JUEVES 4 DE ABRIL DE 2000

* En el Día de los Albañiles en el Estadio Azul, 25 mil asistentes


--ƑMás mezcla? --No, mejor bailo esa rola

Alba–iles durante la misa celebrada ayer en el Estadio Azul  n Foto: Tom‡s Bravo Arturo Cruz Bárcenas * Ayer, día de los artífices de la construcción, de los hombres cuyos nombres se ocultan tras el del rimbombante arquitecto. Día de los Albañiles en el Estadio Azul, donde 25 mil almas amigas de la cuchara, la pala, el metro metálico, la mezcla, el pulque y la cerveza, el taco placero, la salsa pico de gallo, el tamal y el atole, bailaron cumbia con Yaguarú y Los Llayras, y sintieron remover su genética grupera con los corridos duros de Los Huracanes del Norte.

Primero, como debe ser, el cardenal Norberto Rivera Carrera ofició sobre la alfombra verde una misa en la que leyó las palabras de Mateo. El entablado central fue rodeado por una gran cruz formada con gladiolas rojas y blancas. En los cuatro puntos cardinales unas estructuras tubulares, en forma también de cruz, fueron adornadas con capullos de claveles rojos, que parecían a lo lejos llamear por los intensos rayos de sol.

Las frías salieron de los morrales, de las bolsas que normalmente contienen serruchos, desarmadores, pinzas, clavos y tornillos. "šAzul, Azul, Azul!". La exhortación fue aplaudida y coreada por muchos, pero otros, aunque vestían la camiseta oficial del festejo (con logos al por mayor de la empresa cementera), respondieron con una mentada. "šPorque mexicano que realmente lo sea le va a las Chivas (el rebaño sagrado) y chupa pulque!", dijo un ser que mostraba orgulloso la camiseta rayada de su equipo de futbol.

La empresa regaló a los trabajadores de manos rasposas unas bolsas en forma de sacos de cemento, unas cafés y otras azules; decenas de miles. Pura publicidad ambulante gratis. Familias enteras, con tres o cuatro chipotitos, mínimo, cada uno llevaba su costal, cual pípila. Adentro: un lonche, uno gorra, una camiseta. šAbur!

El Club Paloma Negra gritaba porras a Yaguarú mientras éste entonaba Vida, no te vayas. Un grupo de policías --en total fueron unos 400 internos y otros 300 de la SSP-- ya tenía su costalito y unos posters. Graciela Castillo, novia del yaguarú Fernando, quien toca las congas, y Susana Alonso, peor es nada de José Agustín, el compositor, bailaban como si estuvieran en el Califa o en El Rayo.

Unas nubes que apagaron un ratito el sol a plomo que calentaba las moyeras. Subió el hipergrupo de cumbia andina Los Llayras. Mónica, la cada vez más bella vocalista, expuso que este es el segundo año en que se presentan para festejar a los maistros. "A nivel popular eso nos ubica en el gusto del público, y éste es el que compra nuestros discos y va a los bailes. ƑEh? No, en mi familia no hay albañiles". "ƑPuro arquitecto?". "No, menos, ja, ja, ja".

Guadalupe García, de Los Huracanes, consideró un honor tocar para los albañiles. "Mañana estaremos ofreciendo un concierto en Memphis". ƑCómo la ven? "Un albañil es el corazón de una casa; el que lo sabe todo. Hace su trabajo de todo corazón. Es un honor saludar a alguien que tiene sus manos llenas de callos y que dice que es albañil y carga sacos de cemento, y pone ladrillos". Los Huracanes, que tocan aunque se presente la furia de la naturaleza, motivaron a esa gente a reventarse un dance en un metro cuadrado libre. La suburban dorada, El dormilón... "yo soy quien besa a tu esposa cuando te encuentras dormido", y Cruz de cemento calaron en el corazón grupero de los maistros. "Si tú supieras cómo sufre un corazón... no hay nada que calme ese dolor". šOtra chela!

Ya en el relajo, el Gordo Ordóñez, líder de la porra cruzazulina, hizo su fiestecita. šY qué viva el rebaño sagrado!