LUNES 15 DE MAYO DE 2000

* Llenar plazas no asegura urnas llenas: Gilly


El rancheo, parte fundamental en la estrategia de Cárdenas

* Alistan documental sobre la campaña del candidato perredista

Blanche Petrich, enviada, Ozocoalco, Chis., 14 de mayo * El cineasta Alejandro Lubezki prepara el más largo road movie del que se tenga registro en la cinematografía mexicana. Lleva 233 horas de filmación para elaborar un documental sobre Cuauhtémoc Cárdenas en campaña. El y su compacta videocámara se mueven con discreción pero muy de cerca del candidato a la Presidencia de la Alianza por México en las exhaustivas giras que en 10 meses lo han llevado a recorrer 220 de los 300 distritos electorales del país.

Si una campaña electoral fueran sólo las giras ųcosa que no es así, según la apreciación de Pedro Etienne, el coordinador de los recorridosų el documental podría llamarse "la vida en un autobús". Para el equipo compacto que acompaña a Cárdenas, sin duda esta etapa de sus vidas puede titularse "pasión política sobre el asfalto".

Estos dos últimos días, por ejemplo, la caravana cardenista recorrió en Chiapas cerca de 700 kilómetros, dibujando un gran triángulo dentro de la geografía chiapaneca, desde el norte ųPalenqueų hacia el centro ųOcocingoų hasta el sur ųComitánų para retornar y llegar al centro ųTuxtla Gutiérrezų para pernoctar. El domingo la gira alcanzó hacia el oriente la región de los Mexcalapas ųTecpatánų y llegó casi hasta la costa oriental ųCintalapaų para después regresar al centro. Todos estos son sitios que no fueron visitados durante las dos giras chiapanecas anteriores. Y en los 45 días que aún quedan de campaña a partir de este lunes, Cárdenas regresará al estado una vez más.

En Chiapas es obligada la referencia al zapatismo. Sin embargo, Cárdenas sólo lo alude indirectamente cuando habla de paramilitarización, de la necesaria reubicación del Ejército a sus posiciones de antes del primero de enero de 1994 y del rol contrainsurgente del la Policía Federal Preventiva. Hasta que llega a Cintalapa, al caer la tarde de este domingo. El momento está pensado calculando que los reporteros aún están a buen tiempo de enviar la nota.

Ahí lanza su propuesta para que los otros candidatos ųes decir, los cinco que aún quedan en la carrera presidencial, dice dos veces para que lo entiendan en las oficinas de Nueva Repúblicaų se pronuncien y hagan un acuerdo mínimo sobre su planteamiento de paz para Chiapas: reubicación del Ejército, repliegue de la Policía Federal Preventiva, cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar y presentar ante el Congreso una iniciativa para los derechos y la cultura indígenas.

Es, finalmente, la pieza que faltaba en el gran plano que había ido esbozando sobre la realidad de este estado: emergencia social por la pobreza, la marginación y el fracaso de las políticas agrarias, impunidad y violencia con la gestión del gobernador interino Roberto Albores y, entre la sociedad civil, a juzgar del panorama que se extendió ante sus ojos desde los seis templetes a los que se subió estos dos días, un estado de insurgencia civil que le permite a él y al candidato de la Alianza por Chiapas para la gubernatura, Pablo Salazar Mendiguchía, tener un razonable optimismo de triunfo.

Momentos antes de llegar a Cintalapa funcionó lo que llaman en este comité de campaña "la respuesta rápida". O "la sesión del cuartito de atrás". En el autubús de campaña ųcómodo y funcionalų, hay en la parte posterior una pequeña sala de juntas. Sigilosamente se van concentrando ahí los asesores: Adolfo Gilly, Imanol Ordorika, responsable de análisis y comunicación, Julio Moguel, coordinador de programas, Pedro Etienne, coordinador de giras y Jesús Ramírez. Al poco rato de incorpora la presidenta del PRD, Amalia García. Una breve deliberación decide el meollo del siguiente discurso.

No todas las deliberaciones se escenifican en el cuartito de atrás. En el autobús principal del "convoy del sur" ųporque hay otro convoy del norte para las girasų las charlas difícilmente pueden evitar caer en la grilla. Animales políticos todos los viajeros, los temas de actualidad se desmenuzan hasta que se agotan. Frecuentemente en medio de las carcajadas del buen humor. Por ejemplo, en estos días la comidilla ha sido, por supuesto, el destino de quien fuera compañero de camino e incluso presidente de su partido, el ahora neofoxista Porfirio Muñoz Ledo. Cárdenas se sonríe con los comentarios de sus compañeros pero cuida de no abundar en los sarcasmos. Hacer leña del árbol caído no es, por lo visto, lo suyo.

En el autobús ųeste año no tiene apodo, como sí lo tuvo El Pasamontañas en la gira de 1994ų se lee, se hacen sobresaltadas siestecitas, se trabaja, se conversa y se come. No siempre hay tiempo para hacer vertiginosas escalas en las fondas camineras. Entonces se sirven box lunch y tortas; no hay más. A veces la región ofrece sus delicias y así ocurre en la zona de Agua Azul, que permite que durante un largo trayecto todo mundo ųdesde luego también el ingeniero Cárdenas--vayan masticando sus trozos de caña.

