BALANCE INTERNACIONAL Ť Gerardo Fujii
Relocalización de la industria nacional
El acuerdo de liberación comercial con Estados Unidos está teniendo un efecto muy profundo sobre la localización regional de la industria mexicana, el que se resume en la expansión de la manufactura en los estados fronterizos con aquel país, a la vez que el antiguo polo industrial localizado en el Valle de México va perdiendo importancia relativa.
Esta nueva conformación espacial se deriva de la enorme concentración del comercio exterior del país en el mercado estadunidense. El año pasado, 88 por ciento de las exportaciones y 74 por ciento de las importaciones de México se efectuaron con Estados Unidos, lo que en conjunto con el pequeño tamaño relativo de la economía nacional con respecto a la estadunidense, determina que los flujos de comercio entre los dos países tengan una influencia decisiva sobre la distribución regional de las manufacturas mexicanas.
En la fase de industrialización orientada hacia el mercado interno, el Valle de México se fue constituyendo en el gran polo industrial del país. Hasta 1988, 37 por ciento del empleo industrial estaba localizado en esta región, mientras que a los estados fronterizos les correspondía 24 por ciento. En la actualidad este cuadro es el inverso. La región de la frontera norte es más importante que el centro de la República en términos de empleo manufacturero.
Como resultado de la gran importancia que ha adquirido el mercado de Estados Unidos para las exportaciones manufactureras del país, la zona norte se ha convertido en polo de atracción de industrias por las ventajas que tiene de acceder a aquel mercado, en virtud de los menores costos de transporte de la producción local al mercado estadunidense, factor que es igualmente importante para las industrias que procesan materias primas y ensamblan partes provenientes de aquel país.
En contraposición, el antiguo centro industrial del país ha ido perdiendo dinamismo tanto por la competencia que enfrenta con productos importados como por la política sistemáticamente seguida en los últimos años de mantener comprimido el mercado interno.
La planta manufacturera que se conformó al amparo de la protección es radicalmente diferente a la del norte. Como se sabe, la parte más dinámica de la industria fronteriza está constituida por la maquila, que hace un uso intensivo de fuerza de trabajo no calificada, por lo que la ventaja del país radica en la oferta abundante de este tipo de trabajo, lo que contribuye a determinar que los salarios sean relativamente bajos en comparación con los pagados en Estados Unidos por labores similares. También por esta misma razón es fundamental en el actual modelo exportador el mantener la política de salarios contraídos, dado que esto es fundamental para determinar la ventaja exportadora del país.
Mucho se ha escrito sobre las ventajas y desventajas de la industria maquiladora. Es importante en términos de empleo, que es el problema más crítico del país, y como generadora neta de divisas. Pero el hecho de operar como un sector de enclave, al igual que la minería y la agricultura de plantación de décadas pasadas, con muy débiles lazos con el resto de la economía, determina que su dinamismo no se transmita hacia el resto de la economía nacional.