MARTES 30 DE MAYO DE 2000

* Onerosos créditos a 1,500 alumnos "beneficiados"


Mediante becas, Fox subsidió a instituciones privadas, acusan

* Fracasó programa de educación del panista, denuncian

Claudia Herrera Beltrán, enviada /II, Guanajuato, 29 de mayo * Las becas educativas que el candidato presidencial Vicente Fox pregona por todo el país, en Guanajuato son, en algunos casos, subsidios gubernamentales para escuelas y universidades privadas y llegan a representar onerosos créditos para los mil 500 alumnos "beneficiados" que deben pagar intereses de hasta 22 por ciento anual.

El Instituto de Educación Permanente, elogiado ahora como la panacea en el sector, en esa entidad fue producto de un decreto del ex gobernador luego de que el Congreso local se negara a apoyar ese proyecto. La razón: expertos nacionales auguraron su fracaso, por considerarlo inviable y con metas desorbitadas, como la de atender en tres años a un millón 170 mil adultos analfabetos o sin primaria o secundaria completas.

La historia se repite con las proclamas de que en el gobierno foxista se destinaron cuantiosos recursos a educación, sin aclarar que la mayor parte de éstos provenían de la Federación. Además, durante su mandato se distribuyó un deficiente libro de texto elaborado por el presidente del Partido Verde Ecologista, Jorge González Torres, que maestros y analistas consideraron "negocio político". En total se gastaron 2 millones de pesos.

La lista de errores es larga, advierte la maestra Martha Lucía Micher, diputada del PRD e integrante de la Comisión de Educación del Congreso local, quien habiendo conocido muy de cerca las propuestas educativas del foxismo, no se detiene en emitir su juicio sobre ellas:

"Pudo más la soberbia de Fox y su precandidatura a la Presidencia de la República que su deber de mejorar la educación de los guanajuatenses. A Vicente lo que le interesaba era presumir que en Guanajuato había un instituto de educación permanente, aunque no sirviera de nada, y jactarse de que gastaba mucho en educación. Pero la verdad fue otra."

El diputado local del PRI Carlos Chaurand se pregunta cuál fue el destino de las becas educativas otorgadas por los panistas en Guanajuato. Su respuesta es contundente: "Fueron una trampa, porque la mayoría son de pocos recursos y las más jugosas no son becas, sino créditos (de hasta 60 mil pesos semestrales) que sirven para subsidiar a instituciones privadas".

De becas a pesadas deudas

Deseoso de obtener una de las publicitadas becas que ofrece el gobierno de Guanajuato a alumnos de bachillerato, licenciatura o posgrado, Alejandro Rivera pide informes en Educafin, el organismo creado hace tres años en la gestión foxista y que en su propaganda afirma haber apoyado a 15 mil 600 alumnos.

Sin embargo, frente al mostrador de Educafin la sonrisa de Alejandro muy pronto se torna en una mueca de decepción. En lugar de la ambicionada ayuda económica se topa con algo que, lamenta, "es peor que una deuda hipotecaria".

Al principio, el aspirante a abogado creía tener la "beca en la bolsa", sobre todo cuando escuchó que el programa de financiamiento educativo estaba destinado a jóvenes que, como él, "son de escasos recursos económicos".

Pero cuando leyó con detenimiento el folleto de Educafin, exclamó: "Esto es un engaño".

El Manual de programas y proyectos (en poder de La Jornada) explica que la ayuda consiste en un crédito para saldar cuotas de inscripción y de colegiatura en instituciones educativas privadas y que se obtiene por medio de un aval.

Y para convencer al aspirante cuenta la historia de Juan: "Al finalizar su carrera en el año 2002 deberá pagar los 7 mil pesos que se le prestó en 1999 más lo que se acumuló en los semestres posteriores (unos 40 mil pesos más), por lo que al finalizar su carrera Juan le debe a Educafin 47 mil pesos, los cuales comenzará a pagar seis meses después de egresado. Y tiene ahora sí que pagar intereses de esa cantidad con la tasa preferencial de ese momento (22 por ciento anual aproximadamente), pero lo hará en pagos mensuales a una cuenta de Educafin, y como se le apoyó en un plazo de tres años, tienen otros tres para cubrir lo que debe".

