JUEVES 4 DE MAYO DE 2000
Del ninguneo a la calumnia
* Adolfo Sánchez Rebolledo *
EL DISCURSO DE Rincón Gallardo ha despertado una extraordinaria oleada de simpatía que puede documentarse en cualquier momento. Allí están las decenas de artículos, entrevistas y reportajes publicados o transmitidos en numerosos medios en estos días. La inmensa mayoría son favorables y hasta entusiastas, pues reconocen en el desempeño del candidato de Democracia Social una aportación muy positiva al fortalecimiento del pluralismo democrático. Otros, sin embargo, no lo vieron así y la intervención de Gilberto sirvió para revivir viejos fantasmas y temores cuya única fuerza de convicción radica en la aburrida reiteración de una calumnia, repetida desde la arrogancia de quien se considera el único representante de la izquierda mexicana. Antes lo ninguneaban por inexistente; ahora lo combaten sin ideas.
Los argumentos en contra, para llamarlos de alguna manera, se reducen a dos: a) que Democracia Social es un partido creado por Gobernación, y b) que éste nace para quitarle votos al PRD. En cuanto al primer punto la única "prueba" de cargo contra Democracia Social se reduce a repetir la calumnia de que Jorge Alcocer, uno de sus primeros entre varios inspiradores, abandonó el proyecto original para convertirse en subsecretario de Labastida, sin decir que ese rompimiento con Democracia Social ocurrió en realidad mucho antes de que el partido se formara y obtuviera el registro legal validado por el IFE. Este dato, sin embargo, no significa nada para quienes explican la realidad a partir de conjuras personales, acostumbrados como están a que los partidos tengan un dueño que puede manipularlos a su antojo.
El segundo punto, en cambio, es más importante porque puede llevar a un debate de fondo sobre las alternativas que hoy se le abren a la izquierda democrática y que no cabe en la camisa de fuerza de un solo partido. Hay que decirlo con claridad: Rincón Gallardo no le quita al PRD sus votos "duros"; tampoco puede romper ningún frente inexistente de la izquierda, a menos que se quiera llamar así a la triple alianza con Dante Delgado, los herederos del sinarquismo o con esa franquicia electoral denominada Sociedad Nacionalista, que ahora pesca en el río revuelto de la Alianza por México. No, Democracia Social no puede quitarle al PRD los votos que éste perdió sin remedio desde ante del debate gracias a sus errores muy conocidos y al autismo que caracteriza a buena parte de sus dirigentes, epígonos o voceros espontáneos. Al contrario, la aparición de Democracia Social como una corriente de izquierda democrática evita que muchos de los votos del "centroizquierda" se pierdan en el desencanto abstencionista, en la confusión del llamado voto útil que liquida a la izquierda o de la vil cargada que, a pesar de todo, la depura. Democracia Social no le dará un solo voto de izquierda al foxismo ni servirá de trampolín para reforzar el polo labastidista: esa defensa del pluralismo y la diversidad como parte irrenunciable de la democracia que hace falta es el corazón de la propuesta que expuso Rincón en la tribuna. Todos lo vieron así, pero algunos, como siempre, no entendieron nada de lo que allí se dijo. Sintieron frío en la espalda y ahora teorizan tonterías. No repetiré los conceptos, sólo un apunte marginal. En lugar de reconocer la importancia de los derechos de las minorías ųmujeres, indios, homosexuales, etcétera-, defendida por Rincón como parte de una propuesta más general por la equidad, escucharon en sus palabras una sospechosa defensa de la "minoría política" que les parece inconfesable ante las pretensiones arrogantes de los tres grandes partidos. Una izquierda que no sabe escuchar ni dialogar no puede superar los errores y desviaciones del pasado ni tampoco reconocer los cambios que ya han ocurrido en la sociedad y en la izquierda misma. ƑCómo puede ser progresista una izquierda anclada en el más adocenado y vulgar antripriísmo, carente de una propuesta propia que le permita diferenciarse de la derecha salvo por el color de los pendones? ƑCómo explica esa fuerza que el priísmo disidente la considere aún la segunda opción cuando en el partido oficial se les cierran los caminos?
Sin reflexión, estancada en las consignas más desgastantes, la izquierda no puede ser más que errática, titubeante y acomodaticia. Aunque presume de radical, la verdad es que no es reformista ni revolucionaria, por eso se derrumba ante la ofensiva del populismo de derecha que articula mejor esa misma postura oposicionista pues no requiere para colocarse a la cabeza de otro programa más que el de la mercadotecnia y el dinero. No está contra el capitalismo como antes, pero tampoco acepta las reformas que promueven el desarrollo social. No da alternativas, simplemente las niega. Quiere compaginar las críticas al neoliberalismo sin reformar el capitalismo, con lo cual termina por convertirse en el defensor ex oficio de las formas más atrasadas del pasado reciente: el estatismo corruptor, el corporativismo clientelar, sólo que "renovados" y purificados por la voluntad de la izquierda. Esa es la razón de su crisis. Eso es lo que le quita votos al PRD, no Rincón Gallardo. *