VIERNES 19 DE MAYO DE 2000

* Mensaje ante gobernadores de bancos centrales


Regresar al populismo, única amenaza para AL: Zedillo

* Insiste en que es necesario mantener la disciplina económica

Rosa Elvira Vargas y Roberto González Amador * Hoy, la única amenaza para América Latina es la de volver a caer en políticas económicas irresponsables y populistas, en situaciones en las cuales la demagogia y no el interés colectivo rijan los criterios de decisión, aseguró el presidente Ernesto Zedillo ante gobernadores de los bancos centrales del continente y de España.

Recomendó "profundizar los argumentos" para que las sociedades acepten que lo único conveniente, lo que permite crear un círculo virtuoso para la atención de los problemas sociales, es la perseverancia en las políticas de responsabilidad fiscal, monetaria y de cambio estructural.

Y aunque aseveró que nunca se cansará de insistir en que en un entorno cada vez más competitivo la disciplina económica debe ser rasgo permanente, cotidiano, el mandatario asumió que mantenerla, ciertamente no es fácil.

Sobre todo, abundó, "porque después de algunos años de aplicación de esas políticas económicas de ajuste, naturalmente nuestras poblaciones reclaman beneficios concretos" derivados de esos procesos.

Ante tal expectativa social, Zedillo recurrió de nuevo a su permanente credo económico. Hay que insistir en las políticas sensatas, pues, apuntó, cuando los países se "permitieron el lujo'' de tener políticas fiscales y monetarias irresponsables, los retrocesos sociales fueron más graves, profundos e injustos, y eso "está claro para la experiencia mexicana".

Porque un rasgo que algunos ven como negativo, declaró, "pero que otros vemos incluso como positivo" es la nueva globalización financiera, en la cual el margen de tolerancia para políticas incongruentes e irresponsables es inexistente.

La persistencia de desequilibrios fiscales, monetarios, de balanza de pagos en el manejo de la deuda externa o interna, "inmediatamente se traducen en procesos críticos que reclaman ajustes que, a la postre, resultan ser gravemente traumáticos" para las economías, añadió.

Ante los responsables de la política monetaria de una veintena de naciones, el jefe del Ejecutivo, economista de profesión, mostró su convicción de que cuando el Estado tenía una presencia "muy extendida" en la economía y en otros espacios de la vida de los países, se produjeron gravísimos desequilibrios económicos y los gobiernos tuvieron entonces menor capacidad de respuesta frente a los muy serios y complejos problemas sociales.

Externó enseguida que no es una paradoja ni un resultado accidental el que coincidan una estricta disciplina económica con el logro simultáneo del más alto nivel de gasto público en la historia, destinado a los programas sociales.

"ƑEsto qué quiere decir?'', se preguntó, y respondió de inmediato: "que no hay ninguna contradicción entre la responsabilidad económica y la aplicación de políticas activas, dirigidas, eficientes, para la atención de los problemas sociales, sino que en realidad hay un círculo virtuoso".

Proceder de esa manera, recalcó entonces, ensancha la capacidad de la economía para crecer de manera sostenida y fortalece además la capacidad del Estado para atender aquellos aspectos que tienen que ver más, y de manera directa, con el bienestar de la sociedad.

Ese es un argumento en el que debe insistirse, señaló rotundo para de ese modo encarar a los que llamó "detractores de estas políticas de responsabilidad" y que aseguran que las mismas se contraponen al cumplimiento de las obligaciones sociales de los gobiernos.

"Lo cierto es que ha sido lo contrario", afirmó. Dijo también que prácticamente todos los países de la región han experimentado procesos profundos de estabilización, de restructuración, los cuales hoy dan bases "muy firmes'' para avanzar en los fines nacionales de desarrollo.

Subsisten, agregó, retos de "enorme complejidad" y todavía el camino por recorrer es largo, sinuoso; reclama, "antes que nada, perseverancia" en las políticas de disciplina, expuso.

En la reunión en que momentos antes había intervenido el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, a quien se dio la presidencia del encuentro y en el cual había señalado la persistencia de una elevada inflación en los países del continente, Zedillo no pudo sustraerse de rememorar las épocas en que acudía como economista del banco central a juntas de ese tipo ų"no de gobernadores, por supuesto, un modesto técnico, un modesto economista".

En aquéllas, informó, los temas recurrentes eran la inflación y la imposibilidad estructural de ajustar las finanzas públicas. "Al final de cuentas lo que se destilaba era la enorme frustración compartida por aquellos economistas de bancos centrales acerca de la perspectiva de nuestras economías".

Hoy, dijo satisfecho, "esa situación es muy distinta": los procesos de ajuste y estabilización económica permiten "ver con una firme confianza hacia el futuro".

Más tarde, ya en Los Pinos, Zedillo se reunió con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, y habló una vez que terminó su intervención el dirigente de ese gremio, Tomás Ruiz Ramírez.

El Ejecutivo resaltó que en México ya son más de 16 millones los trabajadores que tienen una cuenta individual para el retiro y que este año los fondos depositados en las Afore serán equivalentes a más de 5 por ciento del producto interno bruto, lo que representa que ese sistema se ha convertido en un firme apoyo a la nueva solidez de la economía nacional.

Ofreció entonces a los aseguradores mantener una conducción seria, responsable y congruente de la economía, pues nunca ha buscado ni planteado salidas fáciles en vez de responsabilidad y seriedad.