Alejandro después preguntó a sus compañeros de preparatoria si esa era la única alternativa para estudiar una licenciatura en el estado, y uno de ellos le respondió que quizá le vieron cara de "clasemediero" porque también hay las becas Mil (en proceso de desaparecer) Dos Mil y un programa de apoyos especiales; pero es "complicado acceder a ellas", tercia otro.

Y es que la cobertura de las becas es aún muy limitada. Según cifras de Educafin, cerca de 50 mil estudiantes del nivel medio superior desertan cada año por problemas económicos, además de los cientos de miles que ni siquiera llegan al bachillerato. Pero las becas, definidas como "de fondo perdido", sólo alcanzan para unos 13 mil 800 jóvenes, por lo que el crédito ha empezado a verse como una mejor opción y ya se otorga a mil 500 estudiantes.

El IEP

Como sucede en las entidades más pobres del país, en Guanajuato el rezago educativo es enorme: un millón 700 mil personas no saben leer ni escribir o no han concluido la primaria o la secundaria, es decir, 68 por ciento de los 2.7 millones de habitantes mayores de 15 años. Ese fue el diagnostico que Fox presentó al Congreso local en 1997.

Mayúsculo problema que sin embargo en el 2000, según los planes del gobernador, se convertiría en pecata minuta si los diputados respaldaban asignar recursos para la que constituía una fórmula mágica contra la ignorancia: el Instituto de Educación Permanente (IEP).

De acuerdo con los escenarios más optimistas de sus informes (que posee este diario), en el 2000, un millón 170 mil estudiantes potenciales ya estarían estudiando, en el 2005 el rezago educativo sería historia y en el 2010 Guanajuato tendría 10 años de escolaridad y se pondría al mismo nivel que los países más desarrollados.

Hasta ese punto, el proyecto ilusionaba a cualquiera; sin embargo, las protestas comenzaron cuando Fox explicó que requería unos mil 59 millones de pesos para sostener el IEP hasta el 2001 y propuso al empresariado local como principal financiador, a través del pago de un impuesto del 2 por ciento sobre la nómina, mediante el cual se esperaba recaudar 225.6 millones de pesos anuales.

La propuesta de inmediato generó polémica y enfrentó al gobernador con diputados de oposición, empresarios y expertos educativos, a tal grado que las cámaras industriales locales hicieron encuestas y organizaron numerosos foros que concluyeron en contundente rechazo de la iniciativa y severos cuestionamientos al gobernador sobre el uso electorero de este proyecto ante sus pretensiones de ser candidato presidencial y la eficiencia de su administración.

"Es una falacia pretender remediar en tres años un problema de dimensiones inmensas que se ha generado en siglos de fanatismo, egoísmo y miopía. ƑSerá posible que el gobernador crea que la ciudadanía no se da cuenta de la importancia que tiene para él el horizonte de tres años cuando Fox ha manifestado claramente sus ambiciones presidenciales para el año 2000", dijo Juan Jáuregui, director del Colegio de León.

El presidente de la representación en León de la Cámara Nacional de Comercio. Servytur, Luis Alberto Ramos, advirtió a Fox el 27 de noviembre de 1997: "más vale ponerse colorados una vez y no dos veces", y le expuso el impacto negativo del gravamen, sobre todo para los microempresarios que ųexplicabaų apenas se estaban reponiéndose de la crisis de 1994, cubriendo adeudos con el banco y con el IMSS, así como pagando impuestos.

La diputada Micher recuerda que al principio los partidos de oposición en el Congreso local ųque son mayoríaų no respaldaron el nuevo gravamen, pero creyeron en las buenas intenciones del gobernador y le pidieron el proyecto concreto para evaluarlo.

El resultado fue que como pocas veces, perredistas, priístas y petistas coincidieron en que la propuesta era pésima y que Fox "la había improvisado". Los legisladores del sol azteca fueron contundentes: "Es una mescolanza aberrante de educación popular, educación de adultos, alfabetización, método Freire".

