DOMINGO 21 DE MAYO DE 2000
* Martínez Gallardo acusa a banqueros de especular con los recursos del público
Zedillo privilegió a las grandes empresas, asegura la Concamin
* El Ejecutivo dejó de lado a las pequeñas y medianas industrias, afirma el dirigente
Humberto Ortiz Moreno * Alejandro Martínez Gallardo, presidente de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), aseguró que los banqueros "sí tienen mucho dinero" para prestar, y los acusó de especular con los recursos captados del público y negarse a dar créditos "por el miedo a que vuelva a suceder algo parecido a lo de 1995".
El líder del sector industrial del país aseveró que los bancos "tienen inmensas cantidades invertidas en bonos del gobierno que les generan intereses mensuales, en vez de prestar recursos al aparato productivo".
El argumento de los banqueros para no prestar era que necesitaban ser reformadas las leyes y definir garantías para el capital, pero ahora se les acabaron los pretextos porque la normatividad ya fue actualizada, señaló.
Indefinición del gobierno
En una entrevista con La Jornada, advirtió que el gobierno de Ernesto Zedillo privilegió a las grandes empresas que tenían capacidad de generar mucha mano de obra y exportar para traer divisas que son fundamentales, en un programa muy exitoso en lo macroeconómico, pero que afectó la microeconomía porque dejó de lado a las pequeñas y medianas industrias, lo que significará la más importante de todas las asignaturas pendientes al término de su administración.
Y argumenta: "Si reconocemos que el problema número uno en México son los 40 millones de pobres, aseguro que esos 40 millones de pobres no dejarán de serlo mientras no haya una pequeña y mediana industria fuerte y progresiva en el país".
Martínez Gallardo apuntó que el sexenio zedillista estuvo marcado por la indefinición en torno de una política que diferenciara el peso específico y la fuerza que tiene una gran empresa o una transnacional globalizada frente a las pequeñas o medianas industrias.
"Se necesita una ley de fomento, que el gobierno tenga un especial apartado, una reserva para darle a este grupo de pequeñas y medianas empresas parte de las obras y de las compras oficiales. Se necesita que haya una política fiscal que diferencie las fuerzas, que privilegie a ese sector y lo impulse hacia delante. Hace falta todavía una verdadera revolución en esta materia."
El dirigente de la Concamin subrayó que uno de los grandes problemas del sector productivo es el acceso al financiamiento. Si bien ha mejorado el consumo y hay signos de un mayor bienestar, el asunto de fondo, estructural, no está resuelto: las pequeñas y medianas empresas, que constituyen 95 por ciento de las 600 mil existentes en el país, "no alcanzan a sacar el cuello".
Y es que ese segmento de la planta productiva lleva casi cinco años sin acceso al financiamiento.
Martínez Gallardo detalló que representa a aproximadamente 250 mil industrias, de las cuales 95 por ciento son pequeñas y medianas y solamente unas 10 mil pudieron entrar a programas de garantías de Nafin o planes de excepción en bancos.
"Las otras empresas no tienen acceso al crédito. Incluso algunas de ellas ni siquiera manejan chequeras ni cuentas de bancos, sino puro efectivo". A juicio del presidente de la Concamin, mientras prevalezca esta situación es imposible pensar que este sector podrá recuperarse. "Este es un tema fundamental".
ųEl gobierno habla de grandes avances macroeconómicos en el primer trimestre de este año, pero éstos no se perciben en la microeconomía ųse le comenta.
ųDefinitivamente. Ha mejorado el consumo, hay algunos signos de mayor bienestar que son inegables, pero el problema de fondo que tienen las micro y pequeñas empresas en este país, de carácter estructural, es la reestructuración a fondo de los mecanismos de financiamiento al aparato productivo. Es la más importante de las asignaturas pendientes.
ųMientras tanto los principales banqueros se disputan el control del mercado financiero ųse le menciona.
ųY no es que falten recursos en México. Los bancos tienen mucho dinero. En ningún momento se han manifestado de no tener recursos. Lo que pasa es que no los quieren destinar a dar créditos por el miedo de que vuelva a suceder algo parecido a lo de 1995. Y si uno ve los balances de los bancos, se podrá dar cuenta de que tienen inmensas cantidades depositadas en Cetes o en otros instrumentos de gobierno que les dan intereses mensuales en lugar de estarlos prestando al aparato productivo. Hay que estar conciente de ello.