JUEVES 11 DE MAYO DE 2000
* Siguió el ejemplo del padre y de sus 5 hermanos y debutará este sábado
Juana Vargas: traigo el boxeo en la sangre
Carlos Hernández * Si pudiera hablarse de una estirpe boxística en el pugilismo mexicano, la familia Vargas sería el ejemplo ideal.
Gregorio Vargas padre fue boxeador profesional y heredó el gusto no sólo a sus cinco hijos varones (Gregorio, Adán, Renato, Sandro y Efraín), sino también a la mayor de sus hijas, Juana, quien este sábado debutará en la arena México y le dará forma a una historia poco común en este deporte: una familia dedicada al pugilismo profesional.
--Una familia de boxeadores ųse le indica al señor Vargas, y responde con sinceridad: "Sí, pero no sé si decir afortunada o desafortunadamente. Yo jamás los motivé para que entraran al boxeo, porque este deporte no es un juego. Pero ya que eligieron la profesión mi deber es ayudarles, entrenarlos bien y exigirles disciplina para que corran los menos riesgos posibles. Ahora el problema es para mí y para mi esposa, ya que vivimos en una etapa de tensión y preocupación constantes, porque cuando no pelea uno, pelea el otro... y ahora hasta la otra".
Juana, la hija mayor de la familia Vargas Hernández, debutará a sus 30 años, a pesar de que toda la vida hubo guantes en su casa, creció escuchando hablar de boxeo y acompañó a sus hermanos a todos lados donde hubiera un ring. "Siempre escuché hablar de boxeo, pero nunca pasó por mi mente dedicarme a este deporte", expresa. Pero ese "nunca" terminó hace un año y ocho meses, cuando no tuvo dinero para pagar su gimnasio de aerobics y tuvo que refugiarse en uno de boxeo para mantenerse en forma.
"Al principio nada más iba para bajar de peso, para mantenerme en condición, pero poco a poco le empecé a pegar a los aparatos y de repente le ayudaba a boxear a Marina Galindo. Y me gustó boxear y le pedía a mi papá que me consiguiera peleas, para saber cómo era el boxeo afuera del gimnasio. Mi papá me respondió que estaba loca, que esto no era un juego, y yo le dije:'Total, del suelo no voy a pasar, y además creo que son los mismos trancazos'. Cuando vio que ya estaba decidida me explicó que debía tener más disciplina y entrenamiento. A los 15 días me consiguió una pelea contra una muchacha de Tepito, Alma González, que ya llevaba cinco años entrenando y unas ocho peleas. Pero le gané y decidí seguir".
Como amateur realizó 10 peleas sin derrota, con seis triunfos por decisión, tres nocauts y un empate. Ejerció su carrera de licenciada en relaciones comerciales de la ESCA, del IPN, pero prefirió dedicarse por completo al boxeo, en busca de un sueño: "Quiero dejar huella, quiero realizar grandes cosas, pero no me apresuro y mi meta inmediata es tener un buen debut este sábado para saber mis alcances e ir subiendo poco a poco".
--ƑPor qué crees que, después de varios años, decidiste dedicarte al boxeo?
--Creo que porque traigo el boxeo en la sangre y eso tenía que surgir en algún momento. Además, como estudiante ya me realice, porque me titulé y ejercí mi profesión. Y ahora quiero ver si también puedo desenvolverme en el boxeo; si no se puede, tengo la opción de mi carrera. Hasta ahorita, el boxeo es como ir a la escuela, que cada día debes tener un avance y sólo se logra con disciplina.
--ƑY los golpes?
--Sí me preocupan, pero por eso me preparo a conciencia, para que sean menos peligrosos.
--ƑEres feminista, crees que la mujer tiene un lugar en un deporte rudo como el boxeo?
--No sé si sea feminista, sólo sé que los hombres y las mujeres tenemos la misma capacidad y estamos aptos para cualquier actividad. Y en el caso del boxeo, del sexo que sea, es de mucho mérito entrenar y subirse a un ring. Eso no cualquiera lo hace.
Juana enfrentará a Ivone Muñoz, quien ya tiene una experiencia de tres peleas en el terreno profesional, con dos triunfos y un empate.
"No podemos elegir a los rivales, porque no hay, pero creo que mi hija tiene capacidad para ganar y un estilo similar al que tenía Goyo en sus buenos tiempos", expresa el papá y entrenador, quien sueña con tener también una hija campeona mundial, como lo fue el propio Gregorio.