DOMINGO 14 DE MAYO DE 2000

* Se compromete en Ocosingo a abrir el camino para una paz definitiva


Plantea Cárdenas suprimir a la PFP y desmilitarizar Chiapas

* No queremos que a las fuerzas armadas se les identifique con las policías represivas del país, dice

* El aspirante a la Presidencia estuvo acompañado por Pablo Salazar, candidato a la gubernatura

Andrea Becerril, enviada, Ocosingo, Chis., 13 de mayo * En este municipio, donde se da la mayor concentración militar y policiaca de la zona de conflicto, Cuauhtémoc Cárdenas adquirió el compromiso de suprimir la Policía Federal Preventiva (PFP) y de abrir el camino para una paz definitiva en Chiapas, que signifique la vuelta del Ejército a sus posiciones anteriores al primero de enero de 1994.

''No queremos que a nuestras fuerzas armadas se les identifique con las policías represivas del país, no queremos enfrentamiento con ellas, ni que se enfrenten a las comunidades indígenas'', definió el candidato a la Presidencia durante su primer día de actividades electorales, las que culminaron por la noche con un mitin en Comitán al que asistieron unos siete mil indígenas.

El Ejército, insistió el abanderado de la Alianza por México, no debe realizar labores policiacas para reprimir movimientos sociales, sino cumplir con el mandato de la Constitución de preservar la integridad del territorio nacional.

Cambio de uniforme

Por ello, adelantó, uno de sus primeros actos de gobierno será suprimir a la Policía Federal Preventiva (PFP), cuerpo integrado por militares ''a los que únicamente se les cambió el color del uniforme'', dijo. Se trata de una corporación, explicó, creada por Francisco Labastida Ochoa ųen sus tiempos de secretario de Gobernaciónų para reprimir.

La multitud indígena congregada frente al palacio municipal de Ocosingo ųel mismo sitio que el primero de enero de 1994 se llenó de indígenas que cubrían su rostro con pasamontañasų reaccionó con regocijo al pronunciamiento del candidato presidencial frente a una de sus demandas más sentidas.

Momentos antes, la indígena tzeltal María Núñez, a nombre de la ARIC Independiente, había pedido al candidato el retiro de los militares y de la Policía Federal Preventiva de la selva Lacandona. Se pretende desalojar las comunidades de Montes Azules, agregó, no para cuidar la reserva ecológica, sino para crear un estado de terror e inhibir el voto en favor de Cárdenas y de Pablo Salazar Mendiguchía, candidato a gobernador de Chiapas por una coalición opositora.

La presencia de los militares, dijo, ha provocado la destrucción de la vida comunitaria, a través de la introducción de alcohol, drogas, prostitución y el hostigamiento y agresión de los paramilitares.

El mismo Salazar Mendiguchía ųque hoy acompañó a Cárdenas en toda su jornada en Chiapasų resaltó que la ingobernabilidad tocó fondo en la entidad, donde el gasto de guerra representa más de tres veces el presupuesto social. Es imperdonable, señaló, que se insista en mantener una maquinaria de guerra tan costosa en detrimento de los que menos tienen.

Es el tema que más preocupa a los chiapanecos. El propio Cárdenas fue testigo de la fuerte presencia policiaca y castrense desde que llegó a Palenque, en la zona norte del estado ųa la entrada de este municipio, uno de los soldados subió incluso al autobús del candidato para saludarlo, diríaų, y por ello el pronunciamiento central del aspirante a la Presidencia se refirió a la militarización.

Tanto en Ocosingo ųdespués de escuchar de voz de la representante de la ARIC el sufrimiento en las comunidades por la construcción de cuarteles en la Lacandona y la violencia generalizadaų como en Comitán, Cárdenas criticó la decisión de enviar a la PFP a la reserva de Montes Azules.

''Si tuviéramos un gobierno socialmente sensible, responsable, preocupado por nuestros recursos naturales y por evitar conflictos en las comunidades, lo que hubiéramos visto en Chiapas, en esta zona, no serían policías sino agrónomos, veterinarios, zootecnistas, ingenieros forestales, estaríamos viendo más escuelas, proyectos productivos impu cuauhtemoc2-jpg lsados en toda la región. Esto es lo que hará el próximo gobierno''.

