SABADO 6 DE MAYO DE 2000
* Unos 15 mil feligreses acudieron a la ceremonia
Reabrió sus puertas la antigua Basílica de Guadalupe
* Luego de 24 años, el recinto volverá a recibir a los creyentes
José Antonio Román * Con una procesión en la que participaron ocho cardenales, 67 obispos y más de un centenar y medio de sacerdotes, anoche fue reabierta la antigua Basílica de Guadalupe, dentro de los festejos del segundo Congreso Eucarístico Nacional.
Así, a partir de ahora, la antigua Basílica podrá ser visitada por todos los peregrinos y se convirtió, desde anoche mismo, en uno de los principales templos expiatorios del país, luego de que permaneció cerrada desde hace 24 años, prácticamente desde que el 12 de octubre de 1976 fue consagrada la nueva Basílica.
Previo a esta procesión, que partió de la nueva a la antigua Basílica, en ésta última la jerarquía católica de México y varios prelados del extranjero encabezaron la principal celebración religiosa del segundo Congreso Eucarístico Nacional, mismo que no se realizaba desde hace 76 años, pues el último tuvo lugar en 1924, dos años antes de que las diferencias entre la Iglesia católica y el Estado mexicanos desembocaran en la llamada guerra cristera.
En su mensaje ante unos 15 mil feligreses que llenaron la Basílica, tanto en la nave principal como en las capillas que están en la parte alta, el legado pontificio, el cardenal Jorge Medina Estévez, se mostró satisfecho por la devoción mostrada por los católicos mexicanos, pero advirtió que este mundo está lleno de "peligrosas tentaciones y pecados", por lo que es necesario reforzar constantemente la fe.
Medina Estévez, quien también preside la Pontificia Comisión para el Culto Divino y la Administración de los Sacramentos de la curia romana, llamó al pueblo de México a renovar su fe a través de la eucaristía, signo de unidad y fidelidad de la Iglesia a Jesucristo.
Durante la solemne celebración religiosa que duró casi dos horas, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, recordó que hace diez años, el papa Juan Pablo II, en la misma Basílica de Guadalupe, beatificó al indio Juan Diego.
Señaló que para el cristiano no hay casualidades, sino prividencia, y ésta ha querido ųdijo dirigiéndose al legado pontificioų que esté presente en este mismo santuario de Guadalupe, precisamente en el décimo aniversario de la beatificación de Juan Diego, sin el cual no se podría entender ni la imagen ni el mensaje de la Virgen.
Dijo que el papa Juan Pablo II, en la persona de su enviado especial para el congreso, el cardenal Estévez ųde nacionalidad chilenaų, está presente en un evento de enorme trascendencia para la toda la Iglesia católica en el país, como lo es la realización de su segundo Congreso Eucarístico Nacional.