MIERCOLES 3 DE MAYO DE 2000
Ť Fija como base para la pacificación del País Vasco el Pacto de Lizarra
Plantea ETA una "salida negociada" al conflicto
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 2 de mayo Ť ETA propuso hoy una salida "negociada" al conflicto que enfrenta el País Vasco desde hace 30 años, y señaló como base de dicha fórmula de pacificación el Pacto de Lizarra-Garazi (foro democrático formado por organizaciones sociales y partidos políticos de Euskadi, que entre sus actividades figura la elaboración de un documento sobre la situación actual del conflicto).
En el diario vasco Gara, ETA hizo hoy su cuarta entrega de documentos "secretos" que narran con detalle los incidentes, acuerdos y conversaciones que mantuvo el grupo armado en los 14 meses de tregua (de septiembre de 1998 a noviembre de 1999) con el Ejecutivo español, el gobierno vasco y los partidos políticos de vocación nacionalista de la región.
La filtración de las "actas" a Gara se ha dado de una forma escalonada: en la primera y la segunda se arremetió contra el Partido Nacionalista Vasco (PNV, en el gobierno de Euskadi) y contra Eusko Alkartasuna (EA, socio de gobierno del PNV) por haber roto un pacto que propugnaba acelerar la "independencia" en el País Vasco y por mantener una "actitud ambigua" en su discurso nacionalista.
En la tercera, publicada ayer, ETA puso en evidencia a España, al dar a conocer el contenido de las conversaciones que mantuvieron dos dirigentes de ETA con tres representantes del presidente del gobierno de José María Aznar, quienes se comprometieron a "mantener el diálogo y no tender una trampa" a la organización. En la cuarta y última, ETA hace un diagnóstico de la situación actual, propone la salida negociada y le señala a la izquierda abertzale (patriótica) que debe "tener claro cuál es su apuesta política".
En este rubro, ETA analiza tres campos de trabajo para la izquierda independentista vasca: el primero es la "reconstrucción de Euskal Herria", que se ciñe a la división territorial de la región, para lo que sugiere el fortalecimiento de la Asamblea de Municipios Vascos. "El reto actual consiste en sacar esa institución de los tira y afloja entre los partidos, y convertirla en una institución con vida y efectividad propia", señala la organización armada.
El segundo campo de trabajo es "hacer frente a la opresión de Euskal Herria", concentrándose en dos rubros: la defensa de los derechos de los presos y la denuncia de las fuerzas policiales y armadas de "ocupación" (francesas y españolas). Por último, ETA considera que los agentes sociales de carácter abertzale deben trabajar en "una solución negociada al conflicto" con base en el Acuerdo de Lizarra, pero "siempre alejándose de la lectura de 'pacto entre abertzales' y siguiendo lo que dice su texto, esto es, subrayar unas metas, unas bases para la solución del conflicto".
Por todo esto, dice ETA, "es imprescindible que la izquierda abertzale tenga clara su apuesta política y que concrete bien las bases de su actividad general".
ETA hizo también una valoración de la ruptura de la tregua, que "no se puede interpretar como un fracaso del proceso, ni tampoco que hayamos vuelto a la situación anterior", pues "tras una lucha muy dura, la izquierda abertzale ha conseguido superar la división institucional surgida tras la traición del 77, y ha puesto el proceso en una vía que posibilita una apuesta independentista". La "traición del 77" es la división territorial que surgió tras la firma de los Pactos de la Moncloa, el eje de lo que después se llamó transición a la democracia.
El vocero del gobierno vasco, Josu Jon Imaz, aseguro que "nunca ha existido un acuerdo (de PNV y EA) con ETA" y subrayo los documentos publicados por Gara "no aportan novedad alguna".