Desde Palenque, el candidato de la Alianza por México definió el ''firme compromiso'' de resolver de raíz problemas de Chiapas a través de una política decisiva de pacificación, que pase por el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y acabe con la impunidad de los paramilitares y de quien o quienes han provocado la violencia y los asesinatos. ''No podemos permitir que en Chiapas lo que siga creciendo sea el número de muertos'', dijo.

Resaltó también que tanto su administración como el próximo gobierno de Chiapas, ''que con toda seguridad habrá de encabezar Pablo Salazar Mendiguchía'', trabajarán juntos y tendrán que investigar todas las pistas para encontrar no sólo a los autores materiales, sino también a los intelectuales, de la violencia y muchos asesinatos que ha habido en este estado. Y si las investigaciones apuntan hacia el gobernador Roberto Albores, o más arriba, ''hasta ahí tendrán que llegar, pues no habrá impunidad para nadie en el próximo gobierno''.

Igualmente, Cárdenas Solórzano advirtió que emprenderá una política muy clara para terminar con los grupos paramilitares que han venido agrediendo a las comunidades indígenas. Son grupos, dijo que actúan con apoyos poderosos y todo parece indicar que esos apoyos provienen del propio gobierno estatal. Hay responsables, con nombres y apellidos, y tendrán que recibir las sanciones que la ley establece, porque no podemos permitir que en Chiapas siga creciendo el número de muertos y desplazados.

Por la noche, en Comitán, con su discurso transmitido en vivo hasta la selva por la estación Radio Núcleo, el candidato insistió en que Chiapas no necesita más cuarteles ni más policías, sino escuelas, hospitales y apoyos para los productores agropecuarios de la región.

Desde el presidium, Pablo Salazar se veía feliz. Había logrado organizar un acto con miles de chiapanecos que llegaron incluso de varias localidades vecinas, como Las Margaritas, en la propia tierra del gobernador Roberto Albores Guillén.

Cárdenas Solórzano, en tanto, refrendó su propuesta de hacer cumplir los acuerdos de San Andrés, de emitir una nueva ley indígena y solucionar los conflictos agrarios.

Por su parte, Salazar Mendiguchía, orador también en las tres concentraciones públicas, insistió en que la ingobernabilidad ha tocado fondo en el estado de Chiapas, en la emergencia social que se vive en estos momentos por la caída de los precios de los principales productos agrícolas de la entidad y la gravedad de la decisión gubernamental de optar por una salida violenta al conflicto. ''El gobierno dice que no hay guerra, pero tampoco hay paz. Con el pretexto de un incendio primero, y luego de un conflicto comunitario, acaba de enviarnos a la PFP. Eso es un duro golpe a las comunidades, es un nuevo engaño al país. Quiero suponer que más adelante van a anunciar que se va a retirar a una parte del Ejército, pero se va a mantener a cambio a la Federal Preventiva'', señaló.

Hay desesperación, dijo, porque el gobierno ha renunciado a la política y optado por la fuerza, y la realidad ha empeorado en la entidad, donde ''todas las expresiones del brutal subdesarrollo están presentes. Hay conflictos sociales, étnicos, religiosos y un conflicto armado sin resolver por la negligencia y la torpeza del gobierno federal''.

Salazar Mendiguchía insistió también en que los chiapanecos quieren un cambio y un gobierno elegido por ellos mismos, ya que desde hace tiempo el gobierno federal ha sido el gran cacique en Chiapas. En 179 años de vida independiente ha habido 177 gobernadores y, la mayoría de ellos interinos, no pasaron por la voluntad del pueblo, concluyó.

Pese a lo apretado de su agenda, a las largas distancias que debió recorrer para estar en Palenque, Ocosingo y Comitán, el candidato de la Alianza por México se dio tiempo para pasar a las cascadas de Agua Azul, en medio de la sorpresa y las muestras de simpatía de turistas nacionales y extranjeros. La presencia ahí de Cárdenas, comentó uno de sus colaboradores, se debe quizás a que recordó frente al majestuoso panorama que su padre, el general Lázaro Cárdenas del Río, también estuvo en esta región de la selva y se bañó en el río Tulijá, cuando recorría el país en busca del voto que lo llevó a la Presidencia de la República.