SABADO 27 DE MAYO DE 2000
Ť Descarta el gobierno que su delicada salud pueda influir en los jueces
Nuevos exámenes médicos a un sonriente Augusto Pinochet
Ť Los hijos de Salvador Allende y Orlando Letelier desean que el ex dictador sea condenado
Enrique Gutiérrez Aicardi, corresponsal, y agencias, Santiago, 26 de mayo Ť Al ex dictador Augusto Pinochet se le vio hoy sonriente tras someterse a exámenes médicos en el Hospital Militar, pero el gobierno chileno descartó que la cuestión de su salud pueda influir en las decisiones de los tribunales en el proceso de desafuero.
"No tiene por qué influir --el estado de salud-- en los tribunales de justicia. La salud del senador vitalicio ha estado comprometida hace bastantes meses y, por lo tanto, esto se agrega al cuadro general clínico que él tiene", declaró el ministro secretario general del gobierno, Claudio Huepe.
Destacó el funcionario que la realización de exámenes esta mañana, durante casi dos horas, al octogenario militar no generó ningún antecedente nuevo que no haya estado contemplado, e indicó que en todo caso "el problema de la salud va a ser considerado por los tribunales de acuerdo con la legislación chilena".
Pinochet fue sometido a un control médico programado, calificado de "rutinario" por sus allegados. Se le practicó un ecocardiograma de stress dado que había sufrido un alza de presión, entre otros diagnósticos complementarios.
Tal como llegó, escoltado y en un Mercedes Benz blindado, y luego en una silla de ruedas, del mismo modo salió del hospital poco después del mediodía, y al subir al auto caminó un poco y sonrió brevemente, para enseguida regresar a su residencia en el exclusivo barrio La Dehesa.
La Fundación Pinochet confirmó que su caudillo fue sometido a exámenes "rutinarios" para ajustarle su marcapasos, pero que esto no es nada grave, y "esta tarde recibirá al cuerpo de almirante y generales en retiro, que son más de 120".
Isabel Allende y y Juan Pablo Letelier, diputados socialistas e hijos respectivamente del derrocado presidente Salvador Allende y del asesinado ex canciller Orlando Letelier, afirmaron no buscar que el ex dictador cumpla una condena de cárcel sino que sea condenado por la justicia.
Letelier, cuyo padre murió asesinado en un atentado en Washington en 1976 a manos de los esbirros de la dictadura, explicó que el objetivo es que los jueces determinen la responsabilidad criminal de Pinochet, pero que después serán los primeros en apoyar que se respete su estado de salud y su edad para que no se le encarcele.
Dijeron que sí quieren verlo condenado y que se le levante el fuero, aunque no vaya a la cárcel, y agregó Juan Pablo Letelier: "Me interesa que en la historia quede claro que Pinochet, comandante en jefe del ejército, presidente autodesignado, senador vitalicio, él como persona fue responsable de crímenes horribles en nuestro país".
En la conferencia de prensa conjunta, Isabel Allende advirtió a la derecha política que no será el gobierno de la Concertación por la Democracia el que intervenga políticamente, pues hacerlo sería afectar el estado de derecho.
Asimismo, instó al comandante en jefe del ejército, general Ricardo Izurieta, a que realice "en privado" sus manifestaciones de apoyo a su caudillo.
No obstante Izurieta hizo declaraciones a por segundo día consecutivo y dijo que el desafuero de Pinochet es una situación que afecta a Chile y no sólo al ejército.
Pero el gobierno del presidente Ricardo Lagos reiteró su postura de no intervenir para salvar al ex dictador de la complicada situación judicial que enfrenta, y reafirmó que Chile se halla tranquilo y sin tensiones.
El ministro del Interior, José Miguel Insulza, desestimó las declaraciones de Izurieta y las calificó como "situaciones coyunturales", aunque admitió que quizá es- tos hechos "tensionan a mucha gente".
En lo que pareció una respuesta ante las declaraciones de los militares, la derecha y la familia de Pinochet, que han pedido la intervención política del gobierno para liberarlo de la justicia, el ministro asentó que intervenir ante los tribunales implicaría hipotecar "el desarrollo de nuestra democracia por los próximos 20 años".
Mientras la familia de Pinochet decía en un mensaje confiar en "la justicia divina" ante el fallo de desafuero, un tribunal de París pidió a la Corte Suprema de Justicia chilena antecedentes sobre la muerte del sacerdote francés André Jarlan e interrogar por exhorto a Pinochet como presunto testigo del citado crimen, ocurrido en un barrio santiaguino en septiembre de 1983.