JUEVES 11 DE MAYO DE 2000
* Doce días de fiesta
Abrió Cannes, entre luces y ruidos de taladros
Agencias, Cannes, 10 de mayo * Hordas de admiradores franceses y de toda Europa, se congregaron en las calles esperando ver algún rostro famoso, al inaugurarse, entre luces, un fasto anochecer de la Riviera Francesa, el glamour --y los martillazos aislados y el ruido de los taladros, porque el andamiaje aún no estaba listo--, y el rito tradicional de ascenso de los 24 escalones, que conducen a la sede del tradicional festival cinematográfico de Cannes.
Como de costumbre, un publicitado filme de alto presupuesto inició la fiesta de 12 días, despertando el apetito de los cinéfilos antes de que se concentren en producciones más profundas.
En una suerte de alianza entre política y arte, el actor Gerard Depardieu y el pimer ministro francés, Lionel Jopin, se mezclaron en la apertura; juntos compartieron el corte del listón, antes de la salida de éste con la ministra de cultura Catherine Tasca de una clausura de un seminario teórico en el que personalidades del séptimo arte y la literatura dialogaron sobre el futuro de la imagen en movimiento.
Después, llegó la hora de declarar abiertas de par en par las puertas de la gran vitrina del cine preferentemente europeo, y Depardieu lo hizo con donosura, escoltado por una actriz de fuerte dramatismo, la argentina Cecilia Roth (Todo sobre mi madre) y la estadunidense Uma Thurman (Pulp fiction).
Luego el mismo Depardieu se convirtió en el protagonista absoluto de la primera noche con la cinta Vatel, una superproducción franco-británica, dirigida por Roland Joffe, proyectada fuera de concurso, que resultó, según los críticos, más bien decepcionante.
Momentos antes de la inauguración y de la proyección, el director Luc Besson, presidente del jurado, había presentado a los ministros a su gobierno --integrado por Aitana Sánchez-Gijón, Jeremy Irons, el director Jonathan Demme, Nicole García, Kristin Scott-Thomas--, entre hules y encajes por la breve lluvia que se precipitó en la costa, con las miradas de la maestra de ceremonias, la actriz francesa Virgine Ledoyen.
No obstante, Cannes engrasa sus ruedas para avanzar hasta el próximo día 21 por los carriles de una muestra que aspira a redimir su condición de último bastión del cine de arte y ensayo.