MARTES 23 DE MAYO DE 2000
Ť La artista visual inaugura exposición en la Galería de Arte Mexicano
Caer en el preciosismo, peligro del vicio de la belleza: Rippey
Ť Jardín de ecos. Ecos de jardín incluye 23 dibujos a lápiz y grafito sobre papel
Ť La relación con el cuerpo del erotismo causa fascinación y desconcierto, afirma
Merry Mac Masters Ť Si la artista visual Carla Rippey utiliza material fotográfico existente como la base para sus dibujos es porque así puede ''salirse de sí misma" e incorporar más elementos en su obra. De esa manera también tiene acceso a mundos distintos al suyo y a momentos que pasaron hace 20, 30, 50 o 150 años, a fin de retrabajar una realidad percibida, pero a partir de su imaginación o de un enfoque diferente del original.
Esto, dice Rippey, lo ve en particular cuando trabaja con las imágenes eróticas viejas porque sabe que su intención primera fue otra, es decir, crear un producto para el gozo de los hombres. Pero la dibujante, al verlas, piensa en ''cómo era el mundo del fotógrafo o el de las mujeres que están siendo retratadas. De que esto lo hacían para llevar un dinerito a la casa de su mamá o para dar de comer a sus hijos. Cómo era para ellas estar haciendo eso. O, a otro nivel más abstracto, cómo pueden representar a toda mujer en su propia intimidad que es algo que siempre he trabajado".
El modo Géminis
Siguiendo esta línea, resulta especialmente inquietante el grafito sobre papel Las siamesas (1998), en el que de un cuerpo femenino agachado salen dos cabezas. La obra, apunta Carla Rippey, pertenece a la serie Vicio de la belleza (''vicio porque está asociado con el erotismo, el pecado y todo lo sórdido. Vicio también porque trabajo esta temática desde hace 20 años y no me puedo salir de allí".)
Rippey tomó la imagen anónima, de ''pornografía suave", del libro Mil desnudos. Una mujer está encima de la otra, sólo que en la foto original se ven los dos traseros desnudos.
Apunta la entrevistada: ''Aquí hay algo que hago mucho no sólo con fotos de mujeres, sino también con los niños muertos, entre otros; dejo fuera la parte fuerte de la imagen. Por ejemplo, he hecho varios dibujos en donde lo que ves es una niña viva con plantas, pero no su hermanito muerto. No obstante, sé que está allí, igual sé que existe la parte más obvia, vulgar o fuerte. Lo que me interesa es que el enfoque esté en otro lugar".
Con Las siamesas, Rippey también se adentró en un nuevo proyecto que tiene que ver con la ''imagen doble", ya sea los gemelos o los desdoblamientos, incluso cuatas inventadas cuando toma dos veces la misma persona, a la manera de distintas facetas de la propia personalidad ''muy al modo Géminis". Juzga, entonces, a Las siamesas como el ''estira y afloja" de una mujer tratando de ser dos o viceversa.
En la más reciente exposición de Rippey, Jardín de ecos. Ecos de jardín, en la Galería de Arte Mexicano, piezas como Constance y Mary Ellison (2000), unas gemelas ''tomadas de las niñas de Lewis Carroll", al yuxtaponerse con Las siamesas su dejo de erotismo cobra fuerza.
Luego está el grafito El jardín del bien y el mal (1999), cuya foto original es de una mujer levantando la falda de otra. ''En la forma que lo trabajé (deja al descubierto la espalda de la dama) se percibe una mujer más bien viéndose a sí misma, casi como si fuera una serpiente dándose la vuelta para verse por atrás. Es esa fascinación y desconcierto con la parte física de uno. ƑSoy objeto o soy sujeto? La relación con el propio cuerpo del erotismo".
El jardín del bien y el mal se yuxtapone con La desconocida (2000), trabajada a modo de un desdoblamiento, en donde una de las dos niñas duerme mientras la otra mira de reojo.
Aquí Rippey advierte que ''el vicio de la belleza" tiene el peligro de caer en el preciosismo. ''A veces sí sé que caigo pero trato de evitarlo al tener el gesto fuerte y un elemento más torcido o perverso.
''El fotógrafo Witkin trabaja un poco de la misma forma aunque él lo hace con imágenes mucho más perturbadoras y de una forma más agresiva. Pero la idea es la misma, al colocar junto lo agresivo, lo perverso y lo bello."
No obstante que las mujeres y las niñas son la temática sobresaliente en la obra de Rippey, recientemente se ha encontrado dibujando bebés, cosa que no deja de extrañarle: ''Si dibujas la cara de un bebé, de alguna forma entras en su mundo".
La artista lo atribuye a que su serie Imagen delible, de índole más abstracta, gira en torno de la memoria de la primera infancia. En casi todas las piezas una porción bien definida constrasta con otra más nebulosa, pues ''hay algo que recuerdas bien y otra que ya se te borró de plano". Son cuadros, además, que emplean más blanco de lo que ella acostumbra y tienen que ver con estas ''lagunas".
Recreación del impacto emocional
La serie que da nombre a la muestra, Jardín de ecos, se basa en una colección de fotografías en blanco y negro que Rippey le compró a una familia cuya costumbre era retratar a sus niños en el jardín de su casa. Estas fotos ''bonitas e intensas" le sirvieron para recrear la experiencia densa de ser un niño.
Con el blanco y el negro, apunta la artista, ''de repente todo adquiere un distanciamiento de lo que es el mundo cotidiano en lo que puede ser la dimensión privada de la memoria, y se vuelve más dramático". Le gustó dicho dramatismo en la medida que siempre trabaja sobre la idea del impacto emocional.
Agrega que el tema de los jardines, en especial de la clase media de hace 20 o 30 años, es algo que nadie trabaja.
A Rippey le interesa porque ''es como estar hurgando en rincones un poco ignorados. De repente lo sacas y a todos les puede recordar algo de su propia infancia, de cosas que han visto de sus papás, sus abuelos".
Hecho insólito en su producción, también ha realizado obra sin la presencia humana. Se trata de un homenaje al fotógrafo alemán Adolphe Braun. Sin embargo, son plantas que tienen alma y energía.
-ƑPiensas que el dibujo se cultiva igual hoy en día?
-Lo que es copiar una imagen está desvirtuado porque es tan fácil trabajar con la foto original. No es tan obvio cuál sea el valor de saber dibujar o utilizar el dibujo. Además, a los artistas en la actualidad les da mucha flojera.
''En el enfoque de cómo abordar el trabajo y cómo combinar elementos muy distintos, no se cultiva mucho el dibujo, o se cultiva un dibujo deliberadamente naif, porque lo que es muy realista se puede lograr con una misma foto'', considera la artista.
-ƑEl dibujo continúa siendo la base del arte?
-Como todas esas ideas generales sobre qué es el arte, se vuelve forzado ponerle definiciones. Creo que uno hace todo esto por una necesidad quizá filosófica de darle coherencia a su propio mundo.
(La exposición Jardín de ecos. Ecos de jardín, integrada por 23 dibujos a lápiz y grafito sobre papel, de las series Jardín de ecos, Imagen delible, El vicio de la belleza y A través del espejo, será inaugurada hoy a las 19:30 horas en la Galería de Arte Mexicano, ubicada en la calle Gobernador Rafael Rebollar 43, colonia San Miguel Chapultepec.)