PAGINA 9 Ť Lourdes Galaz
Fox se olvida de sus amigos
Ť La ofensiva priísta acercó al PAN con su candidato Ť Y los estrategas panistas entran a la contraofensiva Ť La derecha no está dispuesta a perder su presencia en el gobierno
Cuando los priístas retomaron las riendas del partido y comenzó la real ofensiva contra Vicente Fox, el adversario más difícil del oficialismo -según ciertos estudios de opinión-, la derecha opositora y el panismo tradicional salieron en defensa del candidato presidencial. El fin de semana el CEN del PAN y el equipo de campaña de Fox acordaron la estrategia para contraatacar la ofensiva del priísmo a su candidato. Los estrategas del PAN anunciaron la movilización de los 148 legisladores federales, los seis gobernadores y la estructura del panismo (los diputados locales y las directivas estatales y municipales) para enfrentar a los adversarios, en el PRI y en el PRD, cuando hasta hace unos días confiaban en una "alianza estratégica" con el perredismo para impulsar el "voto útil en favor de Fox". Y es que, como dicen los que saben de política, en el PAN (porque los hay como Rodolfo Elizondo, el de Durango) no sólo está en juego la suerte del presidenciable, sino la fuerza de la derecha y su presencia en las decisiones políticas y las acciones de gobierno, fortalecidas con el auspicio del salinismo. Los panistas no están dispuestos a perder sus posiciones en el Senado ni en la Cámara de Diputados, ni tampoco en los gobiernos estatales. Y los líderes reales de Acción Nacional (como Diego Fernández de Cevallos, Luis H. Alvarez, Juan Sánchez Navarro, los Estrada Sámano, los Calderón Hinojosa, los Gómez Mont y demás) harán lo que sea necesario para conservar y ganar más posiciones, el 2 de julio en las urnas y después en la mesa de negociaciones... Hasta la semana anterior, sólo los Amigos de Fox andaban en campaña con el presidenciable, los cuadros panistas (los verdes ecologistas ni se ven ni se oyen, sólo vendieron su membrete) estaban alejados de las decisiones y los operativos del equipo de campaña del guanajuatense. Hasta hace siete días se hizo presente la directiva de Acción Nacional con su presidente, Luis Felipe Bravo Mena, el senador mexiquense que junto con el presidenciable de Guanajuato, llegaron al PAN y crecieron al lado de Manuel J. Clouthier.
Vicente Fox y sus mercadólogos hacen cuentas alegres con los resultados de las encuestas postdebate, y el coordinador de la campaña, Pedro Cerisola, anuncia el inicio de contactos con las fuerzas de oposición al gobierno ( y sus 71 años de priísmo) para concertar un acuerdo nacional que "garantice la gobernabilidad" en un régimen de transición encabezado por Fox, obviamente. A 60 días de concluir el proceso eleccionario y ya en la recta final los estrategas partidistas refuerzan sus tácticas y la mercadotecnia electoral. El PRI en el poder comienza la ofensiva para conservarlo y ganar con todo las elecciones presidenciales. Designa nuevos operadores de la campaña priísta como Manuel Bartlett, que atacan de frente y van directo a su objetivo: "Fox es una amenaza todavía peor que el panismo..." (Milenio, No. 126). El PRD y Cárdenas también van a la ofensiva contra los candidatos Fox y Labastida, para posicionar al partido y al presidenciable en la contienda real. La ofensiva de los dos adversarios desquicia a los foxistas y al PAN. En la desesperación el presidenciable cae en las contradicciones que tanto lo han perjudicado. En la Plaza de Los Mártires, allá en Toluca, Fox hace un último llamado a Cárdenas para aliarse a un proyecto opositor común, con la advertencia de que si no acepta habrá probado que "ya regresó al PRI... y negoció con Labastida". Los dichos de Fox no hacen mella en Cárdenas, quien le responde que si de negociar y conceder se trata, los panistas y su candidato ya tienen su historia. Y las agresiones suben de tono, mientras el equipo de campaña foxista insiste en posicionar a su candidato por arriba de cualquier expectativa con encuestas y estudios de opinión que a nadie convencen. Ayer mismo, José Woldenberg, el presidente del Instituto Federal Electoral, desestimó el valor de los sondeos y reiteró que el IFE no avala estos estudios. Y es que de acuerdo con especialistas del propio instituto, de las 165 encuestas publicadas en abril, únicamente ocho cumplieron con las especificaciones que exige la autoridad electoral. La guerra es ahora en los medios de comunicación. Hay versiones de que existen videos sobre episodios de la vida privada de Fox que difundiría el PRI para desacreditarlo. También se anuncia una intensa campaña del PAN para poner en evidencia a los operadores priístas -como Bartlett, Beltrones, Murillo Karam y otros- "para detener la transición democrática. En fin la guerra sigue y... sobre la vida privada del hermano incómodo, allá en Guanajuato la familia se duele: šqué lástima que en McAllen no haya Fobaproa!
Nadie cree la desbandada de panistas hacia el PRI allá en el estado de México. Lo cierto: los líderes locales que se venden al mejor postor regresaron al redil oficial y en el PRI se hicieron cuentas alegres... Y va de cuento: en 1999, cuando las elecciones en el estado de México, las encuestas daban como seguro triunfador en la contienda por la gubernatura al candidato de Acción Nacional, José Luis Durán Reveles. Era tal la certeza de una victoria panista que hasta en el mismo gobierno federal (aseguran que en las oficinas de Los Pinos) se anticipaba la derrota del PRI. En la prensa y hasta en ambientes priístas se esparció la especie de que Arturo Montiel padecía un cáncer terminal. Se dijo que el candidato recibía atención médica en un hospital de Houston. En efecto, Montiel desapareció cuando se quedó afónico en un mitin... Y llegó julio de 1999: con todo y las encuestas en contra, el PRI ganó el gobierno del estado. El último mes de la campaña los priístas cerraron filas, movilizaron la estructura partidista, se gastaron millones en la promoción del voto, costearon una intensísima campaña en los medios y, obvio, echaron las encuestas a la basura: el PRI ganó el gobierno con 41 por ciento de los votos (1,379,228). El PAN-PVEM alcanzó sólo 34 por ciento y el PRD-PT, 21 por ciento. Los estrategas del PAN hicieron mal sus cálculos: estimaron que la molestia popular contra el PRI-gobierno es suficiente para impulsar a la gente a votar a favor del cambio. El día de la elección llovió en casi todo el territorio mexiquense y los electores se quedaron, cómodamente, en casa. La maquinaria del PRI operó y el PAN perdió el gobierno del estado de México... y colorín colorado este cuento no ha terminado.
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