VIERNES 12 DE MAYO DE 2000

* Sus cenizas permanecerán en el museo que dirigía la promotora cultural


Creo que Bertha alcanzó una especie de santidad frente al dolor: Cuevas

* Estaba llena de proyectos y siempre pensó que se iba a salvar, expresó el dibujante

* El arte y la cultura están de luto por esta ''gran pérdida para el país'': Dolores Olmedo

Merry Mac Masters * ''Bertha siempre estaba llena de proyectos, nunca pensó que iba a morir. Siempre pensó que se iba a salvar. En los últimos días que estuve con ella, me preguntaba insistentemente, 'Ƒme voy a salvar?'. Por supuesto que te vas a salvar. De quedar la más mínima duda no estaríamos aquí. Era algo que tenía siempre muy presente. Por teléfono, estando en Houston, se comunicaba y continuaba en sus labores de directora (del Museo José Luis Cuevas). Pero, los días últimos que pasé con ella fueron terribles.

''Regresé anoche apenas trayendo las cenizas. Me hablaron de ciertos trámites, que eso podía llevar tiempo. Dije, de ninguna manera, tengo que tener las cenizas hoy mismo y mañana llevármelas. Pues, se portaron bien en realidad. 'Vamos a agilizar todos los trámites y las cosas para que usted mañana se vaya con las cenizas' y así fue.''

 

La paz final, sí existe

 

''Viajé con Mariana (su hija mayor), que vive en Europa, pero alcanzó a su madre; lo mismo todos nosotros (sus otras dos hijas son Ximena y María José) estuvimos todo el tiempo con ella hasta que murió. Fueron muchas horas.

''Me quedaba con ella, hablaba con ella, le decía, 'ya alíviate por favor'. Ya estaba inconsciente pero le decía: 'alíviate, mi amor, para que ya nos vayamos'.

''Después me entristecí profundamente cuando la vi ya muerta en su féretro antes de que fueran a incinerarla. La pusieron en un féretro improvisado. Estaba divina. Había desaparecido toda la expresión de dolor. Estaba tranquila e igualita, pero sin ninguna huella de sufrimiento. Esa paz de la que se habla, que sí existe.

''Sentí una tristeza tan profunda, me despedí y le dije, 'hasta muy pronto, mi muertita divina, mi muertita adorada'. No sé cuanto durará el pronto.

''La voy a extrañar mucho. Imagínate una relación desde 1955, teníamos 45 años de casamiento. Cuando nos fuimos a vivir a Italia éramos muy jóvenes los dos. Vivimos en tantos lugares, viajamos mucho. Después nacieron las niñas.

''Yo dí todo lo que pude haber dado. En ese aspecto podría sentirme tranquilo, en el sentido de actuar con responsabilidad frente a la familia, frente a la enfermedad de Bertha, lo que si dijera que pudiera ser la recuperación de su salud. Y ella con una valentía asombrosa. Soportaba todos los tratamientos. Por eso yo creía que se iba a salvar. Qué pronto se murió."

 

Entre una virgen y muchas flores

 

El dibujante José Luis Cuevas habló con La Jornada de sus sentimientos más íntimos respecto de la muerte de su esposa Bertha, víctima de leucemia, en el acto luctuoso que se efectuó la tarde de ayer en el patio del Museo Cuevas, al cual llegaron en su mayoría personas allegadas a la familia.

Los amigos más cercanos habían acudido desde la mañana a la casa de la pareja en San Angel, como lo hizo Rafael Tovar y de Teresa, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

A un costado de la escultura La giganta, de Cuevas, se erigió un altar presidido por la ampliación de un retrato de la promotora cultural tomado por Daisy Ascher.

Abajo estaba el recipiente con sus cenizas rodeado de veladoras y pétalos de rosas rojas. Asimismo, se colocaron la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa de la Rue de Bac, de Francia, que Mariana Cuevas le había obsequiado a su madre, y una fotografía de Bertha Cuevas cuando hizo su primera comunión. Había arreglos con alcatraces y muchas flores blancas.

Respecto de su sitio final, Cuevas dijo que con sus hijas se llegó a la conclusión que las cenizas deben permanecer en el museo, aunque todavía no han escogido el sitio.

''Creo que (Bertha) alcanzó una especie de santidad frente al dolor. En fin, la quise mucho", apuntó.

 

Culto por la amistad

 

La senadora Irma Serrano llegó desde temprano y pasó gran parte del tiempo junto a Mariana. ''Bertha fue la amiga que más se me entregó. Que, sabiendo que yo a veces me sentía sola, me decía: 'no te preocupes, comadre. Siempre estaré allí cuidándote cuando lo necesites. Es muy difícil encontrar una amiga así. Siempre que me cuidaba de que cuando yo tenía un problema, no lo supiera porque inmediatamente estaba allí dispuesta a quedarse conmigo. Una hermana, una gran mujer", dijo.

A decir de la promotora cultural, Juana Inés Abreu: ''Es conmovedor cómo Bertha hizo un culto de la amistad".

La coleccionista Dolores Olmedo condieró que la muerte de la promotora cultural, ''es una gran pérdida para el país. Era una mujer que ayudaba tanto a José Luis y al museo. El arte y la cultura deben sentir profundo dolor". El poeta Jorge Ruiz Dueñas se refirió a ''su labor constante, porfiada, terca por sacar proyectos de horizontes infinitos". Bertha Cuevas, agregó, fue una mujer muy generosa, con un enorme sentido de lo que es la cultura latinoamericana y las raíces, que permitía que la obra de los demás floreciese. También tuvo un enorme poder de convocatoria que unía a su alrededor personas de disímbolas tendencias y pensamientos.

Para el teatrero y dibujante Juan José Gurrola, con la muerte de Bertha empieza a desvanecerse ese ambiente de las décadas de los años cincuenta y sesenta.

La fotógrafa Daisy Ascher tuvo la fortuna de conocer a la familia Cuevas hace 30 años: ''Para mi Bertha, José Luis y las niñas son más que mi familia, porque de alguna manera a veces la sangre no importa sino lo que te han dado. Bertha fue una persona que siempre admiré muchísimo, que luchó como nunca he visto a nadie luchar contra la leucemia".

También acudieron al acto Raúl Anguiano, Jorge Alberto Manrique, Manuel Felguérez, Gerardo Estrada, Eduardo Césarman, Mercedes Iturbe, Eloy Tarcisio, Gabriel Macotela, Susana Sierra, Marisa Lara y Arturo Guerrero, entre otros.

Y cerca de las 18:00 horas, un sacerdote comenzó a oficiar una misa, en el ex Convento de Santa Inés, de la calle de Academia, Centro Histórico.