MIERCOLES 31 DE MAYO DE 2000
Ť Cuatro cuadros de Siqueiros, amparados por decreto presidencial de 1980
Pinturas del patrimonio nacional serán subastadas por el IPAB
Ť La puja se efectuará el próximo julio e incluye más de 200 obras de arte y decorativas
Ť El INBA sólo negocia que las piezas relevantes queden en custodia de los museos: Estrada
Renato Ravelo Ť Más de 200 obras de arte y decorativas con valor artístico en custodia del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB) saldrán a subasta durante los primeros días del próximo julio, entre las cuales destacan cuatro creaciones del pintor David Alfaro Siqueiros, consideradas patrimonio nacional, de acuerdo con un decreto presidencial expedido el 18 de julio de 1980.
Esta será la segunda subasta que se realizará en la Galería Luis C. Morton con la obra que era propiedad de los bancos y que pasó primero al Fobaproa y luego al IPAB. La primera ocurrió en 1998 y de acuerdo a la oficina de relaciones públicas de la galería en aquella ocasión no se vendió del todo ''porque pusieron precios muy altos".
En relación con el tema del patrimonio, el director del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Gerardo Estrada, explicó que éste sí puede ser intercambiado de manera comercial, pero se encuentra limitado para salir del país.
Interés por la pintura original
Respecto de la responsabilidad del INBA en la decisión sobre las obras que serán subastadas y las que permanecerán en museos, Estrada sostuvo que eso es competencia del IPAB: ''Nosotros negociamos para que la obra que se considera importante quede en custodia de los museos. No nos interesa la obra gráfica sino la pintura original".
En ese sentido reconoció que el INBA intervino para que las dos obras del pintor José María Velasco, Pueblo de Guelatao y Paisaje de Vallenfreda, que pertenecían al Banco Unión, pasaran de manera definitiva al Museo Nacional de Arte.
En el medio del mercado del arte esta decisión fue mal vista, pues esperaban que por primera vez en diez años saliera a subasta una obra del pintor del estado de México. Se interpretó, en todo caso, como una muestra más de la influencia del Munal, que desmontó recientemente la Pinacoteca Virreinal.
La última vez que un Velasco fue subastado ocurrió el 18 de noviembre de 1991, en Nueva York. Su costo ascendió a 2 millones 420 mil dólares. Poco después el cuadro Valle de México desde el Cerro de Tenayo apareció como parte del Museo Velasco en Toluca. Un corredor lo habría comprado a nombre de un coleccionista privado y este lo cedió en comodato al recinto. La noche del 18 de noviembre el precio del Velasco fue la sorpresa de la puja, ya que salió en 800 mil dólares.
La colección IPAB
El hombre en rojo fue una litografía que el pintor Rufino Tamayo donó para la fundación de La Jornada. Junto con otra del también oaxaqueño Francisco Toledo, eran una suerte de amuletos para la apuesta que entonces se hacía por este proyecto editorial. Se regalaban a quienes compraran determinado número de acciones. Se hicieron de la obra de Tamayo un centenar de litografías antes de romper la piedra modelo. Justo la número 100 está en las bodegas del IPAB.
Y aunque hasta el momento no se tiene considerada su subasta, de acuerdo con las declaraciones de Estrada, por ser obra gráfica podría salir en una siguiente emisión. El hombre en rojo, por cierto, apareció en las oficinas de Banco Unión.
Entre las obras de arte a subastarse, con base en información obtenida del IPAB, figura un díptico de Rufino Tamayo, Adán y Eva; la obra mixta sobre tela de Vicente Rojo, México bajo la Lluvia, y la mixografía de Fernando de Szyszlo, Casa 8 interior. Estas se econtraban desde el 18 de marzo del año pasado en custodia del Museo Rufino Tamayo. Las obras pertenecían, respectivamente, a Banca Cremi, Banpaís y Banca Unión.
(Una cotización de hace un par de años de El hombre en rojo, obra cuyo costo debe considerarse a la baja, ya que existen 100 litografías de la misma, cuando normalmente son de 10 a 15, la ubicaban en el orden de los 150 mil pesos).
También entrarán a subasta el óleo sobre tela de Vicente Gandía, Naturaleza muerta, los óleos de Luis Filcer, Cerro de la estrella y Cozumel al anochecer, así como la técnica mixta Da vueltas el mundo, de Javier Arévalo, y la escultura Cabeza de caballo, de Pedro Cervantes. Estas permanecieron en el Museo de Arte Carrillo Gil desde junio del año pasado.
Tanto del acervo que está en el Museo de San Carlos, como del que se reguarda en el Museo Nacional de Arte (13 obras en total), ninguna pieza saldrá a subasta.
Los cuatro Siqueiros que se pondrán a disposición del mercado son efectivamente obra gráfica. Se trata de una a color sin título de la serie Mourlot, otra al carbón titulada América Latina, una más al carbón conocida como El guardián de la paz y otra litografía a color sin título. Por cada una de estas se pagó en su momento 15 mil dólares.
La danza de las cifras
La colección del IPAB, se estimó hace unos meses, costaba cerca del millón de dólares.
De acuerdo con la página de Internet de ese instituto, ''los registros de la banca intervenida establecen la existencia de un inventario de 1932 obras de arte y obras decorativas con valor artístico".
Cuando el pasado octubre este diario publicó una nota con las cifras que aparecían entonces, se decía que eran 2 mil 684 piezas. La sospecha ha rondado la colección de piezas, algunas de gran valor artístico, otras sólo son decorativas.
Según el IPAB el proceso fue el siguiente: en abril de 1997 comenzó la primera depuración que consistió en separar ''las obras más importantes" que por su valor artístico son considerados excepcionales y en segundo término las ''obras decorativas con valor artístico".
Una comisión, entre quienes figuraron Luis Ortiz Macedo y Mariana Pérez Amor, seleccionó las 105 obras que originalmente se consideraron artísticas de acuerdo con información publicada por este diario.
El número de obras artísticas que se tienen en la actualidad, sin embargo, asciende a 170. Esta cifra, que no concuerda con la anterior, de acuerdo con la oficina de prensa del IPAB se debe a que todavía hay mucha obra que no está clasificada.
Por lo pronto, una parte de la colección empezará a circular entre los compradores de arte, los que una vez concluida la exhibición y subasta de la Galería Imperio, actualmente en la Galería Luis Morton, tendrán ocasión de acceder a ese bien que la diputada Dolores Padierna (insistente en el tema del Fobaproa), calificó como el signo de la plutocracia, cuando ''quisieron convertir los edificios de bancos en palacios semejantes a Nueva York".