JUEVES 25 DE MAYO DE 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

Vicente Fox decidió ayer que siempre sí irá el próximo viernes al debate entre candidatos, ya repuesto del berrinche monosilábico que había escenificado el pasado martes, cuando a toda propuesta o alternativa sólo respondía, ensimismado, "hoy", "hoy", "hoy", "hoy..."

La más reciente retractación de Vicente Fax (esta columna se abstiene momentáneamente de usar el apellido Fox, en espera de que algún directivo de Televisión Azteca le envíe un fax aclaratorio) ha sido dolorosa pero necesaria. Dolorosa porque significa la aceptación pública y clara de que es indefendible la postura asumida el martes por el candidato para quien ese día parecía no haber mañana. Necesaria porque sólo de esa manera podrá intentar el guanajuatense su recuperación, sobre todo dramatizando dos líneas esenciales de su nuevo libreto: el hecho de que habría sido víctima de una celada (la versión con botas de una caperucita blanquiazul) y la denuncia de que Labastida y Cárdenas han formalizado una alianza política.

Inocente palomita

Según esa nueva postura del foxismo, el intrépido vaquero del Bajío habría caído el pasado martes en una trampa malévola hecha por los pérfidos pistoleros Pancho y Cuau, quienes habrían llevado a Chente a lo oscurito de una transmisión televisiva abierta para adelantarle en público de la gente su 28 de diciembre.

Chente, noble como todos los hombres de rancho que llegan a ser gerentes para Latinoamérica de la Coca Cola, no supo qué hacer cuando sus malévolos adversarios citadinos (y ladinos) se unieron ambos dos juntos al unísono para hacerlo quedar mal ante los ojos de la bella damita de provincia autodenominada sociedad civil.

Información privilegiada

Sin embargo, esta columna, que sufre por las Chivas, está en condiciones de dar a conocer a su selecto público información privilegiada (tomada de la simple lectura de los diarios y de la observación de los noticiarios electrónicos), con la que se demuestra que el licenciado Fax hizo todo cuanto humanamente le fue posible para reventar la posibilidad del debate (ahora, si lo humanamente posible no resultó políticamente suficiente, eso es harina de otro costal).

Un elemental ejercicio de reconstrucción de šheeeeechooooos! demuestra cuando menos lo siguiente: Fox se levantó el martes de su desgracia con el propósito ejecutivo de tronar cualquier posibilidad real de debate. Por ello recurrió a la sucia treta de hacer pública, mediante altavoz, la llamada telefónica que intencionalmente le hizo a Labastida, tratando así de dejar constancia ante reporteros de que quien se negaba a debatir era el priísta. Igual maniobra de embuste hizo con Cárdenas, aunque sin altavoz, pero sí reproduciendo ante los mismos reporteros las palabras del michoacano que mejor convenían para hacer sentir su presunta negativa a discutir. En ese lapso, Faxente Fox pretendió cambiar de lugar y hora la reunión pactada entre candidatos. Ya no sería a las 5 de la tarde en la casa de campaña de Cárdenas, sino a las 14:00 horas en el hotel Marriot.

Dado que no funcionaron tales intentos matutinos, el panista llegó a la casa de la calle Aristóteles con una estrategia inamovible. A sabiendas de que era imposible creer que se podría organizar un debate de tales dimensiones en cuestión de unas cuantas horas, Fox se estacionó, con el freno de mano puesto, en la calle de la testarudez. Hoy, hoy, hoy, decía para provocar a sus adversarios, firmemente atornillado a su silla para así ganar la imagen básica para sus propósitos, que era la de aparecer como el que hasta el final se había mantenido sentado en espera de resoluciones que, en ese plan simplista, no se habrían dado por culpa de los otros, quienes por pararse primero estarían condenados así a ser señalados por la propaganda panista como los responsables de la cancelación del debate.

No venía preparado, pero...