En respuesta, Fox se molestó y recorrió el estado diciendo que al Congreso no le interesaba la educación de adultos, por lo que cada fracción parlamentaria decidió pedir a expertos nacionales una evaluación exhaustiva del proyecto.

Invitado por el PRD, un equipo del Centro de Estudios Educativos (CEE) ųentre los que estaban los investigadores Carlos Muñoz Izquierdo, Lesvia Rosas y María del Carmen Maldonadoų terminó recomendando al Congreso que "no aceptara la propuesta del IEP tal como estaba formulada, dadas sus debilidades conceptuales y su incorrecta estrategia".

Por el PRI, el subsecretario de Educación Básica y Normal de la SEP, Olac Fuentes Molinar, redactó una cuartilla y media en la cual sugirió que se tomarán en cuenta las implicaciones de crear un nuevo modelo educativo para adultos, las características de la institución responsable de atenderlos y la capacitación de los instructores.

Pero lo que colocó a los panistas contra la pared fueron los puntos de vista del investigador Pablo Latapí, a quien ellos mismos le encargaron la evaluación del IEP.

El experto en política educativa consideró que los autores hacían una serie de omisiones importantes, entre otras, que en el país opera el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), con la misma misión que se daba al IEP. Al advertir incongruencias y confusiones en el modelo educativo propuesto, explica Micher, Latapí aconsejó aprovechar la metodología del INEA, corregirla y adaptarla a Guanajuato.

Aun así, el 18 de octubre de 1998, Fox emitió un decreto de creación del IEP, lo que obligó a los diputados a aprobar ese año un presupuesto emergente de 100 millones pesos. Pero, a más de un bienio de su operación, los diputados coinciden en que fue un fracaso porque reporta "160 mil acciones educativas" (que incluyen lo mismo a una persona inscrita un día antes, a otra que recibió una plática o alguien que ya estudia regularmente), cifra que dicen es "miserable" frente al millón 170 mil alumnos que Fox prometió instruir.

El libro del PVEM, abono para la alianza con Acción Nacional

Fox ųen su página webų y el gobierno de Guanajuato afirman que en 1996 el presupuesto asignado a educación era de 2 millones 66 mil pesos y que gracias al foxismo en 1999 esta cantidad casi se triplicó al llegar a 5 millones 214 mil pesos.

Además de que las cifras están equivocadas, porque "se cuentan en miles de millones de pesos", Micher explica que son "trampeadas porque no mencionan que la mayor parte de las aportaciones, más de 3 mil millones de pesos, provienen de la Federación".

En 1996, para poner en marcha un canal educativo, el secretario de Educación estatal, Fernando Rivera, debió comparecer ante el Congreso local, pero salió tan mal librado que "virtualmente lo hicimos pedazos por presentar un plan que no tenía ni pies ni cabeza", recuerda la diputada.

Abunda: "Después de rechazar el proyecto, un día me encontré a Fox en un restaurante y le reclamé por qué impulsaba algo así, y me contestó: 'me lo saqué de la manga' ".

El plan educativo más reciente que provocó irritación del magisterio fue la distribución en algunas primarias de miles de libros elaborados por Jorge González Torres, presidente del PVEM. Raúl Chávez, dirigente del Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo, refiere que el ciclo escolar pasado, la Secretaría de Educación de Guanajuato comenzó a repartir ese material, aun cuando los especialistas consideraron que "era muy malo y no aportaba nada a los contenidos de los libros de texto gratuitos de Ciencias Naturales".

Cuando la distribución se hizo pública, el gobernador recibió una andanada de críticas en la prensa y de educadores que cuestionaban los 2 millones de pesos que había gastado el gobierno en el material educativo, e inclusive acusaron a Fox de utilizar la educación con fines políticos, entonces desconocidos. Con el tiempo, refiere Chávez, "nos dimos cuenta que el librito sirvió de abono para la alianza PAN-PVEM en las elecciones del 2000".