JUEVES 18 DE MAYO DE 2000
Contra la intolerancia y el avasallamiento
* Octavio Rodríguez Araujo *
DESDE HACE MUCHOS años he tenido diferencias políticas con Gilberto Rincón Gallardo. Ahora, y sobre todo por el origen y desarrollo de su partido, tengo más diferencias que antes. Sin embargo, y a mi manera de ver, Rincón Gallardo tiene derecho a decir en la UNAM lo que a su juicio y al de sus patrocinadores sea necesario para difundir su candidatura y las tesis de su partido, sobre todo si es invitado por universitarios. Este derecho lo tienen todos los candidatos a gobernar México, pero también lo tenemos todos los mexicanos mientras el ejercicio de nuestro derecho no lesione la integridad moral de otros. Toda libertad, en el mundo civilizado en que queremos vivir, tiene como límite la libertad de otros. Esta es la condición civilizada y racional para ejercer nuestros derechos. Abusar de éstos es querer imponer a otros lo que nos venga en gana, y el resultado será el avasallamiento arbitrario y no un contrato social que nos permita convivir pacíficamente.
Los estudiantes del Consejo General de Huelga (puesto que no han desmentido los hechos) insultaron y agredieron físicamente a Rincón Gallardo en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su argumento: "El acto proselitista de Rincón Gallardo en la UNAM fue una clara provocación al movimiento estudiantil, luego de haber manifestado públicamente su 'voto de confianza a Juan Ramón de la Fuente' ante la provocación montada con golpeadores y luego el desalojo y detenciones con la PFP en la Preparatoria 3, el primero de febrero. Y no conforme con eso, vino a leer un mensaje en el que caracteriza a un sector del CGH y a los grupos de poder que gobiernan la UNAM, como si fueran lo mismo". (Véase boletín de prensa del CGH, 13 de mayo de 2000).
ƑLa anterior aclaración del CGH en su boletín de prensa quiere decir que Rincón Gallardo no tiene derecho a tener y decir sus opiniones? Es muy grave esta apreciación de los estudiantes del CGH, pues significaría que en la UNAM sólo se pueden hacer declaraciones a favor de este sector estudiantil. ƑPiensan los estudiantes del CGH que todos, para poder hablar en la UNAM, tenemos que estar de acuerdo con ellos? Pareciera que quieren imponer su lógica y posiciones al resto de la universidad. Si es el caso, esta actitud resulta inaceptable, pues de la misma manera que sus autoridades no son la UNAM, sino una parte de ésta, el CGH tampoco representa a la Universidad Nacional, ni siquiera a la mayoría de los estudiantes, y mucho menos a los académicos que no le hemos delegado ninguna representación.
Recuerdo que hace muchos años fue presentada una obra de teatro en uno de los recintos de la zona cultural de Ciudad Universitaria y que de repente llegaron miembros de una organización de ultraderecha (creo que del MURO) y a golpes y gritos interrumpieron la representación y obligaron a los espectadores a abandonar el teatro. El hecho fue reprobado por la comunidad universitaria, pues es tradición que no haya censura y que, por lo mismo, tengan cabida todas las expresiones ideológicas, políticas, culturales y artísticas. Este respeto a la pluralidad, basado en la tolerancia y en la libertad de expresión, es una característica de la Universidad Nacional Autónoma de México que defendemos y defenderemos los universitarios en contra de quienes quieran inhibirlo, sean o no autoridades, estudiantes o académicos o empleados administrativos. Es la esencia de nuestra universidad, y esta esencia no es compatible con el pensamiento único, venga de las autoridades o del gobierno federal o venga del CGH o de cualquier otro grupo.
En estas páginas y en otros foros, incluido el Consejo Universitario, me he opuesto a las reformas de Barnés y al uso que se le dio al plebiscito ya en el periodo de De la Fuente. Me he opuesto, asimismo, a la intervención de la fuerza pública para resolver el conflicto universitario. Pero también me he opuesto a medidas y actitudes intransigentes y en ocasiones violentas (verbales y físicas) del CGH que han impedido mínimos de entendimiento con su contraparte y con amplios sectores de la comunidad universitaria, incluso con quienes hemos expresado simpatías por el pliego petitorio de los estudiantes en lucha, aunque no necesariamente con su estrategia.
Que quede claro: no defiendo a Rincón Gallardo, pero sí su derecho a opinar públicamente sobre hechos públicos. Defiendo el debate, pero no la descalificación apriorística o la diatriba. Es más, defiendo la intransigencia en las posiciones políticas y en los ideales, pero no la negación de la razón ni el avasallamiento sobre quienes piensan de otra manera. *