MIERCOLES 10 DE MAYO DE 2000
Ť Rocha, Ferriz de Con y Mejía en el foro del IFE
La sociedad debe exigir a los medios comprometerse con la democracia
Carolina Gómez Mena Ť En este periodo preelectoral, que augura una transición política, la sociedad es la única que puede y debe exigir a los medios de comunicación asumir un compromiso formal con el pluralismo, la ética y por ende con la democracia, y sancionarlos con el descrédito, cuando estos se empeñan en ser ''apéndices proselitistas del poder o de un partido político".
Lo anterior representa las opiniones de Ricardo Rocha Reynaga, director de la agencia informativa Detrás de la Noticia, Pedro Ferriz de Con, conductor del noticiero radiofónico Primera Edición de Imagen Informativa y Fernando Mejía Barquera, colaborador del diario Milenio, expuestas durante el seminario Comunicación Política y Elecciones, organizado por el Instituto Federal Electoral (IFE).
Durante la vertiente Cobertura de Campañas en Radio, Ricardo Rocha señaló que el mayor ''pecado" de los medios es haber difundido durante muchas décadas, queriéndolo o no, sólo la ''verdad oficial". No obstante, celebró que se esté erradicando, debido particularmente a la presión de los ciudadanos, que a medida que se comprometen con el proceso electoral de forma consciente, dejan de ser ''una masa maleable", para asumir el status de ''audiencia pensante y actuante" que presiona a los medios informativos, para que estos dejen de seguir ''sacándole la vuelta a la verdad".
En este renglón, Rocha Reynaga consideró que ahora nadie, ni político ni periodista, puede considerarse ''portador del evangelio" político, de la verdad absoluta, ya que los indicios de democracia, incluso le han restado poder ''al dedo aquel" para conferírselo al que ''cruza la boleta" (electoral).
Fustigó a los medios (no dio nombres) que carecen del valor de hablar con la verdad, y que a pesar del tránsito democrático continúan acomodando los hechos a la conveniencia de a quienes sirven.
En tanto, Pedro Ferriz de Con opinó que los comunicadores, para ser neutrales, deben basarse en un proyecto periodístico y no en un proyecto político, pues este suele responder a presiones y tendencias que modifican la labor informativa, convirtiéndola en juicio de valor. Aunque aceptó que una misión del periodista es formar opinión, no dejó claro cómo puede evitarse la inherente intención política.
Responsabilizó a los medios de despojar a las actuales campañas electorales de su carácter "propositivo", tornándolas "contestatarias", mediante el "amarre de navajas" y sugirió que tanto los comunicadores como los concesionarios de los medios deberían modificar esta actuación, pues los que resultan perjudicados son los ciudadanos, ya que les es más difícil dilucidar cuál sería la mejor oferta presidencial.
Por su parte, Mejía Barquera estimó que la cobertura informativa de las campañas electorales en los noticiarios radiofónicos ha experimentado un cambio acorde al ánimo democrático imperante y que esta no se debe a una iniciativa gubernamental, sino al "requerimiento de la oposición, de la ciudadanía, a la tendencia mundial de desaparición de los regímenes de partido único" y a los monitoreos del IFE.
Al concluir, los tres ponentes coincidieron en que tanto el intento de imponer la llamada ley mordaza, como la decisión de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión de retirar la campaña del IFE del aire en pleno proceso electoral y el hecho de que muchos medios estén en manos de pocas familias, contribuye a retrasar la ''democratización" de éstos y a poner trabas a la libertad de expresión y a la labor neutral que debe caracterizar a los canales de información.