MARTES 30 DE MAYO DE 2000

Ť La gente de Chivas propuso a Rafael Lebrija para el cargo de tesorero


Aires de ilegalidad en la designación de De la Torre

Ť El idilio con Alejandro Burillo Azcárraga terminó cuando salió de Televisa

Miguel Angel Ramírez Ť Un aire de ilegalidad impregnó el nombramiento de Alberto de la Torre como presidente de la Federación Mexicana de Futbol. Los presidentes de clubes de Primera División no cumplieron al pie de la letra con los reglamentos propios y encumbraron al tapatío en una asamblea que perdió toda seriedad, cuando la gente de Chivas, en su afán de venganza contra Rafael Lebrija, lo propuso para el cargo de tesorero, siendo el titular de la rama.

El artículo 14 del Reglamento de la Primera establece: "Las convocatorias para las diversas Asambleas, deberán estar en poder de los Clubes por lo menos 10 días antes de la fecha fijada para su celebración, a excepción de la Asamblea Sectorial que deberá ser (anunciarse con) 30 días de anticipación". La junta del pasado 22 de mayo no cumplió con ese requisito, pero, como el tema iba a ser la Selección Nacional, acordaron reunirse.

Nadie esperaba que en la víspera, Enrique Borja se decidiera por fin a presentar su renuncia a la presidencia de la FMF. Borja hizo el anuncio el día 20 ante los medios de difusión.

Lebrija, apegándose al reglamento, aseguró entonces que sólo ocuparía la presidencia de la institución por 11 días; el plazo justo para convocar a la asamblea.

Pero Juan José Leaño, el presidente de los Tecos, lanzó el mismo día 22 a De la Torre para sustituir a Borja. José Antonio García, su colega del Atlante, le dijo que no se oponía a la candidatura, pero que debían sujetarse al reglamento y volver a reunirse en 10 días. Leaño contestó que no, porque además lo de Alberto ya lo habían votado.

Lebrija tuvo entonces que corregirlo, pues, obviamente, no lo habían hecho en la asamblea.

La llegada del presidente del Atlas a la máxima silla de la FMF estaba cocinada de tiempo atrás, y Leaño cumplió con su misión de imponerlo desde el día 22. Pero lo que no habían acordado era cómo llenarían el hueco que De la Torre dejó en la Tesorería de la FMF, y esto provocó una verdadera pachanga.

A Luis Miguel Tinoco, el vicepresidente de las Chivas, no le interesaba la Tesorería ni ningún cargo ya en la institución, así es que renunció hasta a su puesto en el comité directivo de la rama.

Empezaron a soltar nombres como si estuvieran pasando lista de presentes. El hijo de Enrique Fernández, presidente del Celaya, declinó, y Fernando Arredondo, vicepresidente del Monterrey, hizo lo propio.

José Antonio García aprovechó la ocasión y lanzó a Roberto Zermeño. Todos enmudecieron al escuchar el nombre del presidente del León, quien está abrumado por problemas económicos. Afortunadamente para ellos, Zermeño tampoco aceptó.

La gente de Chivas no se midió al proponer a Lebrija para la Tesorería. Al representante del Toluca no le agradó la burla ni las risas de sus colegas, pero únicamente pudo contestar que no aceptaba, porque era el presidente de la rama. Los rojiblancos están muy molestos con Lebrija por el cambio de horario del partido contra el Atlas, en los cuartos de final de esta liguilla, y lo quieren ver fuera de la federación.

Cuando tocó el turno a Justino Compeán, presidente del Necaxa, aceptó. En otros tiempos, Toño García hubiera aplaudido que se le diera un puesto más a Televisa, por más inmoral que fuera, pero ahora no y por eso insistió con la candidatura de Zermeño. Tal vez, Roberto recordó que viene de una ciudad donde la vida no vale nada, porque aceptó ahora el reto. Lo lamentó. Vino la votación y Compeán lo eliminó como el Toluca lo hizo con el Puebla en la actual liguilla.

Seguramente Alberto de la Torre argumente que se cumplieron con todos los requisitos para su nombramiento, como en 1988, cuando, en su papel de director ejecutivo de la Selección Juvenil Mexicana, negaba la existencia de cachirules en ese representativo, pese a la publicación de actas de nacimiento que demostraban lo contrario. "En esto deben estar involucrados algunos que no quieren al futbol mexicano y propician el canibalismo que recientemente se ha desatado". (Esto, 26 de mayo de 1988).

Borrar todo lo que huela a Burillo

femexfut-directivos-1-jpg Quien estuvo muy callado en la junta del día 22 fue Borja. Terminó como otros ex presidentes de la institución: repudiado y sin ninguna credibilidad. Lo último que hizo para salvarse del cese fue hacer que un empleado de la federación le firmara una confesión para exonerarlo en el caso de Osmar Donizete. En la junta del pasado tres de marzo, Borja exigió que el empleado explicara a todos los presidentes que él le había dado una copia del contrato de Donizete (archivado en la FMF) al promotor José García, para que registraran indebidamente al jugador brasileño en esta agonizante temporada. Los directivos escucharon al empleado, pero nadie le creyó que confesara voluntariamente, a sabiendas que podía perder su trabajo, pero así le dieron carpetazo a este penoso caso.

Otro ciclo al que desean poner fin en la federación, es al de Alejandro Burillo Azcárraga. Tras el rompimiento de Burillo con la gente de Televisa, acabó también el idilio con la federación. Antes era otra cosa. "El señor Azcárraga Milmo, mi gran amigo y líder, me dio instrucciones para ayudarle a la selección a ser importante en este deporte. El futbol estaba desprestigiado por los cachirules y acababa de entrar Marcelino García Paniagua -gran amigo de la casa- a dirigir la Federación Mexicana de Futbol. Don Marcelino nos confió que la Federación no tenía dinero ni para comprar los uniformes de los jugadores que iban a participar en un partido eliminatorio en San Vicente rumbo al Mundial de Estados Unidos 94. (Emilio) Maurer había hecho una serie de marranadas y se llevó los archivos y el dinero, dejando sin activos las arcas de la federación. Le pedí a Marcelino que hiciera un presupuesto de desarrollo del futbol mexicano y que me dijera cuánto debíamos dar como apoyo económico. De parte de Televisa le dimos algo así como 100 mil dólares para que los seleccionados se pudieran presentar dignamente a esa competencia". (confesó Burillo a la revista Contrataque, en septiembre de 1999).

Pero no será fácil borrar a Burillo de la FMF. Todos los directivos saben que es quien tiene los derechos de la selección mexicana y de la Copa Prelibertadores. Además, podría ser dueño oficialmente de dos equipos -se sabe que tiene intereses en el León- en caso de que Irapuato ascienda.

Burillo sembró fuertes raíces en la federación, pero también podría poner una propia. Le sobran dirigentes entre sus empleados, José Antonio García, Roberto Chapa, Raúl Quintana, Alejandro Orvañanos, Raymundo Palacios, Kiese... Aunque hay algunos que no esperarían ni a que cante el gallo para negar a Burillo.