SABADO 27 DE MAYO DE 2000
Ť Fox y Cárdenas, a la ofensiva; Labastida, huidizo
Tres aspirantes presidenciales y una discusión entre sólo dos
Ť El priísta, desesperado: golpeó la mesa como señal de fortaleza
Mireya Cuéllar y Juan Manuel Venegas Ť Tres candidatos y un debate de dos. Un Vicente Fox que hizo todo -incluso convencer a su partido de hacer públicas las listas de los beneficiarios del Fobaproa- para conjurar los demonios que desató en su martes negro; un Cuauhtémoc Cárdenas que remontó los intentos publicitarios del PAN por asociarlo al PRI y un Francisco Labastida huidizo, a la defensiva, que terminó desesperado y golpeando la mesa en un intento por mostrar fortaleza.
El debate empezó donde se quedó el pasado martes. En la necedad y el fax de Fox.
De entrada, el panista admitió que fue "un poco terco, como se lo decía su mamá", pero jugó con la terquedad como un elemento necesario para acabar con un régimen autoritario de 70 años. ƑUstedes creen que una persona sin emociones podría mover las conciencias de los mexicanos para lograr el cambio?, se escudó.
No perdió la oportunidad de mostrar -desde el inicio- que su estrategia de ligar a Cárdenas con Labastida iría más allá de la campaña publicitaria que emprendió la misma noche del martes para revertir el mal sabor de boca que su tozudez le dejó a su equipo de campaña.
También Labastida dejó claro desde el principio cuál sería su estrategia. Hizo muchas propuestas en torno a lo que sería su gobierno, y evitó la alusiones personales. Sin embargo, de todos modos, Cuauhtémoc Cárdenas fue por él cuando preguntó: Ƒcómo le vamos a creer cuando 10 por ciento de la población concentra hoy 40 por ciento del ingreso y 70 por ciento restante apenas recibe 33?
ƑCómo les vamos a creer cuando el PRI apoyado por el PAN salvaba financieros corruptos, banqueros ineficientes y a los amigos de aquellos que detentan el poder? Mucha gente en nuestro país perdió su patrimonio y nos han cargado a todos los mexicanos una enorme deuda que nosotros no contrajimos.
Luego, aprovechando que Fox y Labastida mencionaron el tema de la cultura -sin que estos candidatos cuenten con un proyecto en la materia-, Cárdenas cuestionó al panista la "intolerancia" que practican frente a las manifestaciones culturales y recordó las exposiciones vetadas por administraciones blanquiazules. Al PRI le reprochó no haber impulsado nunca una política nacional que permita la difusión efectiva de la cultura, limitando su acceso a los sectores con mayor ingreso económico.
Siempre evitando entrar en materia, Labastida pasó por alto los comentarios. Fox respondió, en cambio, "nosotros por lo menos trabajamos" y le echó en cara que durante sus administraciones en Michoacán y el Distrito Federal no hayan sido claras las políticas culturales. Irónico, hizo un reconocimiento a la "consistencia de Cárdenas: fue mal gobernador en Michoacán y resultó peor en la ciudad de México".
Más: presumió que en Guanajuato "hasta un indígena chichimeca puede llegar a la universidad", destacando las 50 mil becas que en su administración se otorgaron a niños y jóvenes.
De paso, raspó a Labastida acusándolo de no haber resuelto el problema de la UNAM cuando fue titular de Gobernación. Labastida siguió nadando de muertito, pero Cárdenas seguía yendo por él. Le cuestionó que el gobierno federal, al cual perteneció, no haya resuelto el problema de los maestros. Y como Labastida dijo que el problema del país es que "todavía no soy presidente", Cárdenas, burlón, le respondió que debería tratar de influir más en las decisiones de la actual administración "para que no le vaya tan mal en esta campaña".
A lo largo del debate, Cárdenas recordó una y otra vez el tema del Fobraproa, donde dijo, "hay de todo, desde defraudadores millonarios hasta parientes de candidatos presidenciales", en alusión a los hermanos de Fox y de Labastida.
Buscando el efectismo publicitario, Fox respondió poniendo sobre la mesa un sobre y declarando al periodista Ricardo Rocha -moderador del debate- depositario de las claves para acceder al CD Rom que contiene los nombres de los empresarios beneficiados por el Fobaproa. Ni Cárdenas ni Labastida parecieron inmutarse. Más bien el michoacano le dijo: šqué bueno que ya convenciste a tu partido!
Cárdenas aprovechó para recordar al guanajuatense que quien lleva dos sexenios acordando con el gobierno es el PAN.
En el tema de la corrupción, Cárdenas definió al PRI como sinónimo de corrupción, a lo que Fox respondió: "Me la ganaste, Cuauhtémoc, esa era mi entrada". Con una sonrisa, el candidato de la Alianza por México le devolvió: "Me da gusto que reconozcas que te volví a ganar el día de hoy".
A Fox no le gustó: "Yo no dije que ganaste -se retractó-, dije que das la apariencia de estar corrigiendo lo que vivimos todos los mexicanos el otro día, donde te volviste alegre y chistoso y hasta nos regañaste, según esto. Pero ese día quedó claro que un viejo amor ni se olvida ni se deja".
