La Jornada martes 16 de mayo de 2000

José Blanco
El foxismo

El foxismo es una derecha social considerablemente iletrada que creció al margen de los partidos y secuestró al PAN por la vía de los Amigos de Fox, llevando al viejo partido a acomodarse a un porvenir oscuro.

Fox en particular (más allá de sus actos, su conciencia o su voluntad) expresa una vocación real de poder y de cambio de la sociedad, como lo muestra con creces el que grupos y personajes de la más variada ideología lo vivan como irresistible y se arrojen a las inciertas aguas turbias del foxismo.

El fenómeno aún no ha sido estudiado con suficiencia, pero algunos de sus signos están emergiendo.

Uno de los rasgos de la era mexicana del neoliberalismo es la emergencia de un sector de actividades económicas nuevas o renovadas, portadoras de las tecnologías de la informática. Nuevas o renovadas ramas productivas (las de exportación sobresalen), nuevas formas de comercialización, nuevos productos y mercados financieros, nuevas o renovadas formas de trabajo en los mass media: es el sector moderno, el más articulado a la economía globalizada.

El ingreso medio de las personas ocupadas en ese sector es considerablemente más alto que el de las del resto de la economía, que podemos llamar sector arcaico; ello ocurre, entre otros motivos, porque la ventaja tecnológica permite trasladar ingreso desde el sector arcaico hacia el sector moderno.

Quienes acceden a los conocimientos y destrezas requeridos por el sector moderno, constituyen un segmento social especialmente privilegiado. Se trata, por lo común, de conocimientos y destrezas estrechos; su ventaja reside en la particularidad de las actividades y de la tecnología sobre los que versan. Por otra parte, la edad promedio de los ocupados en este sector es considerablemente menor que la media de los pertenecientes al sector arcaico.

Crecidos y formados por la era neoliberal, para los "modernos" esta era es su mundo, ahí fue estructurada su cabeza. Su leit motiv es la eficiencia en el mercado. Son ajenos a valores, ideologías e idiosincrasias forjadas en la larga historia de la Revolución mexicana. Los ejércitos de yuppies son la nota distintiva del sector moderno: jóvenes profesionales, cosmopolitas, que hablan inglés y el lenguaje informático, perciben altos ingresos y son (neo)liberales afirmadamente conservadores. Este sector constituye una nueva fuerza social abriéndose paso para volverse poder político, y parece irresistible: es hoy el foxismo, y es hijo de los neoliberales del PRI. Puede ser representado por un ranchero con botas, porque su discurso es conservador y arrojado y pide a gritos hundir ya a un gobierno representante, con todo, del sector arcaico.

Los "modernos", sin enterarse, acrecen su hegemonía sobre algunos segmentos sociales del sector arcaico que, así, votan también Fox. El voto duro del PRI y el voto duro del PRD, son ciudadanos del sector arcaico. Están, además, los agraviados del sector arcaico que hoy son antipriístas y que dividirán su voto entre Fox y el cardenismo. Esta es la división principal del voto, aunque haya, por supuesto, diversos cruces de voto en todos los sentidos, y queden aún algunos segmentos sociales minoritarios que no votarán por ninguno de los tres "grandes".

El foxismo, esa nueva fuerza social, bien puede ser representada por otro personaje, como ocurrirá sin duda en el futuro. Por otra parte, es claro que Fox expresa de modo distorsionado al foxismo, debido a que él mismo es portador de no pocos rasgos arcaicos: no es gratuito que aparezca como un populista de derechas. Esos rasgos arcaicos emergen también en sus deliberadas discordancias ideológicas, que para muchos lo vuelven inconfiable.

Fox dice escuela laica y Estado laico. Pero se pronuncia en contra de la despenalización del aborto. Es una contradicción monumental y un inaceptable arcaísmo antidemocrático imponer al conjunto de la población, špor la vía de la ley!, la moral católica; es hacer del Estado "laico", uno que hace de la moral cristiana una moral de Estado.

El foxismo no parece servir para gobernar este país. Su estrechez manifiesta expresa a un capitalismo neoliberal para el que más de la mitad de la población es redundante. El cambio que Fox propone es cambiar a los arcaicos por esos "modernos". La modernidad que México requiere, a todas luces, es otra.