JUEVES 4 DE MAYO DE 2000

* Celebración a los albañiles en el Estadio Azul; asistió el cardenal Rivera


Homilía sobre la Cruz, entre música y cervezas

* El arzobispo consideró que el trabajo de Arizmendi en Chiapas será distinto al de Samuel Ruiz

Alma E. Muñoz * En el Estadio Azul, los trabajadores de la industria de la construcción escucharon y recibieron desde cervezas hasta un mensaje del cardenal Norberto Rivera sobre el significado de la Santa Cruz.

Pero no alcanzaron a escuchar la posición del arzobispo primado de México acerca de Chiapas, donde se manifestó por la reconciliación para lograr la paz, y a pregunta expresa sobre si el nuevo obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, seguirá la línea pastoral de Samuel Ruiz, respondió: ''En la Iglesia no hay clonación. El trabajo de cada obispo es personal e irrepetible''.

Aun así, consideró que Arizmendi Esquivel será un ''signo de unidad, que congregue a todos, a los que están cerca y lejos'' de la Iglesia.

Desde las nueve de la mañana se dieron cita en el estadio del equipo Cruz Azul cientos de albañiles acompañados por sus familias, para ser partícipes de un convivio por el Día de la Santa Cruz.

Los boletos para el festejo se consiguieron en la compra de materiales de construcción elaborados por la misma cooperativa dueña de la escuadra citada. Incluso, en el lugar estuvieron el presidente del equipo, Guillermo Alvarez Cuevas, y su hermano Alfredo. Para los trabajadores hubo morrales con el logotipo del Cruz Azul, gorras, camisetas, balones, tortas, refrescos, cervezas (cuatro decían unos; seis, otros) y balones. Cantaron y algunos hasta bailaron con música de mariachi ųque acompañó los coros de la homilíaų y grupos de música tropical.

Cuando llegó Norberto Rivera escucharon una homilía acerca de la Cruz: ''Siempre será el signo del tormento, del dolor y de los sufrimientos de Cristo. La Cruz siempre deberá despertar en nosotros sentimientos de arrepentimiento y compasión; desde la Cruz, siempre deberemos escuchar al crucificado que nos dice a nosotros los pecadores: pueblo mío Ƒqué mal te he causado o en qué cosa te he ofendido. šRespóndeme!''.

Y en el día de los trabajadores de la construcción, el prelado explicó cómo los antiguos crucifijos ''no expresaban angustia o tragedia sino calma, majestad y triunfo. El señorío de Cristo se revela en la resurrección, ciertamente, pero se apoya en la Cruz''.

Ahora, añadió, este símbolo tiene ''un sentido de sufrimiento, dolor y pasión. Es anuncio de resurrección. El dolor llega necesariamente a nuestra vida como ser humano y la Cruz es el triunfo sobre el dolor, sobre la violencia''.