DOMINGO 21 DE MAYO DE 2000
* José Antonio Rojas Nieto *
Mentira piadosa
Con sobrada razón, mis estudiantes de la Facultad de Economía de la UNAM repudian el trato dado a Rincón Gallardo en Filosofía y a José Blanco en nuestra facultad. Nada lo justifica. Pero también tienen razón cuando dicen que hay cosas más graves. Suscribo su juicio. Por ello, también son muy críticos de la forma en que las autoridades universitarias y el gobierno han conducido y manipulado el conflicto universitario. Y los escucho repudiar severamente la violencia callejera, la toma burocrática de escuelas e instalaciones; pero más, mucho más, la violencia institucionalizada, tan bien caracterizada desde 1968 por los obispos de América Latina en Medellín; esa violencia que desde los núcleos del poder, lo mismo golpea al cuerpo que inhíbe y entristece al alma, para impulsar formas de desarrollo que no sólo no cancelan pobreza y la tristeza y la desesperanza, sino que la profundizan; por la miseria, la desigualdad y la asimetría económica que provoca. "Me encantaría ųdice uno de ellosų, que el CGH fuera autocrítico, que reconociera sus fallas; pero que aquellos que lo combaten vehementemente, también fueran autocríticos y, sobre todo, críticos con las autoridades y con el gobierno, con quienes en muchas ocasiones se muestran complacientes, tolerantes y hasta sumisos. Son selectivos en la intensidad de sus reclamos. Sin duda".
Estos pensamientos brotan en un salón de clases, cuando reflexionamos sobre el largo proceso de conformación de Europa, que incluye eso que Fernando Braudel llama atroces noches de los siglos IX y X, al pensar en la evolución de ese incipiente bloque de regiones mediterráneas, atormentado desde dentro y desde fuera durante siglos; acaso conducido a la adolescencia por una estructura feudal que operó como modo de defensa de esas agresiones; que empezó a madurar en el marco de la lucha por la libertad y las libertades; y que fue sorprendido por una Revolución Industrial que le permitió el mayor impulso económico y social que se experimentara en época alguna, pero que originó las ideas del laisser faire, laisser passer ųlas del liberalismo económicoų, y que han conducido a justificar que el mundo sea resultado del libre juego económico entre individuos, clases y naciones. Pero esta doctrina miente; falazmente supone un juego igual y una lucha igual. No es cierto. Se trata ųpara decirlo con Braudelų de una mentira piadosa que se abre campo sincera o engañosamente (tenemos que discernirlo a diario en personas, grupos, clases sociales, corporaciones, partidos, gobiernos) bajo la forma de liberalismo democrático, conviviendo y alentando un Estado autoritario. Y esta mentira piadosa se institucionaliza; se hace gobierno; se hace partidos; se hace propuestas; se hace alianzas.
En estos momentos de elecciones, de promesas y de raquíticas propuestas, se impone al máximo ese discernimiento. Menos para eludir la tremenda y cada vez mayor responsabilidad social frente a las elecciones que, sin embargo, no lo son todo; más para hacerlos con plena conciencia de la atroz noche a la que puede llegar un México injusto e intolerante. Siempre es momento para trascender el cinismo y el fatalismo al que nos ha conducido el nuevo liberalismo hecho gobierno; siempre es momento para pensar en lo alternativo: siempre es momento para re-comenzar, re-construir, rehacer, re-fundar y repensar lo alternativo y, desde ahí, reconciliar al todo. Menos como una pureza y una coherencia que se pueden comercializar en la televisión; más como una renovada invitación a hacer frente a una mentira que por más piadosa que sea seguirá siéndolo mientras se crea que la modernización salvaje se puede corregir (con enseñanza de inglés y computadoras en un caso, o con la alternancia en el otro, por más valor que tengan en sí estos procesos), cuando lo único esperanzador que está por venir es el esfuerzo social, solidario y civil, desde abajo y desde fuera del Estado para que, aun este mismo, bajo la presión y la movilización sociales, se sume a la construcción de una modernidad alternativa.