SABADO 20 DE MAYO DE 2000
Ť Muestra del creador en el Museo Tamayo
Sáez: en el mundo del arte, la pintura es lo más sofisticado
Ť Incluye Ninfas, una serie de dibujos eróticos suaves
Merry Mac Masters Ť Para el artista español Manuel Sáez (Castellón, Valencia, 1961), lo más revolucionario sigue siendo la pintura. Si ''ahora, en el mundo del arte, hay un montón de disciplinas", la pintura, que aparece como lo más primitivo -se sigue usando un pincel como el hombre de las cavernas-, ''para mí es lo más sofisticado". Asegura, con ''mucho respeto", que la mayoría de los artistas que ahora trabajan con computadoras lo hacen con un material que, dentro de poco, estará acabado. Cree que la manera más profunda de trabajar es el soporte sobre lienzo porque es algo que está allí y que ''sabe mostrar que a los dos años funciona".
Y puntualiza: ''Bill Gates, el hombre que fabrica todas las computadoras, que proporciona a los artistas las cámaras de video, todos los programas sofisticados, cuando puede lo que hace es comprar dibujos u óleos sobre lienzo".
Sáez, con su sentido del humor y sus ideas refrescantes, llega a México para exponer obra de los años noventa en el Museo Rufino Tamayo. En rueda de prensa, anteayer, habló de la dificultad de clasificar su pintura figurativa que a veces para él ha resultado ''lo más abstracto que he visto". Por ejemplo, utiliza las formas del arte pop, pero no el contenido.
Zapatos que arruinan
''En la muestra hay unos cuadros de zapatos que la gente dice son muy warholianos, pero su historia es distinta. Cuando vivía en Roma, en el 90, me volví loco por una italiana que no me hacía caso. Me enteré que hacía zapatos a la medida y me los hice yo también en un acto de amor. Me arruiné porque los zapatos costaron una fortuna. Pero, los he rentabilizado al pintarlos y vendido los cuadros", afirma Sáez.
En otros aspectos su obra parece más próxima a la pintura metafísica italiana. William Jeffett, curador de la muestra organizada por el Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana, también lo relaciona con el surrealismo.
Ejecutante de ''cuadritos", porque los lienzos grandes, aunque ''espectaculares", ''no tienen corazón", Sáez se ha obsesionado con las cosas ''más simples que son testigos de mi vida", como sus bolígrafos, lápices y lentes. Ante el bombardeo diario de imágenes, prefiere quedarse en casa con lo que tiene cerca. Está convencido de que las cosas cotidianas tienen vida propia, que no son ni blancas ni negras, que tienen matices. Cree que los objetos ''son lo que son, por ejemplo, un vaso es un vaso, pero si se quiere ver una forma fálica, también es posible. Si alguien mira un chupón de los que tengo en la exposición, puede ver una imagen inocente, pero veo una bastante perversa. (El chupón es un ''igualador" porque todo el mundo, no importa su clase social, lo ha tenido en la boca.) Los objetos en vez de limitar, dan mucha libertad".
Respecto de Ninfas, una serie de ''dibujos eróticos suaves", incluida en la exposición que se inauguró ayer, Sáez lo compara con lo que llama ''arte de ginecólogo" y apunta que ''ha posado mi hermana, mi prima, mi abogado, gente que conozco y con la cual no he tenido ningún tipo de relación (...) Lo único que he hecho es arreglar aquello que ellas querían, la nariz así, porque creo que el gran arte es el de encargo".