MIERCOLES 17 DE MAYO DE 2000
Ť Busca un mayor control sobre caciques regionales
Intenta Putin agrupar en siete super distritos las 89 repúblicas
Ť La medida no cambiaría la división administrativa rusa
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 16 de mayo Ť En sí misma, y mientras el Parlamento no modifique la Constitución, la decisión del presidente Vladimir Putin de agrupar, mediante decreto, en siete super distritos las 89 repúblicas y regiones de la Federación Rusa no representa un cambio en la división administrativa del país.
Es una medida que aquí ha dado mucho de qué hablar, por cuanto revela una clara intención del Kremlin de establecer un mayor control sobre los caciques regionales. En principio, la intención resulta loable en el actual contexto de desorden, cuando cada república y región aplican su propia legislación, a veces en abierta contradicción con la federal.
Si no hay duda respecto del porqué de esta medida, no es tan claro el para qué. Tan puede ser en el mediano plazo, no antes de un año, el primer paso de una reforma administrativa más profunda, que presupone realizar enmiendas constitucionales para hacer de Rusia un Estado centralizado, como también el primer paso de la estructura en que podría cimentarse, en el peor de los escenarios, un régimen policial.
Ya Boris Yeltsin trató de resolver el desfase federal al instituir la figura del "representante personal del presidente" en cada uno de los llamados Sujetos de la Federación. Fracasó en el empeño, pues el abultado aparato burocrático no contribuyó a que los líderes regionales cumplieran las directrices del poder central.
Putin, ahora, crea siete super distritos: el Central, con cabecera en Moscú; el Noroccidental, en San Petersburgo; el del Norte del Cáucaso, en Rostov del Don; el del Volga, en Nizhny Noxvgorod; el de los Urales, en Ekaterimburgo; el de Siberia, en Novosibirsk, y el del Extremo Oriente, en Jabarovsk.
Con ello no se propone reducir el número de representantes federales en el interior del país, pues los virreyes o comisarios políticos, como bautizó la prensa local a los titulares de los siete super distritos, tendrán segundos de abordo en cada una de las repúblicas y regiones e incluso delegados en las ciudades más importantes.
Lo primero que salta a la vista, y difícilmente sea casual, es que la demarcación de los siete super distritos es la misma que tienen las zonas de las tropas del Ministerio del Interior. Deja de parecer una simple coincidencia ante los insistentes rumores de que la Oficina de la Presidencia está por concluir un plan de restructuración a fondo de dichas tropas para convertirlas en una suerte de Guardia Nacional, supeditadas directamente a los "representantes personales del presidente".
De ser el caso, no sorprendería que la mayoría de los titulares de los super distritos sean generales del FSB, los servicios secretos rusos. Las "filtraciones" inevitables apuntan a que, por lo menos, tres o cuatro -de los siete- estarán ligados al organismo sucesor del KGB.
Se da por hecho, por ejemplo, que al frente del distrito Noroccidental, con cabecera en San Petersburgo, la ciudad natal de Putin, quedará el general Víktor Cherkesov, subdirector del FSB que en los 80 adquirió la triste fama de ser considerado el mejor investigador del KGB en materia de "fabricar" casos de disidentes.
El verdadero alcance de la iniciativa de Putin podrá medirse cuando se definan las facultades que tendrán los "representantes personales". La actual Constitución no deja mucho margen para colocarlos por encima de los caciques regionales, finalmente electos en las urnas.
Pueden controlar el aparato represivo federal, de llevarse a cabo la reforma de las tropas del Ministerio del Interior, y manejar los flujos financieros del centro como forma de presión a los líderes acostumbrados a gobernar como si se tratara de feudos particulares.
A la vez, es poco probable que el Parlamento acepte una reforma constitucional que permita destituir a los líderes regionales por incumplimiento de las directrices federales o que cambie el criterio de formación de la Cámara Alta, el Consejo de la Federación. Este se integra automáticamente por los jefes de los ejecutivos y legislativos de los 89 Sujetos de la Federación, cuya legitimidad invariablemente tuvo que pasar por las urnas. Hay rumores de que el Kremlin no abandona la idea de atribuirse el derecho de nombrar a los gobernantes regionales.
Es prematuro sacar conclusiones, pero cada vez son más las voces que advierten, desde los más distintos puntos de mira, que Putin avanza hacia lo que el ex presidente soviético, Mijail Gorbachov, llama un "autoritarismo moderado", o lo que Vitali Tretiakov, director de un diario propiedad del magnate financiero Boris Berezovsky, prefiere llamar una "democracia dirigida".
En otros asuntos, al menos dos soldados rusos murieron en una emboscada perpetrada hoy por rebeldes chechenos, cerca de la aldea de Bachi-Yurt, informó el Kremlin. Pero fuentes militares citadas por Itar-Tass e Interfax ubicaron las bajas en tres muertos; Itar-Tass añadió que el ataque continuaba en la tarde, refirió Pl.
El portavoz de los rebeldes Movladi Udugov dijo a Reuters que fueron abatidos 17 uniformados rusos, agregó que en otro combate, más tarde, fueron muertos 30 soldados rusos y cinco rebeldes.
Finalmente, la compañía estatal de armas, Rosvooruzhenie, informó que durante el año pasado tuvo un aumento en la ventas a 49 naciones con 2 mil 800 millones de dólares. Indicó que las ventas durante 1999 representaron un aumento de 800 millones de dólares, con respecto del año pasado, reportó Ap.