VIERNES 12 DE MAYO DE 2000
* El sicólogo afirma que ha visto millones de pesos desperdiciados en equipos
Dinero en manos de futbolistas, la motivación equivocada: Rivas
* Se distorsionan los valores al trabajar más por los resultados que en el desarrollo de habilidades
Abril del Río y Miguel Angel Ramírez/II * Los altos salarios y los premios especiales en el futbol no son sino la motivación equivocada de cara al triunfo, pues lejos de comprometerse con su profesión, los jugadores, sobre todo aquellos jóvenes carentes de formación ante los valores materiales, adquieren una presión extra frente a la cual, muchas veces reaccionan con rebeldía.
Así lo observa el doctor en sicología Octavio Rivas Solís, quien como involucrado durante más de veinte años con la motivación en el balompié mexicano, asegura haber visto "millones y millones de pesos perderse, tanto en equipos como en selecciones nacionales, porque piensan que el dinero es la única manera de ganar".
El galeno advierte que los jugadores inmersos en los salarios y primas generosas "se vuelven como un barril sin fondo, como Rico Mac Pato, que no'más hay que ver que jamás se casó, jamás tuvo un hijo, ni un amigo, ni perro que le ladre, y pues tenía que acariciarse con dólares.
"Hay pobres infelices que trabajan así, que nunca es suficiente lo que ganan, y otros que les importa un reverendo rábano, porque lo que necesitan es reconocimiento, trato humano, no que los vean con dólares pintados en las piernas y que son manejados como si fueran mercancía", sostuvo.
Al reflexionar sobre el efecto que tiene el dinero en los jugadores, Rivas apunta: "El mundo entero ha cambiado las conductas con sólo dos tipos de motivación: premio y castigo, y como lo más relevante para la mentalidad de la mayoría de los seres humanos en este planeta es netamente materia, pues se supone que si tienes dinero, todo lo compras, incluyendo seres humanos; ahí están la prostitución y la corrupción. Entonces todo mundo empieza a irse con el espejismo de la ganancia a corto plazo, es decir, vamos a motivar con dinero".
La verdadera motivación
Rivas, cuya aplicación de la sicología deportiva en algunos equipos y selecciones nacionales llegó a ser cuestionada por dirigentes incrédulos o "malinformados" del tema, afirma que el dinero funciona sólo a corto plazo, "y no siempre, ųadvierteų, porque la verdadera motivación no tiene nada que ver con la materia; es el famoso amor a la camiseta, sólo que cuando hablamos de amor, hablamos de caprichos, de manipulación, de un montón de cosas, y no de una energía que es invisible".
En la memoria de Rivas está presente la experiencia que inició hace 23 años con Pumas, donde ha visto planteles renovarse y hasta la fecha asesora a algunos de sus miembros a título personal. "Eramos una verdadera familia. El trato era de tú, nos abrazábamos, al saludarnos existía ese contacto físico que es uno de los factores básicos de sobrevivencia del ser humano. Jugadores, directivos, utileros, cuerpo técnico, teníamos reuniones al menos tres veces al año en las que exponíamos y compartíamos la información".
Acerca de las primas, recuerda que "algunos se preguntaban por qué no se pagaban más primas si se jugaba por ejemplo en Estados Unidos, 'pues porque los recursos eran bajos' se explicaba; entonces el jugador, que sabía que salir implicaba internacionalizarse, lo entendía y no había bronca. Al principio, algún jugador estrella por ahí alardeaba: n'hombre, esto se lo doy a los niños pobres". Entonces, no iban por el dinero, sino por el prestigio, por mostrar su potencial.
"Cuando estás en sincronía de pensamiento y sentimiento se acabaron los egoísmos y protagonismos que desintegran a los grupos, y en un deporte colectivo, hacer equipo es fundamental, pero eso incluye a preparadores y directivos, a todos sin excepción.
El triunfo llega, como llegó para Pumas en 1977, 81 y 89, cuando hay esa verdadera mística en la conducta global e individual".
Sin embargo, el galeno lamenta: "Eso tuvimos en Pumas los primeros diez años, pero desgraciadamente se quedó la idea de que la mata estaba plantada y seguía dando, pero no fue cierto, porque ese trabajo que iniciamos hace 23 años en Pumas lo hemos ido abandonando por cumplir caprichos de algunas personas, desde jugadores hasta los más altos niveles".
Enfático, afirma que los incentivos monetarios bloquean el trabajo en lugar de estimularlo, y expone: "De entrada, en el futbol mexicano juega la discriminación con las contrataciones de extranjeros mejor pagados, así que por más que quiera esforzarse un nacional, se pregunta: 'si el extranjero hace lo mismo que yo, por qué se lleva la plata de ese tamaño'. Pero como todo es sólo lo evidente, la apariencia de los resultados, esa distorsión ha hecho que se trabaje más por los resultados que por el desarrollo de la habilidad".
Comenta que en la sicología del deporte, además de que se trabaja con la parte sana del ser humano, una de las premisas es "no te presiones. Ve y diviértete, porque cuando te diviertes liberas endofrinas, que es como la morfina pero no se revela en el antidopaje porque es natural. Vences tus propios límites físicos.
Cuando estás alegre, tu fisiología cambia porque cambia tu bioquímica y eres capaz de hacer cosas que no logras cuando enfrentas presión. Esa es la famosa motivación".
Problema de educación
Acerca del efecto que tienen jugosas cantidades de dinero en los jóvenes futbolistas, Rivas comenta: "El problema de este país y de la mayoría de todas las naciones atrasadas es la educación, y eso empieza en tu casa, con los valores y prejuicios, los premios y castigos, y después viene el factor socioeconómico; de qué tipo de barrio vienes.
"Antaño, algunos técnicos pensaban que si un muchacho no era pobre, no sabía lo que es el hambre y decían: 'No, yo a ese fresita no lo quiero', y durante mucho tiempo se segregaba a las personas de clase media para arriba, porque se consideraba que no tenían el hambre del boxeador de Tepito o de los africanos. Como decía Biyik: 'Ƒpor qué destacamos los africanos?, pues vete a vivir a Africa para que lo sepas.
"Si los futbolistas no tienen información educativa y si les dicen que lo único importante es el dinero y no saben cómo manejarlo, entonces se presentan desgracias como la del Atlas, donde debió haber una persona que orientara a los muchachos acerca de que la plata no es para ponerse hasta atrás y juntar todas las gordas que quieran estar con ellos por dinero".
Finalmente, Rivas, quien sostiene que el dinero en las manos de los futbolistas siempre tendrá un manejo de acuerdo con
la formación familiar y cultural de cada individuo, define con una anécdota: "Había un jugador al que le preguntaba: 'Ƒpor qué si eras el Pelé de tu barrio, en cuanto entraste al profesionalismo no la haces?', y me contestó: 'šAh no, es que me dijeron que es a fuerza, que como me pagan pues tengo que ser, y como soy rebelde por naturaleza, pues ahora no juego".