SABADO 6 DE MAYO DE 2000

Ť Inaugurada, la 39 reunión interparlamentaria


Generan la migración y el narco desacuerdos entre México y EU

Ť La violencia contra indocumentados afecta la relación: Jáuregui

Ciro Pérez Silva, enviado, y La Jornada de Oriente, Puebla, Pue., 5 de mayo Ť El problema de la "caza" de indocumentados en la frontera sur de Estados Unidos fue colocado por las delegaciones de congresistas mexicanos y estadunidenses como el tema más controversial de la 39 reunión interparlamentaria que se inauguró ayer en esta ciudad.

En el discurso de bienvenida el presidente de la representación mexicana, el diputado panista César Jáuregui Flores, advirtió a su contraparte que nada afecta más las relaciones entre países "que los actos ominosos" que padecen los connacionales al internarse de manera "subrepticia" en alguna zona privada del estado de Arizona.

Lamentó que la eficiencia de la cooperación comercial entre ambas naciones no acompañe a otros ámbitos de la relación, como el narcotráfico y la migración, "temas en los que, desafortunadamente, aún persisten desacuerdos".

Sobre este último fenómeno, originado por la disparidad en el desarrollo económico de los dos países, señaló que se requiere de respuestas provenientes de un diálogo binacional, en el que México adopte una postura activa, "pero sin dejar de rechazar las medidas que atenten contra los derechos humanos de los migrantes mexicanos".

La vicepresidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, la priísta Mercedes Juan López, aseveró que "los mexicanos nos sentimos sumamente indignados por la forma tan inhumana y violenta con que son tratados nuestros compatriotas", y sostuvo que el Congreso mexicano considera urgente reafirmar el compromiso de colaborar bilateralmente para atender el fenómeno de la migración.

"Cada nación tiene el derecho soberano de aplicar sus leyes migratorias en la forma más conveniente a sus intereses nacionales, pero respetando siempre los derechos humanos y laborales de los migrantes, las normas del derecho internacional y el espíritu de cooperación bilateral", afirmó la legisladora.

En su respuesta, el jefe de la delegación estadunidense y representante del distrito de Arizona, Jim Kolbe, reconoció que el fenómeno migratorio sigue causando tensiones en las relaciones entre ambos países, pero que siendo un problema mutuo, deberá ser resuelto por la cooperación "y no señalando con el dedo al otro".

Dijo que en Estados Unidos deberán encargarse de que quienes crucen la frontera de manera ilegal, no sean "lastimados por las acciones mal encaminadas de unos cuantos", y México tendrá que cooperar para detener a quienes trafican con indocumentados.

"México puede, también, tomar medidas muy decididas con acciones económicas en su territorio para que sea menor el incentivo para dejarlo", agregó el congresista.

Sobre el narcotráfico, tanto Jáuregui Flores como Kolbe reconocieron que sigue siendo una grave amenaza para la seguridad de los dos países, por la violencia y la corrupción que conlleva, "que ha sido y es el asunto más conflictivo de la relación bilateral".

El panista advirtió que en esta lucha, los poderes legislativos tienen la responsabilidad de asumir un papel inteligente y creativo en el diseño de normas que coadyuven a la cooperación y coordinación en contra de esta perniciosa actividad".

Kolbe consideró, a su vez, que si México y Estados Unidos no logran "juntos" derrotar al narcotráfico y la corrupción que crea, "podría minar nuestras instituciones y los cimientos mismos de nuestras sociedades".

El representante por Arizona dijo que debe ponerse un alto a la venta de narcóticos en las calles, pero aseguró que para lograrlo es necesario evitar que aquellos identificados como narcotraficantes evadan las leyes de los dos países, "simplemente cruzando la frontera. En congruencia con nuestros principios constitucionales, tenemos que colaborar para devolver a estos delincuentes al lugar donde hayan cometido esos delitos, además de tomar medidas para evitar que las ganancias ilícitas sigan enriqueciéndolos".