SABADO 13 DE MAYO DE 2000

 


* Leonardo García Tsao *

Sonoro aplauso a La enfermera Betty

Cannes, Francia. La primera concursante estadunidense de esta versión de Cannes ha recibido el aplauso más sonoro, hasta ahora, por parte de la prensa. Se trata de Nurse Betty (La enfermera Betty), tercer largometraje del director Neil LaBute, que ha ganado cierto reconocimiento por su agria visión de las relaciones humanas (su opera prima, En la compañía de los hombres, se acaba de estrenar en México, con tres años de retraso nomás).

Esta cinta marca un afortunado cambio de dirección porque, entre otras razones, LaBute no fue el autor del guión. Así, en lugar de las verborreicas discusiones sobre el sexo y el amor entre personajes patéticos y/o desagradables, tenemos una comedia de tonos negros sobre la ingenua mesera Betty (Renée Zellweger) que, al atestiguar el violento asesinato de su marido transa, sufre un choque traumático por el cual comienza a creer que ella fue la prometida del doctor Ravell, el galán de su telenovela favorita. La mujer viaja a Los Angeles bajo la ilusión de encontrar a su amor perdido. Al mismo tiempo, el par de hampones que la ha hecho enviudar le sigue el rastro pues en su auto ella lleva, sin saberlo, la droga robada por el difunto.

LaBute es aún un director inconsistente pues la película va de menos a más, sin encontrar un tono y un ritmo adecuados, hasta que la protagonista se topa con el actor (Greg Kinnear) que interpreta al doctor. En ese momento, el juego paródico de Nurse Betty empieza a cuajar en una serie de alusiones ocurrentes a la realidad alterna de las telenovelas y cómo influye en nuestro comportamiento.

La otra película gringa del día ya no fue necesario verla porque: 1) se presenta fuera de concurso, 2) se trata de Mission to Mars (Misión a Marte), del apagado Brian de Palma y, por lo tanto, 3) su escaso interés se comprobará cuando se exhiba pronto en México (el colmo es que ya se ha estrenado en varias ciudades europeas). Cada año, al margen del cine independiente estadunidense, el Festival de Cannes se esfuerza por conseguir algún producto espectacular que venga apoyado por estrellas y dólares, pero Hollywood sólo manda sus sobras, como en este caso.

En cambio, la concursante iraní Tajté siah (El pizarrón) fue arrinconada a los horarios reservados para las cinematografías tercermundistas. Dirigida por Samira Majmalbaf, hija del también cineasta Mohsen Majmalbaf y quizá la concursante más joven en la historia de Cannes (apenas tiene 20 años), la película parte de una propuesta metafórica ųvarios maestros buscan a alumnos en las montañas kurdistanas, cargando un pizarrón a cuestasų para plantear una mirada crítica a la realidad de su país (la cinta fue sacada de contrabando por sus productores extranjeros para evadir a la censura). Aunque no puede evitar los defectos habituales del cine iraní ųsituaciones reiterativas, una diluida progresión dramáticaų Tajte siah cuenta con imágenes de poderoso aliento poético en su parte final.

Mañana se darán las primeras proyecciones de Amores perros, la producción mexicana dirigida por el debutante Alejandro González Iñárritu, seleccionada para la Semana de la Crítica. La delegación que acompaña a la cinta es casi tan numerosa como los participantes nacionales en una Olimpíada; esperemos que ese amplio equipo haga buena labor de difusión, pues la Semana de la Crítica ha sido la sección más discriminada por los directivos del festival en cuanto a salas.