La Jornada martes 16 de mayo de 2000

José Luis Manzo
Los disfraces de Fox
(Segunda y última)

En materia energética, la venta de las empresas estatales es la verdadera oferta del PRI y del PAN, oferta que buscan ocultar a los electores. Frente a ello, debe reconocerse y valorarse que el PRD es el único partido que ha defendido sistemática y consistentemente los intereses de las mayorías en materia de petróleo, electricidad y otros temas de interés nacional.

El PRD y los partidos que integran la Alianza por México no van a declinar a favor de nadie, menos del proyecto que representa Fox, porque ello equivaldría a abandonar el proyecto que defiende los intereses de las mayorías por uno que las empobrece para enriquecer a unos cuantos. Equivaldría a declinar el proyecto de la izquierda mexicana a favor de una nueva expresión política del mismo proyecto económico de derecha, lo que nos dejaría desamparados ideológica y políticamente frente a la globalización salvaje y el autoritarismo político que impulsan el PRI y el PAN.

La lucha por el cambio democrático viene de lejos y de muchas vertientes, y ha costado muchas vidas. No podemos perder la perspectiva frente al espejismo de una falsa alternancia en el poder. A los que nos interesa construir en colectivo un verdadero cambio democrático sabemos que no hay atajos y que debemos cuidarnos de los falsos aliados que nos ofrecen el camino fácil.

Cuauhtémoc Cárdenas no acepta declinar porque él no está pensando en alcanzar puestos a cualquier costo y para cualquier cosa, sino en impulsar desde el poder público y con la participación ciudadana los cambios que nos permitan reconstruir el país y mejorar el nivel de vida de la población. Cárdenas es un luchador social, un ciudadano honesto, valiente, consistente y coherente con sus principios. Lleva 12 años recorriendo el país y es el único candidato que conoce a fondo sus verdaderos problemas y está dispuesto a encabezar a todos los mexicanos para superarlos. Es el único candidato con visión de Estado y que ve la política como un esfuerzo de construcción colectiva y a largo plazo. Está demostrado para el que lo quiera ver que su lucha por el cambio democrático es un proyecto de vida, no un proyecto electoral. A diferencia de otros candidatos que nomás dicen frases bonitas, más que pensar en las próximas elecciones, Cárdenas piensa en las próximas generaciones.

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