VIERNES 26 DE MAYO DE 2000

* Mafia entrelazada, el ámbito ruso de negocios


Putin consolidará el saqueo del país, dice Obschaya Gazeta

* Crea el presidente un "sistema autoritario", según la publicación

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 25 de mayo * "Al crear un rígido sistema autoritario, el presidente (Vladimir Putin) sólo va a consolidar el actual modelo de capitalismo de la oligarquía y nomenklatura que saquea el país, haciendo a los magnates cada vez más dependientes de su poder personal y convirtiendo el ámbito ruso de los negocios en una entrelazada disciplina mafiosa y dirigida por la Familia", anticipa en un editorial, inusual por su dureza, el semanario Obschaya Gazeta, cuya más reciente edición empezó a circular este jueves.

Representativa de los intelectuales de talante liberal, la publicación dirigida por Egor Yakovlev reitera su rechazo a las tendencias autoritarias en el quehacer político ruso y se declara, a partir de este momento, en abierta oposición a Putin.

Bajo el título de "La dictadura destruirá el país", el editorial advierte que Putin, apoyándose en los servicios secretos, quiere ir más allá de su antecesor, Boris Yeltsin, quien sentó las bases de un sistema de poder autoritario, y pretende establecer "un poder que no está dispuesto a admitir la más mínima restricción ni oposición".

Existe la impresión, añade, de que la concentración de cada vez más poder en manos del presidente no es un recurso para aplicar ninguna política, sino un objetivo en sí mismo. En la retórica de Putin, argumenta, son palabras clave "orden" y "eficiencia", conceptos que amplios sectores de la población, y el propio presidente, manejan en su subconsciente como sinónimos de poder autoritario.

Por tanto, agrega, en la interpretación de "orden" y eficiencia" que hace Putin, "no caben valores democráticos como el estado de Derecho, la primacía de la ley, la libertad de expresión, una oposición fuerte y real, la alternancia en el poder o un sistema judicial independiente".

En contra del compromiso manifestado por Putin de continuar las reformas, el semanario considera que no puede haber una economía de mercado normal, cuando enriquecerse o arruinarse depende por completo de los nexos con el poder político y de un mayor o menor grado de complicidad.

Para Obschaya Gazeta se avecinan tiempos aciagos: "El país, que no ha sido capaz de crear instituciones fuertes de la sociedad civil, llamadas a limitar el poder y a servir de su contrapeso, de nuevo avanza hacia una dictadura".

A la vez, expresa el convencimiento de que "el sistema dictatorial que se está implantando no puede ser sólido o durar mucho, y el país, tarde o temprano, encontrará fuerzas para volver a la senda de la democracia".

El precio que habrá que pagar, en su opinión, será muy alto: "Del periodo de nueva dictadura saldremos como un país que, aun si mantiene su integridad, será arrojado a la periferia del mundo contemporáneo".

A todos los que no son indiferentes hacia el futuro de Rusia y ven los riesgos en ciernes, el semanario los exhorta a "oponerse a las actuales tendencias dictatoriales, incluso si ello significa ir contra la corriente y contra las ventajas personales, las comodidades y la tranquilidad".

Y concluye: "Mientras mayor sea la resistencia ahora, más débil será el régimen de la dictadura, acabará más pronto y más fuerte será Rusia cuando salga de la misma".