JUEVES 18 DE MAYO DE 2000
* Orlando Delgado *
Cinismo bancario
En una declaración inusual, Carlos Slim, uno de los empresarios más poderoso del país y dueño de Inbursa, un nuevo banco que se ha mantenido como una institución rentable, calificó de cínica la oferta del grupo de control de Banamex para comprar Bancomer. Textualmente dijo: "Pienso que es una vergüenza y cinismo que en lugar de vender esos activos para pagar sus quebrantos y cubrir cartera transferida al Fobaproa, los usen para comprar Bancomer. Banamex es el único banco en el que no se diluyeron los accionistas, ni aportaron capital fresco nunca".
La opinión de Slim, que por supuesto defiende intereses particulares igual que Roberto Hernández, tiene la autoridad moral de que su banco no ha "vendido" cartera a Fobaproa, lo que es verdaderamente extraordinario; Banamex, por ejemplo, vendió 40 mil 168 millones de pesos; Bancomer, por su parte, cedió 46 mil 318 millones; Bilbao Vizcaya no se quedó atrás y entregó 23 mil 981 millones de sus créditos. Estas "ventas", por cierto, resultan desproporcionadas, si se comparan contra la participación de cada uno de estos bancos en el total de los créditos: Banamex, con 19.7 por ciento de la cartera del sistema, sus "ventas" al Fobaproa representan 11.5 por ciento del total, en tanto que Bancomer, con la mayor cartera de créditos del sistema, 20.5 por ciento, cedió 13.3 por ciento y el BBV con sólo 6.1 por ciento de la cartera total, entregó 6.9 por ciento del total de créditos al Fobaproa-IPAB.
Los señalamientos de Slim están en la misma línea con lo que expresó Cárdenas en la pasada Convención Bancaria, realizada en marzo; en ese foro, en un discurso considerado el parteaguas de la campaña del perredista, se planteó que "Uno de los principales lastres que arrastran las finanzas públicas hacia el futuro es la socialización de las pérdidas generadas por el quebranto bancario. Puesto que gran parte de ese costo deberá ser absorbido fiscalmente, los banqueros, pero también los muchos empresarios que de mal fe eludieron sus deudas y los funcionarios involucrados en estos hechos y decisiones, tienen hoy una grave responsabilidad ante la nación". Precisamente por esto, Cárdenas advirtió que resulta prioritario reducir el costo del Fobaproa y una de las maneras posibles es que las instituciones que estén en condiciones de pagar sus quebrantos, como lo señala el propio Slim, debieran hacerlo, antes que plantearse comprar otro banco.
Se trata, es cierto, de una obligación moral, pero la práctica bancaria requiere contar con credibilidad moral, fundada en un ejercicio ético, en lo que se conoce como las "sanas prácticas bancarias", el que ha sido duramente cuestionado por las administraciones de muchos de los bancos que han desaparecido, pero también de los pocos bancos privatizados durante el gobierno de Salinas que han logrado permanecer. La propuesta de Banamex ratifica que los nuevos banqueros carecen de la autoridad moral necesaria para ejercer el negocio bancario. Pero el asunto no termina allí, por el contrario, como lo indica la presencia en México del presidente mundial de BBV, hay el riesgo de que se violen los acuerdos firmados entre este banco y Bancomer.
El banquero español no sólo vino a negociar con los directivos de Bancomer, sino también con las autoridades económicas del país y con el Ejecutivo mismo, para solicitar que no favorezcan la operación propuesta por Banamex. La preocupación no es exagerada: los españoles, que llevan ya varios años trabajando en nuestro país, saben que el compromiso de los dueños de Banamex con el sistema priísta ha sido expresado de diversas maneras, por lo que su propuesta de compra no puede separarse de ese compromiso; por ello, la posibilidad de una actuación parcial de las autoridades está planteada. Eso es lo que explica la advertencia sobre la desconfianza que se generaría entre los inversionistas internacionales, de prosperar la compra de Bancomer por parte de Banamex, violando el contrato firmado con BBV.
La sombra de una operación amañada, tan frecuentemente realizada por los funcionarios gubernamentales priístas y que el país entero conoció detalladamente con el Fobaproa, se cierne amenazadora. Es parte de la presencia de las prácticas de un viejo PRI que se han puesto en marcha para evitar su derrota en las próximas elecciones y que, dada la vigilancia ciudadana e internacional, en este terreno como en el más general de lo electoral, fracasarán.