Nunca se hacen menos de tres mítines al día. Por lo general son más. En las columnas periodísticas y en los comederos políticos los hombres del gobierno y los del PAN suelen hacer burla de la manía de Cárdenas de ranchear. Aquí le llaman a esa manía el "contacto directo". Gilly recuerda la biografía de John Womack sobre Emiliano Zapata. Ahí se consigna que en Morelos todo el mundo refería haber visto en persona, al menos una vez, al jefe del Ejército del Sur. "No hay foto, cartel ni televisión que te sustituya el encuentro personal. Yo lo vi, él me dijo. En la cultura campesina eso se queda en la mente para siempre", comenta.

Unas cuantas horas más tarde, en el mitin de Ozocualco, parece que el orador, el candidato a presidente municipal Plácido Domínguez, lo había oído cuando contaba que "el mismísimo general Lázaro Cárdenas, su padre ųle diría a Cuauhtémocų estuvo aquí y parado en una silla le comunicó a este pueblo su proyecto para la creación de los ejidos".

Gilly: "No veo por qué tiene que haber una dicotomía entre la campaña mediática y el puebleo. Se tienen que desplegar las dos. Depende de la etapa de la campaña que se esté viviendo, ranchear es importante. Y en esta etapa que estamos viviendo, la quinta, la de la recta final, lo es. El acento en la difusión de los medios depende mucho de los recursos económicos. Nosotros hemos llegado a tener la misma penetración que Vicente Fox, de Alianza por el Cambio, gastando apenas una tercera parte."

Reconoce sin embargo que tener plazas llenas no llena necesariamente las urnas. "El problema es cómo transitar a las urnas llenas. Y ese no es un problema de la campaña sino del contexto político. Por ejemplo, el PAN no llena plazas pero para ellos no cuesta tanto transitar del voto duro al voto amplio. Para la izquierda es al revés. El reto, entonces, es atraer y convencer. Se necesita movilizar a más militancia, con mayor influencia política."

A propósito del puebleo, es una tarea que Cárdenas parece respetar y disfrutar. Se deja colocar todos los collares de flores, pasa saludando con la ventanilla abierta todos los poblados donde hay gente mirando el curso del convoy. A la entrada de un pueblo un grupo de mujeres acompañadas de coheteros le da la bienvenida. Las hace subir al autobús. Entran ruidosas y jubilosas. "šQué gane para que cambiemos aunque sea un poco! šQue triunfemos para que gane México, chingao! šQue sea!", exclama la dirigente. Otra más, gorda y maternal, le dice: "Venga, que le dé un abrazo, papito". Y Cárdenas se deja querer.

O sea que la puebleada no sólo va a continuar sino que se va a intensificar: "En las épocas modernas ųexplica Etienne--hasta el uso de los medios electrónicos tiene un límite. Uno debe hacer una propuesta política a través de una plataforma, no de un maquillaje mercadotécnico."

Y el road movie continúa. Entre mitin y mitin la vida transcurre en un autobús. Cárdenas se da tiempos para la vida familiar. En esta ocasión lo acompaña su hija Camila, de 17 años, estudiante de segundo de prepa. Con paciencia aguanta el sol y los apretujones y las interminables disquisiciones políticas del resto de los habitantes del autobús. Pero a ratos padre e hija se aíslan, hablan de sus cosas, conviven. También viaja de vez en cuando un sobrino de Cárdenas, Miguel Mojedano, adaptado al vértigo carretero. Para él, sólo una queja. "Si hubiera películas para ver en el camino sería más divertido".

Hasta adelante, sentado en los escalones, viaja siempre alerta Carlos Mandujano, el coordinador de logística. Los itinerarios, la gasolina, el teléfono satelital, las comidas, la cuenta y las facturas, los refrescos y el hospedaje, los grandes y los mínimos detalles son su responsabilidad.

Con el vaivén de la carretera el grupo en campaña retoma el hilo de la conversación. Los cierres Ƒdónde serán? Ƒcómo? Y el próximo debate ƑQué ajustes hacer para obtener mejores resultados? El del 4 de mayo fue bueno pero el siguiente tiene que ser mejor. Y la gran incógnita. ƑDebe ir Cárdenas a Ciudad Universitaria, terreno natural del PRD en años anteriores? La amarga experiencia de Gilberto Rincón se analiza con lupa. El ingeniero escucha vivamente las opiniones que llueven a su alrededor.

La cámara de Lubezki no descansa. Existe un documental sobre la última campaña de Bill Clinton, The War Room, que trata cómo el equipo cercano al esposo de Hillary iba perdiendo y cómo logró revertir esa tendencia. El filme inspiró a Lubezki. Redactó su proyecto, se lo presentó a Cárdenas, éste dio luz verde y desde julio del año pasado el Nazareno ųcomo han apodado al cineastaų vive también dentro de la road movie.