JUEVES 11 DE MAYO DE 2000

* Desde el callejón es un montaje de Erando González


El desparpajo tropical, medio para recrear corruptelas

* Carnalidad y ambición de poder se urden con cinismo

Carlos Paul * La corrupción, la carnalidad y una mirada a la ambición del poder se tejen y se urden sin solemnidad, con cinismo y desparpajo tropical en Desde el callejón, puesta en escena con música en vivo cuya dramaturgia y dirección está a cargo de Erando González.

Esta comedia gira en torno del conflicto que surge cuando chocan dos moralidades, ''la del criminal que se asume como delincuente y la de otros, aún peores, que sólo son posibles concebir en México, la de un ambicioso y corrupto secretario general de la Confederación Nacional del Andrajo" y la de un jefe de la policía igual de transa.

Lo único que el equipo de trabajo decidió no incluir, comenta el creador escénico, ''era el de enarbolar una tercera moral que fuera 'verdadera' o 'superior' a esas dos concepciones, de manera que optamos por el ritmo y el tono de la comedia, lo cual consideramos era lo más apropiado para pitorrearnos de tales situaciones y actitudes".

Nos propusimos, añade, ''mediante un desparpajo tropical" exponer esas preguntas y comentarios que el ciudadano común tiene en la cabeza acerca de las corruptelas que hoy vivimos.

Por otra parte, destaca Erando, son varias las funciones dramáticas que juega la música y las canciones que se presentan en vivo. ''En algunas ocasiones es una continuación del pensamiento de los personajes, es decir, la situación se prolonga o culmina en una canción. En otras, los personajes recuerdan e interpretan una canción que viene a cuento con lo que les acaba de suceder y en otras más, cuando aparecen los merolicos, detienen el acontecer dramático y cantan otra canción que es un comentario, un guiño o una llamada de atención respecto de la acción que acabamos de ver".

 

Tour de force actoral y acto musical

 

El reto ''es que los actores actuaran la música. En lo que cantamos y en lo que bailamos importa más la verdad que la belleza. Estamos más preocupados por decir realmente lo que cantamos, que por cantarlo bien o bonito. En ese sentido, los actores han trabajado en dotar a cada uno de sus personajes de una voz ųque subsiste en el momento de cantarų y además de hacerlo en obediencia a los estados de ánimo que se requieren en cada situación".

Sobre los ''temas populares, propios y ajenos" que van del danzón al mambo, la conga y el tango, el mariachi y un rock con sabor pachuco y cuya referencia es directa al ser del mexicano y cómo se divierte, habría que señalar los arreglos musicales de Leopoldo Novoa, Omar Ortiz, Ernesto Anaya, Nelson Gallardo y del propio Erando González, quien destaca la labor de Juan Cisneros (percusionista) y de Moisés García (trompetista) ''cuyo crédito no totaliza la aportación que hicieron para el resultado final".

La obra que presentamos, explica González, es la conclusión de un proceso que comenzó con una versión libre a la adaptación que hizo José Caballero de La ópera de los tres centavos, de Bertolt Brecht, que a su vez está basada en La ópera de los mendigos, de John Gay.

''Ahora el texto echa mano de formas y de giros idiomáticos mexicanos muy propios de los años cincuenta y sesenta''. En cuanto a los personajes, ''se les dio casi cuatro tratamientos" y en esta obra ''lo único que subsiste son algunos tablones de cimbra del andamio original".

El espectáculo ųdice el director escénicoų se ideó como un tour de force actoral y acto musical. Dos actrices y un actor encarnan varios personajes sin jamás abandonar el escenario, sin oscuros ni maquillaje, librados casi de manera exclusiva a sus propios recursos.

Por otro lado, advierte que ''de ninguna manera podríamos hablar de una denuncia, no decimos nada nuevo; como se lee en el programa de mano, transitamos por un camino harto conocido, pero sí entramos en ese modo pachanguero y desparpajado de ver, de ser y de decir de los mexicanos, formas con las que banalizamos nuestras más graves condiciones individuales y nacionales".

Mai El Fierro es un delincuente a la antigua, elegante a la manera de los barrios célebres de nuestra ciudad y recibe protección del jefe de la policía ųEl Negroų que se casa con la hija del líder de la Confederación Nacional del Andrajo, Elías Badú, quien ve amenazado su poder corporativo y le tiende una trampa al ilustre gañán.

El propósito ''es fungir como espejo", de esas reflexiones que hace el ''finísimo estafador" luego de ser traicionado en un burdel ''por una nalga": Al que arrebata los valores de una bolsa: un disparo. Al que lleva una bolsa de valores: šah! un amparo. Al culpable de un asalto carretero: la penitenciaría. Al artífice del rescate carretero: šuna secretaría! Cárcel al que secuestra a cualquier jeque bancario y premio al que rescata bancos con el erario. Además, šqué es un asalto a un banco, comparado con su fundación, su quiebra fraudulenta y su rescate a cuenta del futuro de la gente! šQué son los raterillos y asesinos ante hombres tan cabales y divinos! šA qué aspira en la tierra un ladrón de medio pelo, si se encuentra en el reino del señor de los cielos!

(Aída López, Carolina Politi y Enrique Arreola integran el reparto de Desde el callejónİ cuyo texto y dirección es de Erando González. Se escenificará durante mayo, lunes y martes, a las 20:30 horas, en el teatro El Granero, atrás del Auditorio Nacional.)