JUEVES 18 DE MAYO DE 2000

Chiapas: apuesta por la legalidad y la política

 

* Sami David *

Cuando presenté mi registro como candidato del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura de Chiapas, el pasado 15 del presente, afirmé mi apuesta por la legalidad y el ejercicio ciudadano a través de la política como único antídoto contra el aislamiento y la violencia. Con emoción y sensibilidad reafirmé mi compromiso para hacer una campaña llena de entrega, responsabilidad y respeto, puesto que México y Chiapas exigen y demandan diálogo y tolerancia.

La desesperación es mala consejera. La violencia, lo sabemos, puesto que la hemos padecido en carne propia, no es el camino para solucionar las demandas sociales. Nuestra historia, nuestra larga estabilidad social, debe ser el incentivo para luchar por una mejor sociedad, más justa, más democrática. Chiapas, lo he dicho en múltiples ocasiones, reclama, exige, demanda nuevas formas de quehacer político, de participación ciudadana, pero respetando a la gente, mirando a la gente, ocupándose de la gente.

La justicia social es una demanda, un imperativo. La democracia, desde luego, también es el otro reclamo. Y aquí, es oportuno reconocerlo, el Partido Revolucionario Institucional ha dado muestras firmes de hacer su parte.

El PRI, en Chiapas y en el ámbito nacional, ha buscado fortalecer el sistema de partidos. Ha propugnado por elevar el nivel democrático, con urbanidad y mucha condescendencia.

Por eso, como candidato a la gubernatura de Chiapas me propongo realizar una contienda respetuosa, de concordia y solidaridad con la gente y a favor de la gente.

Chiapas no tendrá futuro si no desterramos para siempre la pobreza, la marginación y la confrontación social.

Al combatir los rezagos fortalecemos la dignidad y libertad de los chiapanecos. Mi propuesta de gobierno consiste en privilegiar una política económica que incentive el comercio y la industria, con programas que fomenten la inversión privada, con una inversión pública que busque acelerar el desarrollo del estado, creando más y mejores empleos. En las manos de los chiapanecos está el lograr una patria chica digna.

El sufragio es el inicio, el motor que mueve la voluntad popular y genera los programas hechos gobiernos.

Por lo mismo, aspiro a que mi campaña se convierta en un movimiento social donde la política desarrolle la responsabilidad en el desarrollo de Chiapas.

Tenemos el conocimiento, la sensibilidad, la inteligencia suficiente para crear una nueva dinámica social, un futuro alentador, donde el indígena, los de la tercera edad, los jóvenes y mujeres, nuestros niños, nuestros artistas e intelectuales, nuestros artesanos y deportistas se desarrollen en paz y en armonía.

Los ojos del mundo están sobre el estado de Chiapas. Demos un ejemplo de dignidad. Que esta contienda política electoral sirva de ejemplo para todos.

Unir voluntades a favor de Chiapas, unificar acciones y pensamientos para transformar a Chiapas es mi propósito. Garantizar la certidumbre y el progreso para Chiapas. Este es el pacto de convicciones que propongo a la ciudadanía.

Es la hora de la reconciliación, no de la división. Y esta contienda no debe ser el pretexto para enfrentar a los chiapanecos. Sin importar el credo religioso o el signo partidista, unamos nuestras voluntades para superar las dificultades comunes. *