BALANCE INTERNACIONAL Ť Eduardo Loría
Crecimiento y desempleo
Las regularidades económicas, a fuerza de su comprobación empírica, conducen a la elaboración de leyes que facilitan la prospección y, por tanto, la mejor toma de decisiones.
Gracias a un trabajo del gran economista estadunidense Arthur M. Okun (y que después derivó en la llamada Ley de Okun, publicado en 1962 "Potential GNP: Its Measurement and Significance"), es posible pronosticar el efecto que en promedio tendrá el crecimiento del producto sobre la tasa de desempleo. De acuerdo con esta ley, para el caso de Estados Unidos y para el periodo 1959-1998, por cada punto porcentual que crezca el producto por arriba de 3 por ciento la tasa de desempleo se reducirá en 0.5 por ciento. Por ejemplo, si el producto crece en 4, la tasa global de desempleo caerá de 4.5 a 4 por ciento, pero si la producción crece por debajo de 3 por ciento la tasa de desempleo inevitablemente tenderá a aumentar. Conviene decir que en los primeros estudios, Okun halló que la relación era de tres a uno aproximadamente. Sin embargo, algunos trabajos más recientes que utilizan técnicas econométricas avanzadas sugieren que la cifra más precisa es de 2.5, sobre todo para los periodos recientes.
Lo interesante es que esta ley ha mostrado gran capacidad predictiva, a pesar de las fuertes turbulencias de las décadas pasadas.
En la colaboración anterior (13 de mayo) utilizando Eudoxio: modelo macroeconométrico de la economía mexicana, versión 3.2, presentamos los pronósticos macroeconómicos para este año. Este instrumento analítico también incorpora el cálculo de esta ley para México, y arroja que la cifra mínima de crecimiento del producto es 3.95 por ciento para que la tasa de desempleo abierto caiga en 0.6 por ciento. Es decir, tanto por las bajas remuneraciones al trabajo que obligan a que más miembros de las familias se incorporen al mercado laboral, por la fuerte inercia demográfica de las décadas anteriores y por la tendencia a la utilización de más capital por trabajador, si crecemos por debajo de 3.95 por ciento, irremediablemente la tasa de desempleo en nuestro país aumentará. Además de ser esta ley una relación estadística que tiende a cumplirse, la importancia crucial también radica en la estabilidad del crecimiento. Para propósitos de esta ley, de poco sirve la alta volatilidad en esta variable, se requiere que el dinamismo de la producción sea estable. Esta constituye la segunda condición, quizás de suficiencia.
Todos los candidatos a la Presidencia hablan de altas cifras de crecimiento, pero ninguno en específico de esta ley y los requerimientos de inversión, tipo de cambio y ahorro necesarios para proyectar el desempleo a futuro, que no su solución.