JUEVES 11 DE MAYO DE 2000
* CIUDAD PERDIDA
* Miguel Angel Velázquez *
* Petición al procurador Madrazo
* Una carta de Espinosa Villarreal
Esta vez, perdone usted, me robo un pedazo de la página dos de nuestro diario para dar paso a una propuesta de los abajo firmantes, somos muchos y seremos más (ningún locutor), para exigir al procurador Madrazo una escolta de cuando menos tres guaruras armados para poder cumplir con nuestro trabajo informativo.
Los abajo firmantes nos unimos a la voz de la señora Lily Ledy: "Nadie puede quitarnos el derecho a tener guaruras; nadie puede atentar contra nuestra seguridad por lo riesgoso de nuestra labor", por eso, señor procurador Madrazo, exigimos cuando menos tres de sus guaruras para poder hacer algunas entrevistas a los niños de la calle, tan peligrosos; a las madres solteras, gente sin entrañas, decidida a todo; a los viejos encasillados en eso de la tercera edad que son capaces de todo porque ya no tienen nada qué perder y a toda la ciudadanía tan agresiva contra la prensa comprometida con la verdad.
Pero además, señor procurador Madrazo, los abajo firmantes le exigimos protección especial para Juan Manuel Venegas, que cubre a Vicente Fox, el más peligroso de todos los habitantes del país, a Roberto González Amador, que tiene que estar cerca de los banqueros, capaces de todo por conservar su estatus.
Y qué decir de José Gil Olmos, reportero asignado a la cobertura del candidato del PRI, peligroso, muy peligroso. Como usted ve, señor autoridad, nos urge la protección, estamos arriesgando nuestra vida.
Pero no sólo nosotros, también pedimos protección para El Fisgón, para Helguera, para Rocha, para Naranjo y para muchos otros moneros que ponen el dedo en la llaga, por sus trazos reales.
Pero más que nada, señor procurador, si está usted impedido por algo para podernos proporcionar este tipo de ayuda que, como usted ya ha escuchado, es para preservar la libertad de expresión, le pedimos que interceda ante la Secretaría de Gobernación para obtener algunas de las credenciales como las que los empleados de Tv Azteca, Paco Stanley y su gente portaban.
Y aunque parezca abuso, también échenos la manos con el gobierno de Sonora, no estaría mal tener algunas camionetas de esas como las usadas por la señora Lily Ledy. Ahora, si éstas pueden venir con algunos cortes de carne de esos que hay en aquella entidad, el agradecimiento sería doble.
En fin, señor procurador Madrazo, queremos advertirle que en caso de que nuestras súplicas y nuestras exigencias no sean cumplidas, le hacemos responsable no nada más de coartar la libertad de expresión, sino de nuestra salud física y la de nuestras familias, e iremos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos para poner nuestra queja en su contra... Bueno, eso lo vamos a pensar.
El caso Espinosa
Hasta la redacción de este diario se me hizo llegar una carta firmada por el ex regente de la ciudad, Oscar Espinosa Villarreal, en la que dice: "He leído con detenimiento tus opiniones respecto a mi persona y en el texto encuentro algunas coincidencias, pero también diferencias".
Dice OEV: "estoy completamente de acuerdo contigo en que la Procuraduría General de Justicia del DF no ha hecho más que "hacer parecer" que soy culpable, razón por la cual eligió litigar en los medios y no en los tribunales, y que el objetivo es sin duda ensombrecer al gobierno del presidente Zedillo".
"También comprendo que me consideres como una figura pública vulnerable; la campaña de desprestigio de la que he sido objeto ha tenido consecuencias, pero en lo que no estoy de acuerdo es que presumas que ahora sí hay pruebas en mi contra".
La misiva del ex regente sigue y en ella advierte que las pruebas en su contra son débiles e inconsistentes, e incluso adjunta a su carta un legajo donde argumenta su inocencia.
La misiva fue fechada el 28 de abril y la hago pública hasta ahora por falta de espacio, fundamentalmente, pero en este pequeño lapso un grupo de diputados hallaron alguna o algunas causas para investigar al licenciado Oscar Espinosa.
Este espacio agradece, desde luego, la gentileza del ex regente no sólo por la lectura de nuestro trabajo, también por tratar de hacer llegar a los medios sus razones con respecto al caso, ahora en manos de una comisión de diputados.
En fin, el asunto aún no termina. Por el bien de todos ojalá y los argumentos del ex regente sean los necesarios para aclarar las acusaciones en su contra, de otra manera, sería muy penoso saber que nos gobernó alguien con expediente sucio.