MIERCOLES 24 DE MAYO DE 2000
Ť Ramiro Osorio, nuevo coordinador del Festival Internacional
Jimmy Cliff, Luck Dube e Inner Circle encabezan la fiesta caribeña
Ť Se realizará del 25 al 30 de julio, en Quintana Roo Ť Mañana, presentación oficial
Ernesto Márquez Ť La fiesta del Caribe que se realizaba hacia noviembre y que ha cambiado de organizadores, según soplan los aires políticos, se realizará del 25 al 30 de julio. Su actual coordinador operativo, el ex embajador de Colombia y actual director adjunto del Festival Iberoamericano del Teatro de Bogotá, Ramiro Osorio, está manejando una lista de 90 nombres artísticos, entre los cuales están algunos integrantes del colectivo Buena Vista Social Club, el grupo de Yumurí y sus hermanos, los salseros Bobby Cruz y Richie Rey, el cantante sudafricano Luck Dube, el grupo jamaiquino Inner Circle y la leyenda del reggae Jimmy Cliff.
Dos cosas habrán de explicar los funcionarios del gobierno de Quintana Roo y el jefe del Conaculta cuando presenten mañana en rueda de prensa el programa completo del ahora llamado Festival Internacional del Caribe. Uno: Ƒpor qué las prisas de llevar a cabo este festival con un escaso margen de tiempo en la organización. Y dos: Ƒpor qué hicieron a un lado al equipo que encabeza el periodista Froylán López Narváez y el empresario Miguel Nieto, mismo que realizara la versión 99 del Festival Internacional de Cultura del Caribe, nombre original del evento. No dudamos del buen juicio y criterio de Ramiro Osorio, pero es de muchos sabido que un festival de esa índole requiere de tiempo y una sólida estructura organizativa para llevarlo a cabo.
Por el trasmano que ha demostrado desconocimiento e improvisación la fiesta que desde un principio se pensó caminara en dos pies: el de la reflexión y el de la diversión, se tornó en una cosa amorfa del que lo único rescatable, la música, se ha tornado, salvo honrosas excepciones, en una demostración de mediocridades. No fue sino hasta el año pasado cuando intervino en la coordinación musical Miguel Nieto, cuando la cosas mejoraron. Estos festejos que iniciaron siendo presidente de la República Miguel de la Madrid y gobernador del estado Miguel Borges Martin, comenzaron muy bien. Una vez terminada la fiesta se compremetía la voluntad de los organizadores de que los otros serían mejores. Y, así, el festival iba creciendo. En 1988 acudieron representaciones de 15 países y 643 participantes entre intelectuales y artistas. Al año siguiente la cuota descendió a 13 países y 219 participantes, lo que hizo pensar a los organizadores que el éxito de ese festival radicaba en una mayor responsabilidad para los próximos.
Tras un año de espera vino un cambio de estafeta y la coordinación del FICC recayó en la persona del escritor chiapaneco Eraclio Zepeda, quien como si se tratara de un entrenador de futbol venía a hacer campeón a un equipo pequeño en menos de un año de trabajo. Todos sabíamos que Laco nunca en su vida había estado a cargo de un festival y menos de uno como el Cultural del Caribe, por lo que quienes se encargaron realmente de salvar la nave y llevarla a buen puerto fueron: Froylán López Narváez, Miguel Nieto y Eduardo Llerenas, quienes apoyados en un espléndido equipo de colaboradores lograron una reunión artística de primer nivel donde lo folclórico más auténtico a lo popular más elaborado fueron la basa de la fiesta. Una fiesta, cabe señalarlo, con el suficiente relumbrón como para opacar al opulento Festival Internacional Cervanteino, que días antes había concluido. Recuerdo que por esas fechas de festivalitis (se daban el ya citado Cervantino, Cultural de Sinaloa, del Desierto, de Las Fronteras, de Zacatecas, de la Ciudad de México, del Centro Histórico...), el festivalito, como le llamaban con desdén al del Caribe, destacaba, a diferencia de los otros, un máximo aprovechamiento de sus bajos recursos y un incuestionable carácter popular manteniendo todas las plazas llenas y una gran expectación en el resto del país, ante la cobertura extrordinaria de los medios de comunicación (unos 200 periodistas) que estaban allí presentes. Ese Tercer Festival de Cultura del Caribe demostró además ser un gran atractivo para el turista que con la gente del pueblo se reunía en los foros y plazas abiertas en donde se presentaban los espectáculos.
Allí se empezó a trabajar sobre esta forma de atraer turismo, muy común en otras partes del mundo y que aquí no se había potencializado. Por primera vez en la historia cultural mexicana la identidad de un festival serviría para inscribir a una zona del país en el mapa de los grandes destinos del ocio como ha sucedido con Montreux y Cannes. "Hay que trabajar en ciertas formas de espectáculos en los que se establezcan ciertos cotos para el sector turistico y podamos allegarnos de recursos y continuar con el cometido", declaraba Laco Zepeda. "Los que puedan pagar un espectáculo con mayor comodidad y en mejores condiciones personales que lo paguen, pero sin desdoro de la almendra de la fiesta en las plazas, donde la gente la gente baila, se reúne, conversa, platica y ama; eso hay que cuidarlo como la niña de los ojos", decía el escritor. Esas eran las palabras, sólo faltaban los hechos y en ello trabajó el equipo de López Narváez para la realización del cuarto FICC. La presencia de grandes figuras de la música afroantillana como Celia Cruz, Oscar D' León, Johnny Ventura, Tito Puente o la Sonora Ponceña, que al lado de grupos cultores de tradición como Los Muñequitos de Matanzas, Tabou Combo, Toto La Momposina, establecían una propuesta por demás atractiva que convocaba al público en masa a las distintas plazas donde se presentaban. No hay que olvidar que la vocación de estas fiestas era y seguiría siendo la música, por lo que en ese renglón trabajaban afanosamente los especialistas Nieto y Llerenas, mientras que Froylán se encargaba de la parte académica.
Habiendo ya probado su efectividad y vena popular, la quinta versión del FICC no se realiza por problemas políticos. Mario Villanueva, entonces flamante nuevo gobernador, decide en primera instancia no hacerlo y luego, ante las presiones, decide realizarlo al vapor. La fiesta cultural que, a pesar de los pesares, año con año se ha llevado a cabo en Quintana Roo, ha vuelto a generar un ánimo imprevisible.
Se han realizado 10 festivales relacionados con la cultura caribeña en el estado de Quintana Roo. Cuatro en la era de Miguel Borge Martín, cinco en el (des) gobierno de Mario Villanueva y uno en el actual de Joaquín Hendricks. ƑQué se ha logrado? ƑA quién o para qué han servido? y Ƒqué es lo que se pretende con esta nueva versión a cargo de Ramiro Osorio? Es lo que sabremos mañana.
Por lo pronto, aunque no hay una declaración al respecto, Froylán López Narváez es el responsable directo del nacimiento de esta gran fiesta popular. Una fiesta de la que a pesar de que en la versión anterior le jugaron chueco y le entorpecieron la organización, destacó el espíritu con la que fue creada.