Bernardo Bátiz
Responsabilidad del Estado
Los efectos del debate entre los candidatos a la Presidencia de México fueron inmediatos por la impresión que causaron datos externos como estilo, voz, presencia, vestimenta, y otros un poco más de fondo: quién fue más ágil en las respuestas, quién atacó más, quién se supo defender y, finalmente, quién, como Fox, en un acto fallido reconoció cabalmente: "me la ganaste, Cárdenas".
Estos aspectos son sin duda importantes y pueden también ser determinantes para algunos en la elección de candidatos. Hay, sin embargo, otros efectos que van permeando más lentamente en la opinión pública, que no produjeron de inmediato sus efectos porque es necesario reflexionar un poco más sobre ellos y que son, por supuesto, de mucha mayor importancia que los primeros.
Para entender lo que fue de fondo y lo meramente exterior en el debate es necesario analizar con más cuidado y de manera comparativa lo que en él se dijo y se propuso.
Por mi parte, llamaré la atención sobre dos afirmaciones del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas que, en mi opinión, deben ser especialmente tomadas en cuenta por quienes tendrán que emitir su voto el 2 de julio, que cada vez está más próximo.
Empezaré por el final. Al término de su última intervención, Cárdenas hizo una referencia a la estabilidad de su vida familiar y a la importancia que para él tienen su esposa y sus hijos que, como todo mundo sabe, en las buenas y en las malas siempre están cerca de él, apoyándolo y colaborando en la empresa que se echó a cuestas desde hace ya casi tres lustros: lograr que México se encauce por los caminos de la democracia, el respeto a la soberanía y la justicia social.
Es importante que quien sea el responsable del más alto cargo administrativo en el país, el Presidente de la República, tenga un respaldo familiar seguro y estable, pues no será fácil afrontar las responsabilidades públicas si no se tienen bien resueltas las cuestiones domésticas.
El otro aspecto que me parece fundamental es la propuesta del candidato de la Alianza por México que se refiere al rescate de la responsabilidad del Estado en la economía.
Cuauhtémoc Cárdenas fue el único que señaló qué mecanismo empleará para reactivar la economía y redistribuir el ingreso. Propuso con toda claridad que sería a través de la inversión pública, dirigida a los rubros más importantes del gasto social, salud, educación, vivienda y, específicamente, en obra pública como detonante de cadenas económicas que sin esperar inversiones extranjeras puedan generar empleos y distribuir mejor la riqueza colectiva.
En una palabra, propone revertir la política de los últimos diecisiete años que ha hecho a un lado la rectoría que el Estado debe asumir en la economía y que todo lo ha dejado al libre juego de las fuerzas del mercado.
Los resultados de esta política, que apoyan tanto el PRI como el nuevo PAN, han sido para la gran mayoría de la población desastrosos y pueden resumirse en dos palabras: dependencia y miseria. Más dependencia de los inversionistas extranjeros y del gobierno estadunidense y más pobreza generalizada en nuestro territorio; combinados estos dos ingredientes han producido, entre otros engendros: las maquiladoras, que dan empleos con sueldos miserables, y grandes especuladores que obtienen altas utilidades y que en nada o en poco benefician al país.
Reasumir la responsabilidad del Estado como rector de la economía es una propuesta de fondo que hay que tomar en cuenta a la hora de votar. El dato de su estabilidad familiar que le da, por tanto, estabilidad y seguridad personal, también tiene su importancia en la grave decisión que pronto tomaremos todos los mexicanos.