria.

Aquí, el sinaloense habló de crear la figura de un alto comisionado, que dependerá directamente del presidente de la República, y que en algunos estados fronterizos habrá de ayudar a tomar decisiones expeditas y sin burocracia de por medio. Explicó que será un representante directo del Ejecutivo, pero que vivirá en cada uno de los estados, a fin de que las decisiones no sean tomadas desde un escritorio en la ciudad de México. (Con información de Martín Sánchez, corresponsal)