El único asunto que le caló a Labastida fue el relacionado con su exilio en Portugal, cuando pretendió provocar a Cuauhtémoc aludiendo a la reunión que tuvo con Carlos Salinas en 1988. La respuesta de Cárdenas fue la lectura de un discurso donde Labastida alaba al ex mandatario para rematar llamándolo "oportunista" porque hoy pretende deslindarse de quien fue su jefe, le dijo, de su grupo político. Y le recordó que si alguien enfrentó al salinato fue el PRD, "mientras Labastida disfrutaba de este producto de la adulación que fue su embajada en Portugal".
El sinaloense se encendió: "Si me fui a Portugal fue porque había amenazas contra mi vida, y la vida de mi señora". Recordó el asesinato de quien fuera procurador de justicia de Sinaloa durante su mandato, Francisco Alvarez Farber. Ante la insistencia de Cárdenas de que había "corrido" en lugar de estar en México combatiendo a Salinas, Labastida comentó que había padecido junto con su esposa dos intentos de asesinato y que como "con la vida de mi mujer yo no juego" había decidido irse.
Insistente, Cárdenas le recordó los asesinatos de Ovando y Gil -dos de sus cercanos colaboradores, asesinados en vísperas del 6 de julio de 1988-, y la lista de más de 600 perredistas muertos en hechos violentos durante los sexenios de Salinas y Zedillo.
Hasta entonces se escucho a Labastida alzar la voz -tenía el rostro enrojecido- y golpeando sobre la mesa respondió: "Le metí todo y tengo el carácter y la decisión suficiente para arreglar el problema de la inseguridad. šEso que no se te olvide, Cuauhtémoc!".
-Le están neceando más que yo el martes, Francisco -intentó bromear Fox.
-Estoy preguntando nada más -respondió Labastida.
-Bastante necio estás hoy. Parece que nada te convence -insistió el hombre de las botas y las tepocatas.
Los equipos de campaña -que no pudieron estar con sus candidatos en el auditorio- esperaron en el lobby del Museo Tecnológico ver salir a los participantes en el debate, para inaugurar una guerra de porras. Duchos en el arte de la porra, se quedaron con el escenario. Fox se fue inmediatamente al Angel de la Independencia y Cárdenas salió discretamente para encontrarse más allá de las barreras del museo a sus seguidores.
Ť Montan espectáculo en el Angel de la Independencia; hubo acarreados
Anuncia Fox que buscará lograr 51% de los votos
Claudia Herrera Beltrán Ť Ante una masa delirante y la cúpula panista en pleno que debió esperar dos horas en el Angel de la Independencia, anoche el candidato de la Alianza por el Cambio, Vicente Fox, no sólo se declaró el ganador del segundo debate, sino que pronunció un discurso en tono de presidente de la República.
Pero aún con los raspones del miércoles pasado, cuando insistió en realizar un debate ese mismo día, gritó que finalmente tuvo la razón "el hoy".
"Quiero una Presidencia acotada, pero con un jefe de gobierno que sea Santiago Creel. Quiero una Presidencia, sí, pero con un Congreso respaldado y con mayoría de Acción Nacional, Verde Ecologista y de los candidatos de Alianza por el Cambio".
En medio del espectáculo mediático que se montó en el Paseo de la Reforma, Fox tan sólo por un momento dejó las frases triunfalistas y pidió a sus seguidores que no se conformaran con una intención del voto de 42 o 44 por ciento, y los llamó a luchar por alcanzar 51 por ciento de las preferencias electorales.
Rodeado por decenas de personas y reporteros que coparon el templete, repitió una y otra vez que la coalición PAN-PVEM ya habían ganado y que el 2 de julio la democracia y la alternancia en el poder iban a imponerse.
Casi un mes antes de las elecciones presidenciales, el panista se sintió jefe del Ejecutivo y ofreció un gobierno honesto, transparente, plural e incluyente en el cual participen los partidos que lo apoyaron y otras fuerzas políticas.
Frente a sus seguidores -según los panistas 15 mil- que no dejaban de gritaban y alzar las manos y las banderas blanquiazules, el abanderado se siguió imaginando en Los Pinos: "Necesitamos un gobierno fuerte, de amplia base ciudadana, de gran consenso porque esta tarea no va a ser fácil".
Obsesionado con el "debate del debate" que tuvo el martes pasado cuando bajaron sus bonos por su terquedad, se defendió, y señaló que sólo así se podía derrotar al PRI y llamó también terco a su auditorio porque tuvo la paciencia para mantenerse en el monumento casi cinco horas, y aguardar su llegada dos horas, una vez concluido el debate
Veinte minutos antes de la una de la mañana el panista se retiró, llamando a sus simpatizantes a seguir trabajando para ganar el voto.
Pero no fue el único que se regodeó anoche. Le antecedieron una fila de líderes panistas que se deshicieron en calificativos. El dirigente nacional, Luis Felipe Bravo Mena, de plano mandó al aspirante presidencial al cielo cuando dijo que las encuestas "dicen que Vicente va a la cabeza y después de hoy se va a las nubes".
Interrumpidos por la aparición en las dos macropantallas de las cuatro entrevistas que hicieron a Fox en televisión, otros dirigentes del banquiazul hablaron, como Carlos Medina Plascencia, que, envalentonado, lanzó una pregunta al presidente Ernesto Zedillo sobre quienes son los verdaderos demagogos. "Los priístas", contestó.
Cuando comenzó el debate la congregación en Paseo de la Reforma era reducida; incluso, los candidatos a puestos de elección popular del PAN debieron recurrir a sus huestes populares para engrosarla. Una señora humilde que cargaba a un bebé comentaba: "Una muchacha de la Gustavo A. Madero me trajo".