La Jornada miércoles 17 de mayo de 2000

PAGINA 9 Ť Lourdes Galaz
Zedillo y sus amigos

Ť En EU crece el síndrome de la "nostalgia de Clinton" Ť Acá un fantasma ronda por Los Pinos Ť Y Carlos Slim asume el liderazgo político Ť Enfrenta el gobierno a los banqueros y a los empresaros panistas de Monterrey

Bien dicen que allá en el norte se inventó el marketing político, y los estadunidenses saben bien cómo hacerlo. En la recta final de su gestión, a seis meses de dejar el poder, el Presidente de Estados Unidos se publicita como nadie. A Bill Clinton "las cosas le van bien... y despierta el entusiasmo de sus compatriotas". (El País, 7 de mayo). Y The Washington Post asegura que el pueblo estadunidense comienza a sentir "nostalgia de Clinton". Músico afinado, actor genial y gran seductor, el marido de Hillary dedica las últimas semanas de su vida en la Casa Blanca a hacer el balance humorístico de su presidencia. Hoy por hoy, el Presidente tiene una gran popularidad, y hasta las encuestas entre los electores demócratas revelan que 60 por ciento preferiría que Clinton fuera su candidato, y lo sería si no se lo impidiera una enmienda constitucional. La imagen del mandatario estadunidense es la más publicitada a nivel mundial en los diarios y revistas de mayor circulación... El rostro relajado de Clinton es la envidia de dos que tres gobernantes del mundo, quizá entre ellos esté el mexicano Ernesto Zedillo. Con todo y que aparece en las primeras planas de los diarios llegando de vacaciones al Caribe con lentes de sol y una juvenil gorra con la visera en la nuca, lo cierto es que las cosas no le pintan bien al Presidente. Es sabido que su pretensión es concluir con honores el sexenio y pasar a la vida privada dejando un buen recuerdo, cuando menos entre los 17 millones de mexicanos que habrían votado por el PRI allá en julio de 1994.

ilustraci—n central El fantasma del Fobaproa persigue al presidente Zedillo. Nada menos el lunes se le apareció en la viva imagen del hombre más rico de México. Carlos Slim Helú pone en jaque al Presidente y critica la "discrecionalidad" con la que se operó el Fobaproa. Como usted sabe, luego de la crisis financiera de diciembre de 1994, para evitar el colapso del sistema bancario, el gobierno de Zedillo estableció el programa de salvamento de la banca mexicana. El Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) por un acuerdo político Gobierno-PRI-PAN se convirtió en deuda pública con un costo para la nación de 722 mil millones de pesos (a precios actuales), pagaderos en 36 años. Para cubrir el componente real de los intereses de la deuda bancaria, es decir de Fobaproa, este año de 2000 el Congreso autorizó 55 mil millones de pesos. Y le cuento que la "discrecionalidad" que ahora critica Carlos Slim benefició a un buen amigo del Presidente: Roberto Hernández (aquel banquero que celebra su cumpleaños en la cima de la Pirámide del Sol, con la anuencia del señor de Los Pinos). Comenta Slim que los accionistas de Banamex, que lidera Roberto Hernández, habrían sido el único grupo financiero que no se diluyó con la crisis bancaria del 94. Tampoco los accionistas de Banamex habrían inyectado capital fresco a su banco y filiales, gracias a que el gobierno los benefició, primero con el Fobaproa difiriéndoles -Ƒcancelándoles?- el pago de impuestos por 8 mil millones de pesos. Después Banamex fue rescatado con 9 mil millones adicionales, cuando PRI y PAN aceptaron la creación del IPAB (Instituto de Protección al Ahorro Bancario, sustituto del Fobaproa). Más aún, hoy en día, Banamex debe al IPAB 40 mil millones de pesos (4 millones de dólares). Por eso, con conocimiento de causa, el señor Slim llamó cínicos y desvergonzados a Roberto Hernández y sus amigos accionistas (entre ellos Alfredo Harp Helú, un primo hermano de Slim), por no recurrir al apalancamiento y la venta de activos para sanear su quebranto (absorbido por el IPAB con cargo al pueblo mexicano) y sí lo haga para salir de compras... Slim llegó a poner en un brete a a la autoridad cuando, sin querer queriendo, soltó que el gobierno sería responsable de la megafusión bancaria y que el asunto habría de resolverlo la Comisión Federal de Competencia... Créalo: cuentan que el fantasma de Fobaproa anda de ronda por Los Pinos.

Y todavía más. Ayer que se conoció la opinión de Slim Helú sobre el intento de fusión de Banamex y Bancomer ("ni juntos ni separados tienen los tamaños para competir a nivel global... más grande no significa mejor", comentaría en tono coloquial don Carlos, el millonario), el Consejo Coordinador Empresarial presentó un balance de la administración de Ernesto Zedillo. Y como saldos pendientes del sexenio se enumeran la crisis del sistema bancario, la reforma fiscal y el gran rezago en la pequeña y mediana empresas. (También en la víspera, la Secretaría de Hacienda presentó el informe económico del primer trimestre de este año y sorpréndase: šel PIB creció 7.9 %!). Meras opiniones de un experto en buenos negocios como Carlos Slim, balances de hombres de empresa y cifras y más cifras, dirían los interesados sólo en las finanzas. Sin embargo, las declaraciones de Carlos Slim encendieron focos rojos en el sector político y, claro, en el gobierno. Y es que el poderoso empresario habló también de cosas de la política y reveló que como no tiene limitaciones, más que las marcadas en la Ley, entrega apoyos (económicos, claro) a varios candidatos presidencia- les... "sólo por el gusto de ser... demócrata". Y es que Carlos Slim ha comprobado que hacer política es hacer buenos negocios, con excelentes ganancias. Luego que los financieros españoles del BBVA (Emilio Ybarra y José I. Goirigolzarri) visitaron Los Pinos para conversar con Zedillo sobre la oferta de Banamex para la compra de Bancomer, y cuando el Presidente les comentó que se trataba de un asunto privado, no de gobierno, los hispanos buscaron al mejor aliado. Carlos Slim Helú -quien por cierto va por grandes negocios a España y toda la Unión Europea- apareció en escena... Y el hombre más rico de México y de Latinoamérica (uno de los 10 del mundo) que en el pasado reciente hizo buenas ganancias con la política, aceptó que tienen disposición de invertir en las elecciones de 2000 y de entrarle a la competencia electoral. Por lo pronto, colocó en la mesa de juego la apuesta de los más fuertes empresarios de Monterrey con nexos panistas... y acciones en Bancomer y en Banamex. Y apostó con las fichas del IPAB y también del Presidente.

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