LUNES 15 DE MAYO DE 2000

Ť Dice que la matanza de 74 presos políticos fue una "conspiración"


General retirado del ejército de Chile insiste en su inocencia

Ap y Afp, Santiago, 14 de mayo Ť El general Sergio Arellano, jefe de una tropa que ejecutó a 74 presos políticos durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, afirmó que, salvo algunos pocos, los asesinatos pudieron ser parte de una conspiración en su contra por problemas con el ex gobernante de facto.

Arellano, retirado de las filas del ejército y declarado reo en el caso de la llamada Caravana de la Muerte, que permanece en arresto domiciliario por resolución del juez Juan Guzmán que instruye la causa, alegó en declaraciones al periódico El Mercurio su total inocencia en los homicidios.

Con Pinochet, precisó, "comenzamos a tener problemas en los meses siguientes al pronunciamiento militar -el golpe del 11 de septiembre de 1973- y nuestras discrepancias no sólo se referían al tema de los derechos humanos, los que fueron mi permanente preocupación, sino también al proyecto político del gobierno militar".

Expresó su convicción de que en algún nivel hubo un propósito conspirativo en su contra, motivado por infundados temores al liderazgo que le atribuían entonces en la rama castrense.

Arellano reiteró que él y su tropa recorrieron provincias del país para acelerar, por pedido de Pinochet, el desenlace de juicios contra izquierdistas detenidos, pero negó que el ex dictador hubiera ordenado expresamente los homicidios cometidos en octubre de 1973, y aseguró no haber tenido conocimiento de la mayoría de las ejecuciones, las que adjudicó a subalternos que actuaron a sus espaldas, y a oficiales de las guarniciones que recorrió y sobre los cuales no tenía mando.

En marzo pasado Guzmán pidió el desafuero de Pinochet al señalar que tiene fundadas sospechas de responsabilidades del ex presidente de facto, ex jefe del ejército y actual senador vitalicio, en este caso.

Según el general Arellano, el principal responsable de las muertes es el comandante Sergio Arredondo, que integraba su comitiva y dirigió los fusilamientos masivos de 15 presos de La Serena y más de 20 en el centro minero de Calama.

Pero el ex comandante Arredondo, que también está encausado en el asunto de la caravana, declaró ante el juez Guzmán que Arellano estuvo siempre informado de las ejecuciones y del número de ellas, y en el mismo testimonio informal reveló que el propio jefe de la tropa les notificó, antes de emprender el viaje, que en las escalas en el norte habría fusilamientos.

Mientras, el presidente Ricardo Lagos reiteró su rechazo a cualquier tipo de presión que surja sobre el enjuiciamiento de Pinochet por cuanto existe una clara división de poderes, en entrevista con el diario Clarín de Argentina.