La Jornada miércoles 10 de mayo de 2000

Leonardo García Tsao
Cannes 53 El inicio

Hoy da inicio la edición 53 del festival de Cannes con rumores de que la programación no va a ser digna del certamen cinematográfico más importante del año. Comenzar el Día de las Madres puede resultar una mala profecía. Los síntomas de problemas en la organización se hicieron claros hace unas semanas con el despido de Olivier Barrot, quien se suponía iba a suceder al sempiterno Gilles Jacob como delegado general. Lo más extraño es que Barrot fue corrido antes de ocupar el puesto.

La película de inauguración no suele ser entusiasmante, por tradición (el año pasado fue ese horror llamado El barbero de Siberia, que desapareció sin dejar huella). En esta ocasión, se trata de Vatel, producción francesa dirigida por Roland Joffe, un cineasta cuyos éxitos iniciales --La misión ganó aquí la Palma de Oro en 1986-- no pudieron repetirse en la década siguiente.

El programa no deja de ostentar nombres prestigiosos. Pero ya aprendimos que los prestigios se confirman en la pantalla y no sobre el papel. Hay muchas expectativas por la nueva realización del danés Lars Von Trier, un ambicioso musical titulado Dancer in the Dark, bastante alejado de las restricciones económicas de Dogma. Así como por Gohatto (Tabú), el regreso del japonés Nagisa Oshima, tras 13 años de inactividad cinematográfica. Otro nombre asiático que despierta mucho interés es el hongkonés Wong Kar-Wai, quien concursa con In the Mood for Love.

Jacob declaró en conferencia de prensa que el concurso iba a ser, en esencia, un duelo entre Europa y Asia, con lo cual ya eliminó de entrada la posibilidades del continente americano, representado por el contingente gringo --de Hollywood, lo más promisorio debe ser O Brother, Where Art Thou?, de Joel Coen-- y un solo latinoamericano, el brasileño Ruy Guerra, quien participa con Estorvo. Como España no está representada, el idioma castellano estará totalmente ausente de la competencia.

En cambio, el cine latinoamericano se hará muy presente en la sección paralela llamada Una cierta mirada. Ahí es donde se estrenará Así es la vida, de Arturo Ripstein, una inventiva adaptación de la tragedia griega Medea a un contexto mexicano actual, que es además la primera película latinoamericana grabada en video digital y luego transferida a celuloide. También estarán Lista de espera, del cubano Juan Carlos Tabío, y Tierra de fuego, del chileno Miguel Littin, y otra aportación de Brasil, llamada Eu tu eles (Yo, tú, ellos), de Andrucha Waddington. Hay otro par de producciones hollywoodenses dirigidas por cineastas de estos rumbos. Things You Can Tell Just By Looking at Her es el debut como realizador de Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, y está fotografiada por el mexicano Emmanuel Lubezki. Mientras que Woman on Top fue dirigida por la venezolana Fina Torres.

La otra película mexicana es Amores perros, opera prima de Alejandro González Iñárritu, de antecedentes publicitarios. La cinta fue programada en la Semana de la Crítica y además competirá por la Cámara de Oro, el importante premio al mejor debut. Si le buscamos en nombre del chovinismo, habría un tercer título de producción nacional. O coproducción, al menos. Se trata de Viridiana, exhibida dentro del homenaje a Luis Buñuel, en honor de quien se inaugurará una sala con su nombre.