Una prueba irrefutable de la estrategia reventadora de Fox la pescó al vuelo Cárdenas, cuando felicitó a Vicente por la rapidez con la que escribía sus discursos pues, como quedó claro a todo mundo, la pistola más veloz del Oeste ya tenía impreso y fotocopiado el texto en el que daría cuenta, cuando ya se había ido Labastida, y mientras Cárdenas le acompañaba de pie, de que sólo él había deseado el debate y sus adversarios no. Luego, aparentemente rota la idea del debate tripartita, Fox se fue a jugar en su cancha, a Televisión Azteca, con Sergio Sarmiento como interlocutor. Otra prueba de esa intención manipuladora quedó manifiesta en el desplegado que esa noche hicieron publicar en los diarios de la capital del país, con el título de "Al descubierto: los pretextos de Cárdenas y Labastida" y el subtítulo "Los candidatos del PRI y del PRD no quisieron asistir al debate". Resulta altamente aleccionador revisar con cuidado tal documento, pues en él se sintetiza la postura panista de culpar a los otros de la entonces aparente cancelación del debate. En ese texto se reiteran las mismas mentiras que Fox usó en la calle de Aristóteles.

Pero, para desgracia del guanajuatense, los resultados de ese lance penoso le fueron totalmente adversos. Dio los motivos exactos que necesitaba el sistema PRI-gobierno para soltar una embestida de medios en su contra. La línea fue fijada con claridad: evidenciar al máximo las contradicciones y los errores de Fox. Una oportunidad dorada como la que les regaló Vicente a sus adversarios no habría de ser dejada pasar en vano.

Voto útil y alianzas

No fue, por lo demás, la única oportunidad dorada que obsequió a sus contrincantes. También generó las condiciones para que se acercaran las posiciones de Labastida y de Cárdenas y, aún más, para que se expresaran en hechos concretos. El priísta estuvo en la discusión de la calle Aristóteles atenido a la conducción del michoacano. Nada hará más felices a los del tricolor que el crecimiento electoral de Cárdenas. Haya acuerdos secretos o no, en la realidad política, en los hechos, el PRI y el PRD han iniciado una larga marcha contra la derecha. Ello no necesariamente debe ser entendido como un pecado, pero Fox pretende ahora centrar su discurso en la denuncia de ese acercamiento, de esa alianza. En el fondo, a eso va al debate del viernes, a tratar de denunciar al país entero esa alianza que él entiende contranatura, aunque por su parte la buscó y exigió a nombre del llamado voto útil que tantos oportunismos encubre.

Por lo pronto, Fox ha debido recular y aceptar el debate que en su momento rechazó con tanto empecinamiento. No le quedaba de otra. Sólo así podrá impedir que el error del martes le reste muchos votos. Sólo así podrá tratar de reconquistar la tendencia dominante que había mantenido hasta ahora.

 

Astillas: Mal día le tocó a Porfirio Muñoz Ledo para que se hiciera saber su adhesión a Vicente Fox. Apenas hubo tiempo para enterarse del paso adelante que ha dado el ex priísta y ex perredista a favor del candidato panista. Técnicamente, ambos personajes, Fox y Muñoz Ledo, dijeron que pactaban un programa de transición democrático. En los hechos, es la confirmación de lo que ya se sabía pero Porfirio trata de ocultar el mayor tiempo que le sea posible... También fue malo el momento en el que decidió aparecer en público un grupo de priístas que se han vuelto críticos cuando están a punto de quedarse sin chamba legislativa, porque no pudieron pasar del trampolín de una cámara a otra, o porque fueron sacrificados en diversas maniobras internas de su partido o, simplemente, porque ya están fuera de la jugada política, por edad o por exceso de currículum. Entre otros, están los ex gobernadores Enrique Olivares Santana, Antonio Riva Palacio, Ausencio Chávez, Alejandro Cervantes, Saúl González Herrera, Fernando Pámanes, Francisco Guel; los diputados Carlos Jiménez Macías, Salvador Sánchez Vázquez, Francisco Javier Santillán; algunos senadores y los candidatos perdedores a gubernaturas Héctor Hugo Olivares, Artemio Iglesias y Lucas Vallarta.

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