DOMINGO 28 DE MAYO DE 2000

* En peligro, la seguridad alimentaria de México: investigador de la UAM


Desalientan políticas agropecuarias la producción

Carolina Gómez Mena * Debido a la aplicación de teorías neoliberales "mal digeridas", que abrieron apresuradamente el mercado nacional de granos básicos, y de "fracasadas" políticas gubernamentales en esta materia, México importa cantidades que exceden 40 por ciento lo previsto en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es decir, en promedio se adquieren unos nueve millones de toneladas de esos productos, señaló Emilio Romero, estudioso del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

Puntualizó que el caso del maíz es el más crítico, ya que en 1999 se compró a América del Norte cinco millones 400 mil toneladas, lo que supera en casi 2 millones y medio a lo establecido en el TLCAN para esa fecha, es decir dos millones 900 mil toneladas.

Entrevistado durante el 16 seminario de Economía Mexicana, en su vertiente políticas agropecuarias, Romero opinó que al tenor de las deficientes políticas agropecuarias nacionales, que en lugar de incentivar la producción de maíz, la desalienta, México superará en breve el actual nivel de importación, el que ya de por sí sobrepasa en casi 80 por ciento lo estimado en el TLCAN.

Romero también refirió que actualmente 40 por ciento del consumo nacional está cubierto por la compra de excedentes de maíz estadunidense y que de esta situación las principales beneficiadas son las grandes empresas comercializadoras transnacionales como la Continental Grains, Dreyfus y Cargill, así como los emporios locales Maseca y Minsa, las cuales sustituyen la labor de venta de la desaparecida Conasupo.

En este renglón, recordó que antes de que México ingresara al GATT en 1988 y que entrara en vigor hace seis años el TLCAN, nuestro país era autosuficiente en producción de granos, situación que ahora se ha revertido debido a la aplicación de una política neoliberal que abrió el mercado sin considerar las diferencias.

Citó que las desigualdades productivas entre Estados Unidos y México son "profundas" y que basta recurrir a las cifras para verificarlo. Así, la zona más productiva del país, Sinaloa, invierte 125 dólares por tonelada, mientras a Estados Unidos, esa misma tonelada le cuesta 85 dólares; a esto se suma que al otro lado de la frontera cada hectárea rinde 15 toneladas y acá se producen 1.5 toneladas en la misma extensión de terreno.

En lo referente a los subsidios las diferencias también son notorias, pues mientras en México los maiceros obtienen vía Procampo alrededor de nueve por ciento en apoyos, en Estados Unidos los productores reciben subsidios que representan 30 por ciento del valor de la cosecha, lo que aumenta la situación de desigualdad.

Detalló que otra gran deficiencia de los subsidios es que ahora éstos no se entregan a los productores, sino a quienes compran la cosecha. De esta forma el año pasado Minsa, Maseca, junto a Cargill, obtuvieron más de 500 millones en forma de apoyos agrarios.

En torno a la marcada dependencia alimentaria ųsostuvoų ésta es poco recomendable, pues organismos internacionales como la ONU y la FAO establecen que, si bien ningún país es autosuficiente ciento por ciento, estar por arriba de 12 por ciento en dependencia pone en riesgo la seguridad alimentaria, y más aún si ésta se deposita en excedentes internacionales.

Sugirió que ante esto, México "debería redoblar esfuerzos" para tratar de abatir esa dependencia, aunque destacó que el gobierno tiende a lo contrario, pues durante los últimos dos años los apoyos al campo han decrecido en alrededor de 40 por ciento.